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DOG - Xunta de Galicia -

Diario Oficial de Galicia
DOG Núm. 205 Lunes, 23 de octubre de 2000 Pág. 14.333

I. DISPOSICIONES GENERALES

CONSELLERÍA DE MEDIO AMBIENTE

RESOLUCIÓN de 3 de octubre de 2000 por la que se publica la Estrategia Gallega de Educación Ambiental.

La importancia de la educación ambiental en la sociedad actual es indudable. De hecho, se vienen desarrollando multitud de actividades tanto en el ámbito formal como no formal. Sin embargo, estas iniciativas voluntariosas, entusiastas y de gran calidad, precisaban de un impulso que las dotase de continuidad y coordinación, definiendo así objetivos, metodologías, y medios didácticos diversos a su vez que complementarios. A esto añadimos la necesidad de impulsar la profesionalización de los educadores ambientales, unificando criterios para la formación ambiental.

Junto con las anteriores razones que justifican una Estrategia Gallega De Educación Ambiental, podemos añadir una motivación administrativa, fruto de los compromisos ambientales adoptados por España, las declaraciones de grandes eventos de la educación ambiental como las reuniones de Tiblisi y Tesalónica, y la necesidad de concretar las líneas marcadas por el Libro Blanco de Educación Ambiental.

Por estos y otros motivos resulta necesario este impulso que la Consellería de Medio Ambiente realiza a través de la Estrategia Gallega de Educación Ambiental.

Estrategia Gallega de Educación Ambiental.

1. La educación ambiental.

1.1. Introducción.

1.1.1. Naturaleza y justificación.

En su acepción más sustantiva, una estrategia es un documento guía, de carácter programático y orientativo, a través del cual se pretenden expresar y concertar los fundamentos, las directrices y actuaciones ligadas al diseño, desarrollo y evaluación de un determinado proceso de acción social, considerado relevante para la mejora cualitativa y cuantitativa de la vida de una población, en un marco territorial, temporal y humano determinado. Por su sentido normativo y prospectivo, debe de tomar en consideración las realidades contextuales en las que surge, las problemáticas específicas a las que debe hacer frente, los recursos y potencialidades disponibles o necesarios, así como las posibilidades y limitaciones en las que se inserta su adopción y acciones consecuentes.

Ante la necesidad de afrontar la problemática ambiental en Galicia desde sus propias realidades territoriales -aunque con la perspectiva de su pertenencia a una sociedad cada vez más globalizada-, una estrategia específica de educación ambiental para esta Comunidad Autónoma se justifica por la exigencia de señalar prioridades e identificar objetivos, de racionalizar recursos y aunar voluntades (individuales y colectivas), de coordinar y orientar decisiones y acciones en diversos planos políticos y sociales, situando la educación en un lugar preferente.

Se trata, de este modo, de reconocer e incentivar el papel de la educación, en sus distintas modalidades y ámbitos de intervención, como una práctica social coadyuvante en el logro de una sociedad ambientalmente más sostenible, consecuente con un reparto equitativo y justo de las cargas y de los beneficios ambientales a nivel global. Misión que diferentes declaraciones y recomendaciones internacionales coinciden debe de ser satisfecha atendiendo a la denominación de «educación ambiental».

Con la Estrategia Gallega de Educación Ambiental se pretende:

-Delimitar y prescribir los significados y significantes conceptuales de la educación ambiental en la Comunidad Autónoma de Galicia, incorporando y adaptando los términos que muestran el estado de la cuestión en los planos nacional e internacional.

-Identificar las realidades y problemáticas educativo-ambientales, según diversos condicionantes y circunstancias, con el fin de valorar y calibrar los problemas que requieren una atención prioritaria.

-Dilucidar y concretar las orientaciones básicas y los principios fundamentales de la acción educativa, considerando hasta donde sea factible la pluralidad de los contextos, modalidades, agentes y recursos educacionales y sociales en el quehacer educativo en materia de medio ambiente.

-Anticipar y formular objetivos generales y estratégicos, con diferentes grados de concreción y alcance social, destacando la necesidad de temporalizar su logro según los diferentes ámbitos de actuación política, administrativa y social.

-Señalar y destacar las pautas metodológicas más acordes con los principios rectores y los objetivos establecidos, sea en relación con la misma estrategia o con el desarrollo de una educación ambiental coherente.

-Identificar, orientar y, si fuese necesario, recomendar la dotación y distribución de los recursos humanos, materiales y financieros que sean precisos.

-Reconocer e implicar a los agentes y colectivos sociales directamente relacionados, resaltando la importancia de su participación en las iniciativas y prácticas educativo-ambientales que se promuevan. Se impone la necesidad de comprometer y responsabilizar a los diferentes profesionales en una tarea caracterizada por el saber interdisciplinar y el trabajo multiprofesional.

-Identificar y sugerir medidas y actuaciones concretas que, a modo de planes, programas, proyectos o actividades, etc., posibiliten la extensión de la educación ambiental según diferentes modalidades, ámbitos y líneas de acción educativa.

-Inducir el tipo y grado de los compromisos y responsabilidades que deberán ser asumidos por diferentes instancias sociales (administraciones públicas, medios de comunicación social, sistema educativo, empresas y sindicatos, etc.) a corto, medio y largo plazos.

-Preveer los modelos, criterios y procedimientos que podrán adoptarse para evaluar y supervisar los procesos educativo-ambientales, haciendo constar las situaciones iniciales, su desarrollo y los logros conseguidos, posibilitando la toma de decisiones y la rectificación de sus disfuncionalidades o insuficiencias.

En definitiva, además de otras determinaciones de naturaleza conceptual, metodológica, institucional, etc., consideramos que la Estrategia Gallega de Educación Ambiental constituye un soporte documental destinado a orientar e informar de la toma de decisiones coparticipadas por los diferentes agentes e instancias administrativas y sociales de la Comunidad Autónoma de Galicia en materia de educación ambiental.

En tanto que se trata de un documento que pretende representar y coordinar esfuerzos de todos los colectivos y agentes interesados en el desarrollo de la educación ambiental en Galicia es sumamente importante conseguir un alto nivel de consenso social y político que sirva para garantizar su vigencia durante un amplio período de tiempo. A la hora de fijar un horizonte de aplicación de la estrategia se puede considerar adecuado un plazo de 6 años, al cabo del cual es necesario preveer una revisión y reformulación de la misma. A tal efecto, serán tomados en consideración los procesos evaluativos que se adopten para juzgar sus logros, iniciativas, disfunciones, carencias, etc.

Las propuestas de la Estrategia Gallega de Educación Ambiental deben ser tenidas en cuenta en la elaboración de otras estrategias sectoriales o parciales relacionadas con la gestión del medio ambiente, en todas sus dimensiones y modalidades. En este sentido, existe una convicción compartida por todos los agentes implicados en la redacción y en el debate de este documento sobre la necesidad de poner en marcha el proceso de preparación y consenso de una estrategia gallega dirigida a establecer el marco general para la construcción de una sociedad sostenible.

1.1.2. Antecedentes: marcos internacional y estatal

El diseño de estrategias territoriales -regionales, nacionales y locales- orientadas a facilitar una gestión racional y perdurable del ambiente y de los recursos naturales, tiene como referente más inmediato el conjunto de documentos emanados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, 1992). Entre estos destacan la Declaración de Río, considerada como una carta magna de los derechos ambientales de la humanidad, y la Agenda 21 (o Programa 21), estrategia matriz que señala ámbitos y problemas de actuación prioritaria, define objetivos, establece recomendaciones para la acción e identifica recursos e instrumentos necesarios para la movilización internacional en la búsqueda de un modelo de desarrollo sostenible; es decir, un modelo que haga compatible la satisfacción de las necesidades básicas de la humanidad en el presente con la conservación de los equilibrios ecológicos y de los recursos naturales indispensables para que las

generaciones futuras dispongan de oportunidades para tener una vida digna y de calidad.

El principio 10 de la Declaración de Río afirma que «el mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados», para lo cual «los Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la participación del público poniendo la información a disposición de todos». Aunque no se hace referencia textual a la educación se destaca la necesidad de fomentar la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones y se señala, implícitamente, la educación como instrumento para la acción social orientada al logro del desarrollo sostenible.

La Agenda 21 se articula en cuatro secciones (dimensiones sociales y económicas, conservación y gestión de los recursos para el desarrollo, abastecimiento de los grupos principales y medios de ejecución). La educación aparece tratada en la cuarta sección, considerada entre los medios de ejecución, ocupándose de ella el capítulo 36 titulado «Fomento de la educación, la capacitación y la toma de conciencia». Además, existen recomendaciones de carácter educativo integradas en otros capítulos, especialmente en el dedicado al abastecimiento de los grupos principales.

En el capítulo 36 (36.3) se afirma que «la educación es de importancia crítica para promover el desarrollo sostenible y aumentar la capacidad de las poblaciones para abordar cuestiones ambientales y de desarrollo». En este sentido se argumenta que «tanto la educación académica (formal) como la no académica (no formal) son indispensables para modificar las actitudes de las personas capacitándoles para evaluar y abordar los problemas del desarrollo sostenible», y que «la educación es igualmente fundamental para adquirir conciencia, valores y actitudes, técnicas y comportamientos ecológicos y éticos en consonancia con un desarrollo sostenible, que favorezcan la participación pública efectiva en el proceso de toma de decisiones».

En el apartado 36.5.b del capítulo 36 se exhorta a los gobiernos a «actualizar o preparar estrategias destinadas a la integración del medio ambiente y del desarrollo como tema interdisciplinar en la educación a todos los niveles en los próximos tres años». En la misma línea, el apartado 36.5.g señala que «se debería alentar a las organizaciones regionales y a las autoridades nacionales a que elaborasen programas y oportunidades (...) analizando la forma de movilizar los distintos sectores de la población a fin de evaluar y encarar sus necesidades en materia de educación sobre medio ambiente y desarrollo».

En los conclusiones de la Sesión Extraordinaria de la Asamblea de las Naciones Unidas celebrada en junio de 1997 para evaluar el nivel de cumplimiento de la Agenda 21, después de reconocer que «el estado del medio ambiente global continuó deteriorándose» desde la Cumbre de Río, se acordó, entre otras medidas, que la «educación para un futuro sostenible debería comprometer a un amplio espectro de instituciones y sectores, incluyendo entre otros a los negocios y a la industria, las organizaciones internacionales, la juventud, las organizaciones profesionales, las ONGs, la educación superior, los gobiernos, los educadores y las fundaciones, para dirigir los conceptos y tareas

del desarrollo sostenible en la línea que propone la Agenda 21», señalando además que esta tarea «debería incluir la preparación de planes y programas de educación para el desarrollo sostenible».

En la declaración de la Conferencia Internacional reunida en diciembre de 1997 en Tesalónica (Grecia), sobre Ambiente y Sociedad: educación y sensibilización del público para la sostenibilidad, después de revisar los logros de la Agenda 21 en materia de educación ambiental y concluir que los progresos realizados son manifiestamente insuficientes, se recomienda «que los planes de acción para la educación formal relativa al medio ambiente y a la sostenibilidad respondan a objetivos concretos» y que «las estrategias para la educación no formal e informal sean elaboradas a nivel nacional y local».

Teniendo como referencia los acuerdos de la Conferencia de Río de Janeiro de 1992 y las directrices marcadas por los tratados constitutivos de la Unión Europea y por sus órganos de gobierno, las comunidades europeas establecen en 1993 un Programa Comunitario Político de Actuación en Materia de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (también conocido como V Programa de Acción en Materia de Medio Ambiente), concebido como una estrategia regional a medio plazo (1993-2000) basada en los principios de desarrollo sostenible, prevención y corresponsabilidad, así como en el principio genérico de subsidiariedad. Una directriz básica del V Programa es la consideración de la política ambiental como transversal a todas las políticas sectoriales de la Comunidad.

La educación aparece como un elemento nuclear en el V Programa al entender que es necesario promover un cambio significativo en las pautas de comportamiento y consumo de los seres humanos, tanto a nivel individual como colectivo.

La educación y la formación profesional y continua, como instrumentos concretos para la aplicación del V Programa, aparecen contempladas en el capítulo 7, al mismo nivel que el conjunto de información sobre el medio ambiente, la investigación científica y tecnológica, la planificación territorial, los instrumentos económicos y los mecanismos de asistencia financiera. El rol de la educación dentro del V Programa se concreta en las siguientes directrices básicas para la acción:

-Incrementar la conciencia ambiental de los ciudadanos, tanto a nivel individual como colectivo.

-Formar e informar al público para que participe con conocimiento de causa en la toma de decisiones que afectan a la calidad del medio ambiente y al uso racional de los recursos naturales, actuando como ciudadanos y consumidores responsables.

-Formar e informar a los distintos interlocutores sociales, económicos y de las administraciones públicas sobre los objetivos de la política comunitaria de medio ambiente y sobre sus responsabilidades y posibles contribuciones con respecto a ella.

En la revisión del V Programa realizada en el año 1998 por el Parlamento Europeo y por el Consejo (Decisión nº 2179/98/CE, Diario Oficial de las Comunidades Europeas, L275/1, de 10 de septiembre de 1998), en su artículo 5, se detallan como nuevas prioridades en el ámbito de la educación y de la sensibilización ciudadana las siguientes:

-La integración del concepto de desarrollo sostenible en los programas de educación e información de la Comunidad (5.b).

-La contribución al cambio de comportamientos individuales en la búsqueda de pautas de vida sostenibles (5.c).

-La difusión de la información y de los conocimientos existentes sobre la relación entre el estado del medio ambiente y la salud de los ciudadanos (5.e).

La Estrategia Gallega de Educación Ambiental debe tener en cuenta también las estrategias y propuestas similares que se desarrollen en el contexto del Estado español, por iniciativa de otras Administraciones autonómicas o de la Administración central del Estado, estableciendo vías de trabajo coordinado, respetando el ámbito de competencias aplicable en cada caso. La existencia de un libro blanco de la educación ambiental en España debe servir para concertar programas, recursos y actuaciones entre las distintas realidades políticas, administrativas y territoriales que integran el Estado español.

1.2. Concepto y objetivos de la educación ambiental.

1.2.1. Concepto.

Antecedentes.

La educación y el ambiente son dos referentes clave para la interpretación de los múltiples significados que se asocian con el devenir humano, incluyendo los diversos modos de relacionarse con la naturaleza y de desarrollarse las sociedades, tanto en sus dimensiones locales como planetarias.

La evolución de las civilizaciones y de las culturas, la disposición de los sistemas productivos y la satisfacción de las necesidades sociales o las formas de producir y transmitir conocimientos son exponentes de un proceso histórico en el que las interacciones educación-ambiente resultan incuestionables, aún cuando muchos de sus discursos y actuaciones estén inmersos en una gran heterogeneidad y controversia.

En estas coordenadas, es preciso resaltar como el ambiente, en general, y los entornos de cada experiencia pedagógica, en particular, han sido tradicionalmente estimados como dimensiones esenciales y en los que se fundamenta la labor educativa, al menos en lo que se refiere a:

-Contexto socializador y fuente de estímulos educacionales para personas y colectivos sociales.

-Recurso didáctico, dispositivo o instrumento curricular ligado a la construcción y difusión de los saberes, facilitador de una elaboración crítica del conocimiento y del desarrollo de prácticas educativas.

-Objeto de estudio y centro de interés epistemológico y metodológico en los procesos de enseñanza-aprendizaje.

-Vía posibilitadora de una mayor apertura de los centros educativos a las realidades circundantes.

Con logros desiguales, estas serían durante décadas las manifestaciones más preclaras de unas relaciones educación-ambiente en las que predomina la búsqueda de la formación integral de los educandos y la gradual renovación pedagógica de las instituciones educativas.

La problemática ambiental que, con alcance global, se traduciría en una crisis de los modelos de desarrollo aplicados a los ecosistemas naturales y sociales, suscita, a comienzos de los años setenta, el reconocimiento explícito de la necesidad de nuevos y alternativos enfoques para ampliar y mejorar las interacciones educación-ambiente.

Más en concreto, en la Declaración Final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (Estocolmo, 1972) quedará constancia de la solicitud a los Gobiernos de un compromiso creciente con la «promoción de una conciencia desde la que emprender un programa educativo interdisciplinar, dentro y fuera de las escuelas, que abarque todos los grados de la enseñanza y dirigido a todos, jóvenes y adultos, para que estos sepan qué acciones pueden llevar a cabo para, en la medida de sus posibilidades, administrar y proteger su entorno».

Aparece una nueva concepción del ambiente, que presupone una renovada comprensión y capacidad de las personas para que se impliquen activamente en el diagnóstico y resolución de las problemáticas ambientales emergentes (desequilibrios en la población y en la distribución de los recursos, cambios en las condiciones globales, pérdida de biodiversidad, intoxicación ambiental, etc.). El desarrollo de actitudes y aptitudes propiciadas mediante estrategias pedagógicas adecuadas incidirá en la divulgación e institucionalización de la expresión «educación ambiental», para definir «un proceso formativo permanente a través del que las personas y las comunidades toman conciencia de su medio, al tiempo que adquieren los conocimientos, los valores, las destrezas, la experiencia y también la determinación que los capacitará para actuar, individual y colectivamente, en la prevención y solución de los riesgos ambientales presentes y futuros».

El intento de mejorar las relaciones del ser humano con la naturaleza y las de los seres humanos entre sí, situando en un primer plano competencias y valores acordes con una nueva ética personal y social, incide en la voluntad política y ciudadana de intensificar la sensibilización del público frente a los problemas relativos a la conservación y defensa del medio ambiente, sentando las bases para una participación plenamente informada y activa del conjunto de la sociedad. Una tarea para la que se estima transcendental el fomento de la educación y de la formación en materia de medio ambiente.

Se presenta la necesidad de inscribir sus propuestas e iniciativas en el marco de los modelos de desarrollo humano, en los que el principio de la «sostenibilidad» será evocado como imprescindible para garantizar un mundo más equitativo y habitable. De este modo se contempla la necesidad de procurar fomentar la conciencia de una solidaridad sincrónica y diacrónica que permita «satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin amenazar las posibilidades de las generaciones futuras para dar una cobertura suficiente y de calidad a sus propias necesidades».

En este empeño, la educación ambiental será co-responsabilizada, en la búsqueda de alternativas que favorezcan modos de estar y de ser en el mundo mediante los que se posibilite avanzar en el bienestar social y en la calidad de la vida de todos los ciudadanos, sin que esto conlleve la desaparición o disminución irreversible de los ecosistemas. De esta manera la educación ambiental llega a ser valorada como un factor de cambio social, coincidente con la finalidad de conseguir un desarrollo sostenible sin que se produzca un menoscabo irreparable de las condiciones ambientales.

Los conceptos, principios, objetivos y propuestas a los que se remite la educación ambiental -como estrategia y práctica orientada al análisis crítico del marco socioeconómico en el que se conducen las actuales tendencias de producción y consumo y la potenciación de las capacidades humanas que consigan transformarlo hacia su sustentabilidad- toman como referencia corrientes de pensamiento y líneas de acción de alcance mundial, de las que son muestra entre otros los siguientes eventos y proyectos internacionales: Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (Estocolmo, 1972); Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente-PNUMA (1973); Programa Internacional de Educación Ambiental-PIEA (1974); Seminario Internacional de Educación Ambiental (Belgrado, 1975); Conferencia Intergubernamental sobre Educación Ambiental (Tbilissi, 1977); Estrategias Mundiales para la Conservación de la Naturaleza (1980, 1990); Congreso Internacional sobre Educación y Formación sobre Medio

Ambiente (Moscova, 1987); Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo y aprobación de la Agenda 21 (Rio de Janeiro, 1992); Foro Global de ONGs y Tratado sobre Educación Ambiental para sociedades sostenibles y para la responsabilidad Global (Río de Janeiro, 1992); Congreso Mundial sobre la Educación y la Comunicación en materia de Medio Ambiente y Desarrollo (Toronto, 1992); Conferencia Internacional sobre Medio Ambiente y Sociedad: Educación y Sensibilización para la Sostenibilidad (Tesalónica, 1997).

Definición.

Teniendo en cuenta las propuestas, orientaciones y acuerdos adoptados en su seno; ampliadas y concertadas en diferentes foros de alcance nacional, regional y local; con la amplia y continuada participación de instituciones formativas y de centros de investigación y de desarrollo científico; y con significativo contraste de relatorios, experiencias y sugerencias de

educadores y profesores, técnicos de diversa cualificación y responsabilidades, simposios y congresos, etc., la educación ambiental puede ser definida en los siguientes términos:

Una dimensión de la educación integral y global de las personas y colectividades sociales, que en sus diversas manifestaciones y prácticas, promueve el conocimiento, interpretación y concienciación respecto a las diferentes problemáticas ambientales, su impacto local y planetario, activando competencias y valores de los que se deriven actitudes y comportamientos congruentes con la ética ecológica que se precisa para participar en la construcción de un desarrollo humano sostenible.

La información ambiental y la formación ambiental (adquisición y dominio de saberes y competencias), a pesar de ser condiciones valiosas e incluso necesarias, no son suficientes para la educación ambiental, por lo que no deberán ser asimiladas a esta. La educación ambiental deriva en nuevas oportunidades para la adquisición de saberes («toma de conciencia», «conocimientos»), de saber-hacer («competencias», «aptitudes») y de saber-ser («valores», «actitudes», «ética»), aporta significados que transcienden la simple información y formación ambientales.

1.2.2. Objetivos.

Antecedentes.

Las tentativas orientadas a la construcción de las señas de identidad de la educación ambiental, en diferentes foros y documentos, sitúan en la formulación de sus objetivos la concreción de una dimensión clave. El Seminario Internacional de Educación Ambiental (Belgrado, 1975) constituye un punto de inflexión al respecto. En él fueron consensuados y explicitados como objetivos generales de la educación ambiental los siguientes:

-Toma de conciencia: ayudar a las personas y a los grupos sociales a que adquieran mayor conciencia del medio ambiente en general y de los problemas relacionados, y a mostrarse sensibles a ellos.

-Conocimientos: ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir una comprensión básica del medio ambiente en su totalidad, de los problemas relacionados y de la presencia y función de la humanidad en él, lo que entraña una responsabilidad crítica.

-Actitudes: ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir valores sociales, un profundo interés por el medio ambiente y la voluntad que los impulse a participar activamente en su protección y mejora.

-Aptitudes: ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir las aptitudes necesarias para resolver los problemas ambientales.

-Evaluación: ayudar a las personas y a los grupos sociales a evaluar las medidas y los programas de educación ambiental en función de los factores ecológicos, políticos, económicos, sociales, estéticos y educativos.

-Participación: ayudar a las personas y a los grupos sociales a que desarrollen su sentido de la responsabilidad y a que tomen conciencia de la urgente necesidad de prestar atención a los problemas del medio ambiente, para asegurar que se adopten medidas al respecto.

Con posterioridad, ratificando estos objetivos, la declaración final de la Conferencia Intergubernamental de Tbilissi (1977) insiste en que un propósito fundamental de la educación ambiental será mostrar con toda claridad las interdependencias económicas, políticas y ecológicas del mundo moderno, en el que las decisiones y comportamientos de los diversos países pueden tener repercusiones a nivel internacional, en el presente y en el futuro. En este sentido concretaba tres objetivos alcanzables mediante la educación ambiental:

-Sensibilizar a la población para una percepción integral y un reconocimiento global del medio.

-Enseñar a valorar el medio ambiente desde un punto de vista ético, económico y estético, fomentando actitudes de responsabilidad y solidaridad mundial.

-Reforzar y modificar comportamientos que tiendan a que los ciudadanos actuen activa y eficazmente en la conservación y transformación del medio.

Objetivos.

Las propuestas y actuaciones en materia de educación ambiental deberán satisfacer logros relativos a:

1. Promover una toma de conciencia crítica y sensible respecto al medio ambiente, sus problemas y los riesgos que comporta su deterioro para el conjunto de la humanidad, para la diversidad y calidad de vida.

2. Adquirir conocimientos significativos para una comprensión compleja y globalizada del medio ambiente, de los diferentes factores y procesos (físico-naturales, socioeconómicos y culturales) que lo definen, favoreciendo su aplicabilidad en el análisis, interpretación y evaluación de las realidades ambientales, así como en las actuaciones que sea preciso adoptar para preveer o resolver problemas en los planos local, regional, nacional y/o planetario.

3. Desarrollar aptitudes acordes con una concepción integral y sistemática del ambiente, posibilitando una comprensión básica de las principales cuestiones ambientales, de su naturaleza interdisciplinar y compleja.

4. Promover y desarrollar actitudes, valores y comportamientos ambientales, congruentes con un pensamiento y una ética ecológica orientada por criterios de solidaridad, equidad y justicia social.

5. Habilitar y desarrollar competencias relativas a estilos de vida sostenibles, posibilitando su concreción en iniciativas y prácticas cotidianas respetuosas con los derechos sociales y ambientales, en diferentes contextos y de modo autónomo.

6. Incentivar la participación social, en los planos individual y colectivo, incrementando sustancialmente los niveles de información y co-responsabilidad ciudadana en cuestiones ambientales, con un protagonismo y una capacidad de decisión ajustada al pleno ejercicio de los derechos civiles y democráticos.

Principios rectores.

Los objetivos de la educación ambiental, de modo genérico y en su concreción en la Estrategia Gallega de Educación Ambiental deberán ser interpretados e instrumentalizados atendiendo a los siguientes principios rectores:

a) Partir de enfoques amplios y plurales respecto a la conceptualización del ambiente, a sus múltiples realidades y a los problemas ambientales. Esto implica, en primer lugar, una aproximación a ellos desde criterios de complejidad teórica y metodológica, a través de prácticas interdisciplinares y multiprofesionales, y, en segundo lugar, la consideración del medio ambiente en sus diferentes coordenadas y aspectos configuradores, sean de naturaleza biótica, abiótica y/o social.

b) Garantizar el derecho a un pensamiento divergente, crítico e innovador, en los planos individual y colectivo, en calquiera de las circunstancias en las que realice una acción educativo-ambiental.

c) Considerar la participación social de los ciudadanos, en sus diferentes modalidades y procedimientos, como un cauce insustituible hacia su implicación, adopción de compromisos y responsabilidades públicas en cuestiones medio ambientales, para afrontar y resolver los problemas que les conciernen de modo directo.

d) Convocar y responsabilizar al conjunto de la sociedad, desde la infancia hasta la vejez, desde los ámbitos locales hasta los internacionales en este proceso educativo que, por sus características y objetivos, deberá ser permanente a lo largo de toda la vida y congruente con los criterios básicos de una educación integral y para todos.

e) Regular y articular -según prioridades, competencias y/o estrategias de colaboración- la presencia de diferentes agentes sociales en el diseño, desarrollo y evaluación de iniciativas educativo-ambientales. Se trata, fundamentalmente, de coordinar y optimizar las tareas y actividades que se promuevan, fomentar el intercambio de informaciones, la comunicación y divulgación de propuestas y experiencias, generar redes asociativas e institucionales que incrementen las posibilidades de cooperación social en las prácticas educativo-ambientales y potenciar la actividad de las existentes.

f) Coordinar las diferentes modalidades de la educación ambiental (formal, no formal e informal), de modo que se aprovechen sus respectivas potencialidades y recursos para la formación integral y continuada de las personas, favoreciendo una adecuada transición entre sus programas, iniciativas y experiencias.

g) Disponer y mantener sostenidamente los recursos económicos, técnicos y humanos necesarios para la promoción y desarrollo de la educación ambiental.

h) Definir criterios y mecanismos de evaluación a través de los que se valoren, cuantitativa y cualitativamente, las iniciativas y actuaciones en materia de educación ambiental, atendiendo a la diversidad de sus procedimientos y logros. Concebida como una evaluación orientada a la toma de decisiones, deberá contribuir a enjuiciar los grados de pertinencia, eficacia, rentabilidad, suficiencia, etc. de las prácticas educativo- ambientales y de su calidad.

i) Incorporar la educación ambiental a todos los ámbitos de la gestión ambiental, no como un elemento secundario o exclusivamente complementario, sino como vector principal de las actuaciones previstas.

1.2.3. Ámbitos y líneas de actuación.

Las actuaciones que posibilitan la concreción de estos principios rectores y de los objetivos generales de la educación ambiental se deberán canalizar atendiendo a los siguientes diferentes ámbitos y líneas de actuación:

-Investigación y desarrollo del conocimiento científico.

-Formación ambiental y capacitación técnico- profesional.

-Información, comunicación y divulgación ambiental.

-Orientación y asesoramiento educativo, técnico y profesional.

-Participación ciudadana.

-Planificación, gestión y evaluación de programas.

En su conjunto expresan y definen la diversidad de enfoques, perspectivas y acciones educativas que es preciso implementar para un desarrollo integral de la educación ambiental, y que en el marco de la Estrategia Gallega de Educación Ambiental consideramos que deben atender a los postulados y supuestos que se indican para cada caso.

Investigación y desarrollo del conocimiento científico.

Se trata, fundamentalmente, de promover y consolidar vías de estudio que posibiliten la creación y difusión del conocimiento generado alrededor de la educación ambiental.

El carácter transdisciplinar y complejo de las temáticas y realidades objeto de estudio deberá implicar la presencia y, si procede, la integración de las diferentes áreas de la Ciencia y de la Tecnología en la investigación y el desarrollo del conocimiento científico en la educación ambiental.

Se buscará promover y apoyar aquellas iniciativas que contribuyan al fomento de la investigación en educación ambiental, en actividades como:

-Realización de proyectos de investigación básica aplicada u orientada.

-Equipamiento e infraestructura para la investigación y documentación.

-Fomento de las relaciones de reciprocidad con otras comunidades y países.

-Organización de congresos.

-Publicaciones periódicas, monografías, informes, talleres, etc.

También deberán tener la misma orientación aquellas iniciativas y actuaciones que favorezcan la extensión de la actividad investigadora en el exterior de las universidades y de los centros de investigación superior, de cara al desarrollo científico de la educación ambiental en diferentes contextos, como centros educativos de educación infantil, primaria y secundaria, empresas y sindicatos, organizaciones no gubernamentales, colectivos ecologistas, etc.

Se incentivará la cooperación en la investigación, la difusión de la información y la innovación metodológica y científica.

Se apoyará la estrategia metodológica que se acoge a las denominaciones de investigación-acción, investigación participativa, investigación en equipo, investigación etnográfica o similares, que parece ser un cauce de indudable interés y congruencia para la educación ambiental.

Formación ambiental y capacitación técnico-profesional.

Se concibe la formación como un proceso educativo a través del cual las personas son instruidas y animadas en aquellas dimensiones del saber y el hacer que se consideran necesarias para su autorrealización como individuo social en las diferentes facetas del desarrollo humano. En este caso, facultando su competencia para el conocimiento e interpretación de las realidades ambientales y la consecuente actuación proambiental.

La formación debe dar respuesta a necesidades, intereses, expectativas y demandas de las personas, así como de la sociedad a la que pertenecen. La formación ambiental significa desarrollar el sentido de la responsabilidad ecológica y un comportamiento orientado al uso sostenible de los recursos; esto implica adquirir una percepción integrada del ambiente, conocimientos específicos de sus factores y características, así como metodologías de análisis, comunicación e intervención.

Atendiendo a las diferentes tipologías de los procesos formativos, sea en el interior de los sistemas educativos (educación formal) o en el exterior de ellos (educación no formal e informal), con sus correspondientes estructuras programáticas y currículo, criterios metodológicos, procedimientos de evaluación y acreditación de la formación o cualificación recibida, deberán distinguirse al menos dos niveles de actuación:

-La secuencia de la formación.

-Los destinatarios y las finalidades.

Según la secuencia de la formación.

-Inicial. Dirigida a las personas que reciben por vez primera aprendizajes y competencias relacionadas con la educación ambiental, sea en el sistema educativo (desde la educación infantil hasta las universidades) o en otros contextos institucionales (empresas, sindicatos, etc.), por un período más o menos largo.

-Continua o permanente. Proceso de formación en educación ambiental extensible a lo largo de toda la vida, complementaria o diferida respecto a una formación previa. En este sentido hay que destacar los propios procesos de autoformación, de formación «en servicio», formación ligada a los puestos de trabajo o de desempeño profesional, etc.

Según los destinatarios y finalidades.

-General. Destinada al gran público, con la pretensión de propiciar la adquisición de un mínimo de saberes y de saber hacer relativo al medio ambiente.

-Específica. Destinada a los integrantes de ciertas profesiones, familias de profesiones o agentes sociales, susceptibles de verse afectados por el medio ambiente: ingenieros, arquitectos, urbanistas, planificadores, políticos, sindicalistas, economistas, juristas, médicos, profesores, voluntariado social, etc., con el fin de adquirir conocimientos adecuados a sus correspondientes niveles de responsabilidad y coparticipación en los procesos educativo- ambientales.

-Especializada. Destinada a miembros de profesiones o familias de profesiones directamente ligadas al medio ambiente o al desarrollo de la educación ambiental: educadores y profesores, ecoconsejeros, agentes comunitarios de programas educativoambientales, científicos y técnicos medio ambientales, etc., con la perspectiva de una cualificación y acreditación pública de su cometido, responsabilidades y competencias, aún cuando unas y otras sean contempladas con criterios de interdisciplinariedad y trabajo en equipo.

Las actuaciones formativas deberán concretarse en los sistemas educativos mediante propuestas basadas en la globalidad (educación infantil), la transversalidad (educación primaria y secundaria), o la especialización (formación profesional y educación universitaria), atendiendo a planes de estudios, diseños y orientaciones curriculares congruentes con los niveles de globalidad o especificidad que en cada caso sean pertinentes.

En otras instancias, espacios y tiempos sociales, la formación y la capacitación ambientales recogerán una amplia gama de iniciativas, experiencias y procesos: enseñanza a distancia, programas informáticos, seminarios y cursos monográficos, simposios y jornadas de debate, proyectos formativos en centros, ecoescuelas, programas educativos comunitarios, universidades de verano, elaboración de bibliografías, etc.

La formación y la capacitación ambiental relacionada con la educación ambiental que se diseñe y desarrolle se dotará de contenidos, metodologías, actividades y procesos de evaluación basados en el aprendizaje significativo.

Información, comunicación y divulgación ambiental.

Una protección satisfactoria del medio ambiente (desde la detección de sus problemas hasta la concepción de iniciativas, la adopción y aplicación de medidas que conlleven una mayor sensibilización y concienciación públicas) requiere incrementar significativamente la cantidad y calidad de la información pertinente a tal efecto. Para eso será necesario solicitar, elaborar y presentar de forma adecuada las referencias y los contenidos ambientales que puedan estar disponibles, recurriendo a los sistemas de comunicación y de divulgación que sean más accesibles para cada público receptor.

Los procesos de producción, transmisión e intercambio de mensajes educativo-ambientales deben atender a criterios de objetividad, veracidad, actualidad y transparencia, utilizar diversos procedimientos técnicos y didácticos, tanto los que remiten a una información personalizada como aquellos que tienen una connotación masiva; y que, con diferentes grados de complejidad, permitan al conjunto de la población alcanzar un mayor conocimiento y comprensión de las realidades ambientales.

Los niveles de acceso, análisis y utilización eficaz de la información ambiental deben ser congruentes con el desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación, los centros y sistemas informáticos, los mecanismos interactivos y dialogantes, la digitalización de los canales y los mensajes, etc., aplicados en diferentes contextos y atendiendo a una gran diversidad de necesidades y receptores (administraciones públicas, empresas, colectivos ciudadanos, centros educativos, familias y público en general).

La interacción social que se pretende favorecer a través de los diferentes medios de información, comunicación y divulgación ambiental (en particular los que identificamos con la denominación de «medios de comunicación social»: prensa, radio y televisión) responde a una actuación concertada y permanente, al menos en lo que implica de asunción de compromisos y responsabilidades para mantener un apoyo sostenido de la educación ambiental a través de su co-participación en campañas de sensibilización, inserción de publicidad «ecológica», creación y mantenimiento de programas ambientales, difusión de experiencias e iniciativas significativas, elaboración de documentos e informes, creación de puntos y redes territoriales de información ambiental (nacionales, regionales y locales), disponibilidad de bases de datos, etc., para que la información y divulgación ambiental satisfaga las condiciones de eficiencia y calidad deseables de la co-participación de diferentes agentes e instancias

sociales: de la comunidad científica y tecnológica, de las empresas multimedia, de editores y distribuidores de materiales, etc. También, e inevitablemente, de educadores y profesionales de la infor

mación que en el desempeño de su trabajo deberán combinar y/o integrar los distintos niveles de sofisticación o de simplificación que las temáticas ambientales ofrecen.

Orientación y asesoramiento educativo, técnico y profesional.

En su acepción más genérica, la orientación y el asesoramiento son procesos sistemáticos de ayuda, dirigidos a personas o colectivos, con el fin de que adquieran un mejor conocimiento de sus potencialidades sociales, educativas, profesionales y laborales. Su concreción requiere formas de intervención individual y grupal, directas o diferidas, basadas en conocimientos técnicos y consecuentes con el logro de unas determinadas finalidades.

Por sus objetivos y procedimientos, son procesos convergentes con la información y la formación, de las que se nutre y a las que complementa con su visión prospectiva y facilitadora de la toma de decisiones.

En este sentido, y por lo que se refiere a la educación ambiental, la orientación y el asesoramiento configuran vías complementarias para el conocimiento, la interpretación y la acción proambiental, sugiriendo metodologías, aclarando alternativas y opciones, estableciendo recomendaciones y principios de actuación, optimizando el aprovechamiento de los recursos, facilitando la adopción de decisiones, etc.

Su contribución a la educación ambiental podrá ser especialmente significativa en la prevención, desarrollo e intervención social sobre el medio ambiente, motivando la cualificación e implicación de diferentes agentes educativos y profesionales. Con esta finalidad deberá configurarse como un proceso de ayuda técnica en los contextos escolares, ocupacionales y laborales.

Participación ciudadana.

Como expresión estrechamente vinculada a la idea de democracia y a la construcción de la sociedad civil, el concepto de participación ejemplifica un proceso mediante el cual las personas, individualmente o en grupos, asumen un protagonismo directo en la sociedad, involucrándose en la toma de decisiones y/o en los procesos de transformación social. Para hacerse efectiva exige condiciones y actitudes que se concretan, entre otras, en la liberdad de opinar y manifestarse, sentido del deber y de la responsabilidad cívica, apertura a pensamiento y criterios diferentes de los propios, etc.

En lo que se refiere a la educación ambiental, la participación debe ser considerada en una triple dimensión:

-Como un objetivo o finalidad, en el sentido de ampliar y consolidar las responsabilidades e implicar al mayor número posible de personas en la construcción de la cultura de la sostenibilidad y de la calidad ambiental.

-Como metodología e instrumento de aprendizaje colectivo, centrada en el desarrollo de competencias orientadas al diagnóstico de problemas, la toma de

decisiones y el control de la gestión por parte de la ciudadanía, a diferentes niveles (local, autonómico, nacional, internacional) y recurriendo a todos los cauces que posibilitan la activación de la vida democrática.

-Como una contribución decisiva a la adopción y fortalecimiento de la sostenibilidad en la vida cotidiana, con lo que esto implica de cambio de pautas y estilos de vida, cooperación en actividades favorecedoras de la solidaridad, adopción de hábitos de consumo que incidan en la reducción del consumo de los recursos y su reutilización, etc.

La democracia como marco general de la participación ciudadana y del desarrollo de la educación ambiental resulta indiscutible; para eso las capacidades de diálogo, la negociación y el consenso resultarán mecanismos fundamentales para preveer y resolver conflictos e incluso comprometerse de un modo directo con la acción. La labor de los gobiernos, de los parlamentos y de los grupos políticos, de los agentes sociales (sindicatos, colectivos empresariales, etc.) de los movimientos asociativos y ciudadanos, de las corporaciones locales, etc., son imprescindibles para la construcción de la participación democrática que se reclama.

La constitución de consejos locales, comarcales, provinciales y autonómicos de educación ambiental, concebidos como foros de consulta y debate sobre las circunstancias, iniciativas, propuestas, etc. en materia educativo-ambiental, podrían ser iniciativas interesantes y relevantes para incrementar e institucionalizar una parte muy significativa de la participación ciudadana.

Planificación, gestión y evaluación de programas.

La adopción de estrategias de pensamiento y acción que den respuesta a necesidades e inquietudes colectivas, especificando los compromisos y responsabilidades que afectan a las diferentes instancias (personas, grupos, instituciones, comunidades, etc.) requiere ser garantizada por procesos de planificación, gestión y evaluación -a corto, medio y largo plazomediante los que se optimicen las oportunidades de la acción social, al tiempo que se minimizan sus riesgos y dificultades.

Para la educación ambiental, al igual que para otras prácticas educativas, la estrategia básica de procedimiento a la que se remite la acción educativoambiental desde su diseño hasta su evaluación, constituye una exigencia clave para la concreción de sus propuestas en planes, programas, proyectos, actividades, etc., al menos en lo que atañe a las siguientes finalidades y logros:

-Dotar de mayor racionalidad las actuaciones educativo- ambientales, fundamentando la toma de decisiones y la asunción de responsabilidades públicas en todos los ámbitos de la administración y de la gestión que son competencia del poder político (autonómico y local) e institucional (en el sistema educativo, en la red de centros y centros educativoambientales, en las empresas, etc.).

-Optimizar los recursos existentes, materiales, presupuestarios y humanos; lo que implica el máximo y óptimo aprovechamiento de los medios disponibles, así como una previsión adecuada de los que deben implementarse según las necesidades y potencialidades, sean desde una perspectiva endógena o exógena.

-Incorporar el conocimiento y la investigación socioeducativa y ambiental a las prácticas educativoambientales, lo que deberá suponer incrementar la convicción política y social de actuar conforme a criterios de racionalidad científica, fundamentando la comprensión de la realidad (análisis de necesidades, interpretación de problemáticas y conflictos, etc.) y, consecuentemente, las actuaciones que determinen los planes, programas, proyectos, etc. de educación ambiental.

-Contribuir a explicar y orientar las secuencias de lo que debe hacerse, dando contenido y sentido a aquellas estrategias más razonables y factibles con vistas al futuro, proyectando modelos, anticipando nuevas realidades, graduando los objetivos y finalidades, etc.

Planificación.

En la lógica de la planificación cabe entender que las estrategias de procedimiento, los métodos y los modos de afrontar las cuestiones fundamentales de la educación ambiental deberán ser congruentes con preocupaciones explícitas de las personas que son objeto y sujeto de sus prácticas pedagógicas, los objetivos y finalidades que se van a establecer, las modalidades de trabajo más adecuadas en función de los ámbitos y de las problemáticas ambientales, siempre tratando de armonizar una concepción global de la acción con su concreción en situaciones y contextos específicos, de alcance más local.

Gestión.

Esta lógica deberá extenderse a la organización, gestión y desarrollo de las iniciativas proyectadas, procurando recurrir a los diversos métodos, recursos e instrumentos de la educación ambiental, con los niveles de congruencia, eficacia y eficiencia que son precisos en toda acción-intervención educativa.

Evaluación.

La evaluación tendrá que ser consecuente con la voluntad de configurarla como un proceso a través del cual una sociedad aprende de sí misma, acorde con la necesidad de contribuir a democratizar las decisiones públicas, de afirmar la importancia de valorar con juicio crítico las prácticas sociales que se promueven, de interpretar los logros y la consecución o no de los objetivos propuestos, además de contribuir a mejorar la toma de decisiones.

Se trata de un proceso metodológico, de carácter cíclico, que forma parte de un proceso más amplio, a través del cual debe realizarse una recogida sistemática de información cuantitativa y cualitativa sobre el contexto, necesidades, planificación, ejecución y resultados del plan, programa, proyecto o actividad educativo- ambiental que se desarrolle.

Tomando como referencia distintos modelos (convencionales, de toma de decisiones, alternativos), tipologías (formativa y sumativa), secuencias (inicial, permanente, final), técnicas (cuantitativas y cualitativas), agentes (interno, externo y mixto), etc., con la aplicación de la evaluación en educación ambiental se deben pretender dar, en todo momento, referencias contrastables sobre la situación o estado de las prácticas educativo- ambientales, tratando de expresar cuantitativa y cualitativamente lo que está hecho, lo que se está haciendo y lo que queda por hacer para permitir una mayor y mejor regulación de las acciones y de las políticas en este campo.

Se constituirán, asimismo, equipos evaluativos de carácter multiprofesional que, a diferentes niveles, con distintas responsabilidades y contando con representación suficiente de todos los agentes sociales implicados, contribuyan técnicamente a evaluar la Estrategia Gallega de Educación Ambiental en su conjunto, o derivaciones de ella en estrategias de alcance provincial, comarcal, municipal, etc.

En su conjunto, las actuaciones señaladas, de acuerdo con los principios rectores y los objetivos generales de la educación ambiental, tendrán que ser consideradas en el contexto amplio, complejo e integral de una estrategia gallega que estará atenta a las necesidades y problemas emergentes, a las declaraciones y recomendaciones que se suscriban en los planos internacional y nacional, a las evaluaciones de procesos y resultados que de ella se deriven, etc. de modo que puedan ser permanentemente revisados y mejorados, fundamentalmente en lo que esto implica de adecuación y coherencia con las pautas que surjan de afrontar decididamente la problemática ambiental y de los avances o retrocesos que se produzcan respecto a las políticas y actuaciones en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible.

1.3. Modalidades de la educación ambiental.

1.3.1. Características.

La diversidad de concepciones y prácticas educativas, con sus correspondientes referencias teóricas e instrumentales, tiene como corolario diferentes modos de educar y de educarse en la sociedad contemporánea, respecto a los que se han establecido tipologías y modalidades educacionales a las que es frecuente nombrar en el lenguaje pedagógico y coloquial con los calificativos de educación formal, no formal e informal; educación institucional e incidental; educación escolar y social; educación sistemática y natural; etc.

En general, son vocablos mediante los que se pretende establecer una categorización de los procesos educativos en función de distintos criterios (contextos espaciales y temporales, grados de intencionalidad y sistematización, responsabilidades adquiridas en la planificación y evaluación, etc), con la intención de expresar la pluralidad de representaciones y prácticas que encuentran acomodo en la expresión «educación».

Por lo que respecta a la educación ambiental esta diversidad aporta un cuadro de referencia sustantivo,

atendiendo al cual es posible dirimir sus modalidades de reflexión y acción. En este sentido, dada su vasta divulgación y a pesar de ser cuestionada y de sus insuficiencias epistemológicas, adoptamos la tipología que recorre al establecimiento tres modalidades educativas; son las que reciben las denominaciones de educación formal, educación no formal y educación informal.

1.3.2. Educación ambiental formal.

La educación ambiental que puede desarrollarse en el marco referencial de la educación formal está incluida en las estructuras y ordenamientos institucionales que constituyen los sistemas educativos, desde la educación infantil hasta la universitaria.

Se trata de una educación legal y administrativamente regulada, en ciclos, etapas y niveles formativos definidos, con señales de identidad característicos aunque sujetos a pautas organizativas y normativas relacionales en el marco institucional de los diversos centros de estudio que articulan los sistemas educativos.

Está asociada a programas y planes de estudios con una estructura didáctica en la que se pueden combinar diferentes grados de disciplinariedad curricular (materias sujetas a criterios de disciplina única, de disciplinariedad recíproca; de multi, inter o transdisciplinariedad, etc.), y de los que se induce su consideración con distintos efectos para los proyectos educativos de centro y los diseños curriculares, la adscripción a las áreas de conocimiento, los sistemas y consecuencias de la evaluación, así como las acreditaciones a las que puede dar lugar.

Al margen de su relevancia para una formación integral personal y social de los educandos, en el sistema educativo español reformado con la promulgación de la Ley de ordenación general del sistema educativo (LOGSE) en 1990, la educación ambiental adquirió las connotaciones propias de una materia transversal (favorecedora del aprendizaje desde una perspectiva holística) hasta la enseñanza superior, manteniendo en las univesidades la condición de materia obligatoria u optativa en distintos planes de estudios y universidades, fundamentalmente en las titulaciones conducentes a las diplomaturas de maestro, de educación social y de la licenciatura en pedagogía.

1.3.3. Educación ambiental no formal.

La educación ambiental que se considera concomitante con la modalidad de una educación no formal comparte con ésta su caracterización como procesos o prácticas educativas, incluso intencional y sistemáticamente organizados, que ocurren en el exterior del sistema escolar y que no pretenden derivar hacia aprendizajes reconocidos oficialmente, al menos en los términos y con la trascendencia con que esto sucede en los sistemas educativos.

De partida, son prácticas educacionales abiertas al conjunto de la población, desde la infancia hasta la vejez, que pueden orientar sus objetivos hacia diferentes vertientes: adquisición de conocimientos, desarrollo de actitudes positivas respecto al medio

ambiente, incentivar la adquisición de valores ecológicos sociales, formación en habilidades y competencias específicas, etc. En este sentido recurren a múltiples modos de ordenar sus contenidos, métodos, espacios y temporalidad, planificación y gestión, recursos, actividades, evaluación, etc.

De hecho, la educación ambiental no formal recoge niveles de organización y actuación que son muy variables según la naturaleza del programa, desde altamente estructurado -al estilo escolar- hasta un mínimo nivel de estructuración. Esta variabilidad se manifiesta claramente en la amplia gama de iniciativas de educación ambiental que se pueden acoger a esta modalidad de educación no formal: juegos de simulación, itinerarios didácticos, centros de interpretación ambiental, aulas y talleres de la naturaleza, granjas escuela, escuelas taller, campos de trabajo, seminarios y cursos de especialización, programas de formación ocupacional y laboral, etc.

1.3.4. Educación ambiental informal.

La educación ambiental puede ser asociada a criterios y modos de educar propios de lo que se conoce como educación informal, no sistemática. No existe, en este caso, una intencionalidad formativa expresa: no está integrada en ninguna estructura particular nin es objeto de regulaciones pedagógicas planificadas, a modo de un programa o proyecto.

De hecho, se considera que puede sobrevenir a partir de cualquier recurso, circunstancia y/o agencia social con capacidad potencial para provocar o activar en las personas que reciben su influencia un «aprendizaje» efectivo: vivencial, relacional, cognitivo, comunicativo, actitudinal, etc. En este sentido se considera que es más bien un conjunto de estímulos, acciones, informaciones o acontecimientos sociales que tienen consecuencias educativas aunque no hayan sido elaborados específicamente para la educación.

Con esta perspectiva, la educación ambiental informal constituye un proceso diluido, ecléctico, circunstancial, que toma como referencia los encuentros sociales (en la familia, en los grupos de iguales, en la actividad asociativa, en los actos conmemorativos, etc.), en las lecturas y sistemas de divulgación audiovisual (carteles, folletos, paneles, etc.), en los medios de comunicación social (radio, televisión, periódicos, revistas, etc.), en los que el ambiente, sus problemáticas y soluciones son elementos focales de un caleidoscopio de perspectivas, concepciones y representaciones diversas.

1.3.5. Una visión globalizada.

Esta categorización de la educación ambiental en tanto que «formal», «no formal», e «informal» no debe propiciar una lectura estanca y parcializada de la misma, sino una vía abierta hacia una consideración amplia, compleja y globalizada de sus proyectos y prácticas, en un contexto de educación ambiental permanente, confrontada con la diversidad de espacios y tiempos para educar y educarse ambientalmente durante toda la vida.

En la construcción de la que ya se identifica como sociedad de la información y del conocimiento interesa destacar la importancia relativa y siempre complementaria de cada una de las diferentes modalidades, formuladas mediante representaciones y prácticas que pueden, e incluso deben, dar lugar a una multiplicidad de combinaciones (organizativas, estrategias, paradigmáticas, metodológicas, institucionales, didácticas, etc.) en el tratamiento de una educación relacionada con el medio ambiente. Para la educación ambiental, en convergencia con «otras educaciones» (para la paz y la comprensión internacional, para la salud, para el desarrollo, para la interculturidad, etc.) será fundamental aprovechar los significados y oportunidades que ofrecen estas modalidades, tanto en lo que se refiere a la forma de concebir la educación ambiental como en lo que lleva consigo de puesta en marcha.

1.4. Educación ambiental y desarrollo sostenible.

El reconocimiento de la educación ambiental como una dimensión específica y al mismo tiempo integrante de una educación total, global y permanente, en la que el medio ambiente se constituye en contexto y pretexto para un quehacer pedagógico comprometido con el bienestar individual y colectivo, con capacidad para promover la armonía entre los seres humanos y entre estos y otras formas de vida, requiere situar en un primer plano los procesos de desarrollo personal y social: no sólo como expresión de una mejora significativa en la calidad de vida y de las condiciones que garanticen los derechos de la ciudadanía, sino también como exponente de un crecimiento económico equitativo y perdurable, es decir, plenamente respetuoso con los equilibrios ecológicos y con la satisfacción universal de las necesidades humanas básicas.

La concreción de los procesos de desarrollo que tratan de responder a este enfoque se refleja, desde los primeros años setenta, en diferentes denominaciones; desarrollo integrado, ecodesarrollo, desarrollo sostenido, etc., en general, coincidentes en afirmar la necesidad de que se produzcan cambios estructurales de cierta envergadura en los sistemas productivos y en la misma organización social, acompañados de transformaciones cotidianas en los estilos de vida personales y colectivos.

Esto supone asumir, tal y como proclamó la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo (1987) que se «requiere la promoción de valores que alienten niveles de consumo que permanezcan dentro de los límites de lo ecológicamente posible y a los que todos puedan aspirar razonablemente». Que sea así implica que tendrá que concretarse en un desarrollo que se asiente en un conjunto de valores, definidos en los siguientes términos:

-Durabilidad. Utilización prolongada de los recursos naturales en el tiempo, con criterios de solidaridad diacrónica, manteniendo o ampliando la calidad de vida en general.

-Eficiencia. Entendida como un mejor y más racional uso de los recursos disponibles, que permita un mayor aprovechamiento del «capital natural», con un con

sumo menor e impidiendo que perduren los daños al medio ambiente.

-Redistribución. Concebida como reparto equitativo y justo de los costes y beneficios ambientales, con criterios de solidaridad sincrónica.

-Suficiencia. Considerada en este caso como un principio moral aplicado a la limitación de la producción y del consumo, sin menoscabo de la satisfacción básica y generalizada de las necesidades humanas.

-Responsabilidad. Como valor orientado a la implicación y participación de las personas y de las comunidades en tanto que sujetos activos y no sólo objetos receptores de las propuestas e iniciativas emanadas de otros.

-Prevención. Entendida como anticipación reflexiva y resolutiva -a partir de los conocimientos disponibles-, de aquellos efectos e impactos negativos que puedan generar las actuaciones ambientales en el futuro, y que se consideren limitantes de los procesos de desarrollo humano.

-Integral. Promovido a modo de una experiencia vital globalizadora, que abarque un amplio espectro de realidades y prácticas (políticas, económicas, culturales, educativas, legislativas, ecológicas, técnicas, demográficas, administrativas, etc.)

Un desarrollo que debe articularse desde las comunidades locales hasta la sociedad planetaria, y que -según se expresaba en la Declaración Final del Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Social, convocado en Copenhague en marzo de 1995 tendrá que ser compatible con una vida sana y productiva, en armonía con la naturaleza, y para el que la protección del medio ambiente debe ser un componente fundamental en cualquier esfuerzo que pretenda mejorar la calidad de vida de todas las personas, aún admitiendo que el concepto de «calidad de vida» tiene una definición variable según las culturas. A pesar de todo, suscribe la idea de que el «desarrollo» solamente puede ser coherente con esta denominación, que será literalmente expresada en el Informe de la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo (1987), más conocido como Informe Brundtland, aludiendo a la necesidad de un desarrollo sostenible. En este contexto, se entiende que es el desarrollo que satisface las

necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades, lo que implica:

-Que debe protegerse el equilibrio general y el valor de la reserva de capital natural.

-Que hay que establecer otros criterios e instrumentos de evaluación de los costes y beneficios a corto, medio y largo plazo para reflejar los auténticos efectos socioeconómicos y los valores de consumo y conservación, tanto en términos cuantitativos como cualitativos.

-Que los recursos deben distribuirse y consumirse con justicia en todas las naciones y regiones del mundo.

-Que debe preservarse la diversidad biológica y la pluralidad cultural.

-Que se debe percibir la realidad desde una perspectiva global, compleja e interdependiente, a través de la que se observe la multicausalidad de los problemas ambientales y de sus soluciones.

-Que se respete el derecho de las comunidades y de las naciones a desarrollarse, la legitimidad de sus valores culturales e históricos, armonizando su voluntad colectiva con la búsqueda de contextos favorecedores de la concertación, la descentralización y la gestión democrática de sus intereses y los de otros pueblos y naciones.

-Que se adopte una economía sostenible, adaptada y mejorada, siguiendo criterios en los que se combine el uso más adecuado de sus soportes organizativos, tecnológicos, científicos y humanos.

-Que se tenga en cuenta que pueden establecerse distintas vías hacia modos de vida sostenibles, acordes con las peculiaridades históricas, sociales y culturales de cada grupo humano.

La necesidad de proyectos y prácticas educativas que permitan a los seres humanos y a las sociedades avanzar en el aprovechamiento pleno de sus capacidades latentes es una constante en la relación dialéctica que la educación ha establecido históricamente con los procesos de desarrollo, de transformación y de cambio social. En este sentido, la Agenda 21, aprobada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, 1992), afirma: «la educación es de importancia crítica para promover el desarrollo sostenible y aumentar la capacidad de las poblaciones para abordar cuestiones ambientales y de desarrollo... Tanto la educación académica como la no académica son indispensables para modificar las actitudes de las personas de manera que éstas tengan la capacidad de evaluar los problemas del desarrollo sostenible y abordarlos. La educación es igualmente fundamental para adquirir conciencia, valores y actitudes, técnicas y comportamientos ecológicos y

éticos en consonancia con el desarrollo sostenible y que favorezcan la participación pública efectiva en el proceso de adopción de decisiones».

Para que esta educación sea eficaz, se insistirá en la necesidad de que atienda a tres aspectos prioritarios: la dinámica del medio físico/biológico, del medio social y económico y del desarrollo humano (que podría comprender el desarrollo espiritual), integrados en todas las disciplinas y dando importancia a los métodos académicos, no académicos y de comunicación. Como orientación se indica que entre los conceptos ecológicos y de desarrollo se incluya la demografía, el análisis de la causa de los principales problemas ambientales y el desarrollo local.

El tratado sobre educación ambiental para sociedades sostenibles y la responsabilidad global, suscrito en el Foro Global (Río, 1992) por más de 1.500 organizaciones no gubernamentales, también compromete a la educación ambiental, entendida como un proceso educativo transformador, con la necesidad de crear

sociedades sostenibles y equitativas. Asumiendo que la educación ambiental no es neutra, sino ideológica y política («es un acto político basado en valores para la transformación social»), reclama su orientación hacia la acción, partiendo del derecho de todos a la educación, destacando el doble papel que tenemos todos como educadores y educandos. La actuación deberá ser global y local, en calquier tiempo y lugar, teniendo como base siempre el pensamiento crítico e innovador.

La complejidad y el alcance global de los problemas ecológicos, unidos a la mundialización del espacio económico y a la homogeneización de las pautas culturales, determina que la educación ambiental para la sostenibilidad deba recurrir a un adecuado equilibrio entre lo local y lo global, al menos en tres ámbitos principales: el de la productividad y la competitividad económicas, el de la integración sociocultural y el de la representación y gestión políticas.

En este sentido, al igual que para calquier práctica educativa que pretenda afirmarse como un proyecto de civilización, el desarrollo comunitario (local y comarcal) constituye una referencia clave, reconociendo a las personas no sólo como individuos sino como una «comunidad» instalada en un territorio, con un pasado y un futuro común; lo que deberá ser correspondido con el establecimiento de estructuras y dinámicas que lleven consigo un tratamiento diferenciado para los medios rural y urbano, singularmente en Galicia.

Finalmente, es preciso ratificar que si bien la educación ambiental debe configurarse como una aportación sustancial para el desarrollo sostenible -de modo tal que en sus orientaciones teóricas, estratégicas y metodológicas se haga compatible la conservación y utilización de los recursos ambientales con una mejora de los niveles de bienestar material de las sociedades-, no puede olvidarse que su objetivo último son las personas, con lo que esto lleva consigo de respeto a sus derechos y dignificación de su vida, entendida ésta también en las coordenadas de un «desarrollo humano sostenible».

1.5. Educación ambiental y problemática ambiental.

La Estrategia Gallega de Educación Ambiental debe contribuir a promover una cultura de la sostenibilidad en todos los ámbitos de la vida. La educación ambiental debe ser uno de los instrumentos para normalizar dicha cultura y no debe activarse sólo cuando la población perciba o se alarme ante un problema ambiental. Sin embargo existen determinados aspectos relevantes de la problemática ambiental, local y global, que constituyen ámbitos de trabajo de gran importancia. Por lo tanto distinguiremos los problemas ambientales según su trascendencia en el marco autonómico y en el marco global del planeta.

1.5.1. Problemas ambientales de ámbito gallego.

En Galicia existen diversos problemas ambientales, específicos unos y otros compartidos con el ámbito español, europeo y del primer mundo. En las intervenciones de educación ambiental resulta eficaz refe

rirse a los problemas que son sentidos como tales por los destinatarios de la actuación, especialmente aquellos que son objeto de polémica o debate público porque la educación ambiental, como las otras dimensiones educativas que privilegian la educación en valores, debe ser parte importante de la resolución de los problemas ambientales. A continuación se señalan algunos de los más importantes, sin que el orden en que aparecen sea indicativo de su importancia relativa.

-Emisiones contaminantes a la atmósfera. Las emisiones domésticas que proceden de los sistemas de calefacción y las relativas a los medios de transporte son inferiores a las producidas en regiones próximas más desarrolladas; sin embargo, es preocupante su tendencia creciente. Por otra parte, las elevadas emisiones de unas pocas industrias muy señaladas, además de ser muy contaminantes en términos absolutos, producen un gran impacto en la opinión pública. En todos los casos es necesario abordar su reducción.

-Incendios forestales. La producción forestal es hoy en día la primera industria gallega asociada a la explotación de recursos naturales, por encima de la pesca y de la agricultura. Los incendios forestales son el principal problema ambiental de Galicia y su impacto en la opinión pública es enorme. Entre sus múltiples efectos negativos destaca la erosión del suelo, un recurso no renovable a escala humana. La compleja causalidad de los incendios y las dificultades de la gestión racional del monte constituyen un ámbito de especial interés para la educación ambiental.

-Degradación de espacios naturales de alto valor ecológico. En Galicia prácticamente no existen espacios naturales sin influencia humana, la presión del ser humano sobre el territorio ha sido muy extensa y poco intensa. Este efecto ha sido potenciado desde tiempos remotos por la dispersión de la población y diversas características geográficas y sociológicas. Sin embargo, o tal vez precisamente por eso, contamos con espléndidos lugares naturales que es necesario preservar y a los que se debe dar un tratamiento acorde con los principios del desarrollo sostenible.

-Empobrecimiento de la flora y fauna salvajes. Numerosas especies, subespecies y poblaciones están en peligro de extinción en mayor o menor medida a causa de la destrucción y fragmentación de sus hábitats naturales, de la introducción de especies ajenas a nuestro medio natural, de la sobreexplotación de los recursos pesqueros marinos y de la caza y la pesca fluvial abusivas.

-Los residuos sólidos urbanos. La progresiva urbanización de la población gallega así como la progresiva adopción de las pautas de consumo más típicas de las sociedades de los países desarrollados lleva consigo un aumento vertiginoso de los residuos sólidos urbanos. Hoy, la gestión de los RSU en Galicia constituye el centro de una polémica por la aplicación de los distintos sistemas de gestión. Los agentes promotores de la educación ambiental tienen la responsabilidad ineludible de abordar este tema con rigor aportando datos contrastados, promoviendo las pautas de conducta individual y colectiva más acordes con

los principios del desarrollo sostenible y aportando los mecanismos y técnicas de resolución de conflictos.

-Los residuos industriales. Como ocurría en el caso anterior es un problema moderno derivado de la progresiva industrialización de Galicia, que requiere actuaciones específicas de educación ambiental en las actividades y sistemas de formación permanente y continuada del personal con ellas relacionado (empresarios, trabajadores y sindicatos). Tiene relación con episodios puntuales de contaminación por actividad industrial que aunque afectan a lugares muy concretos provocan un gran impacto en los medios de comunicación.

-Impactos ambientales diversos derivados de las explotaciones mineras. Constituye un problema de muy alto impacto, pero restringido a las áreas próximas a las explotaciones.

-Contaminación de suelos. Representa un problema específico de ciertos lugares con problemática muy concreta, pero allí donde existe debe ser tomado con la consideración que merece.

-Contaminación de las aguas. Durante las últimas décadas se produjo un empeoramiento de la calidad de las aguas continentales y marinas, más acusado en algunas zonas, ocasionado principalmente por el aumento de los vertidos de aguas residuales urbanas e industriales.

-Degradación del paisaje. Uno de los mayores atractivos de Galicia es su calidad y diversidad paisajística. La sabia armonización de la cultura tradicional con el entorno está cambiando, tanto en el ámbito rural como en el urbano, por la introducción de nuevas técnicas, materiales y estilos constructivos eclécticos, mobiliario urbano, vías de comunicación, usos del suelo, obras públicas, etc. Muchas de estas actuaciones degradan gravemente el paisaje ante la indiferencia generalizada. La educación ambiental puede y debe incidir en la sensibilización de la población para contrarrestar esta tendencia.

-Contaminación acústica. La principal fuente de ruído es el tráfico por carretera. Otras causas importantes de contaminación acústica en ciertas zonas son: los locales de diversión nocturna, medios de transporte (carreteras, aeropuertos) y las actividades industriales. Una parte considerable de la población de pueblos y ciudades está expuesta a niveles de ruido perjudiciales para la salud.

-Otros problemas ambientales importantes son el tratamiento inadecuado de los residuos sanitarios, el aumento de la generación de residuos agroganaderos y el uso abusivo de pesticidas y fertilizantes.

1.5.2. Problemas ambientales de ámbito global.

Galicia, como parte integrante de Europa, y por lo tanto del primer mundo, participa de los problemas y de las soluciones globales hacia un desarrollo sostenible en el terreno de la solidaridad inter e intrageneracional.

El principal problema general se puede definir como la adquisición de hábitos de consumo y formas de producir ambientalmente reprochables. En los últimos años, paralelamente al aumento del nivel de vida y a la prosperidad económica, los hábitos de consumo de la mayoría de la población están cambiando, en una tendencia semejante a la de los paises de nuestro entorno. Estos hábitos de consumo son a su vez la causa y el desencadenante de serios problemas ambientales locales y globales, que deben ser tratados prioritariamente en todas las intervenciones de educación ambiental que se realicen.

Entre los principales problemas globales podemos citar:

-Disminución de la biodiversidad: desaparición de especies y destrucción de hábitats.

-Cambio climático: efecto invernadero, destrucción del ozono estratosférico, desertificación, etc.

-Utilización insostenible de recursos: agua, combustibles, minerales, recursos marinos, etc.

-Contaminación: del aire, del suelo, de las aguas dulces, de los océanos, etc.

-Residuos: acumulación y eliminación.

-Crecimiento demográfico desequilibrado, desigual reparto de la riqueza: pobreza, hambre, enfermedades, guerras, etc.

2. Educación ambiental no formal.

2.1. Aspectos genéricos.

2.1.1. Situación actual.

La educación ambiental no formal en Galicia está caracterizada por los siguientes rasgos:

-Los diferentes grados de implicación de los distinto agentes promotores de la educación ambiental.

-El desconocimiento mutuo y la descoordinación entre tales agentes.

-El incipiente nivel de desarrollo de la siniciativas.

Agentes promotores.

Las principales iniciativas de educación ambiental no formal, que se llevan a cabo en Galicia, están promovidas por los siguientes agentes:

-Administración autonómica.

-Entidades de régimen local.

-Asociaciones ecologistas.

-Movimientos de renovación pedagógica (MRPs).

-Sindicatos.

-Organizaciones profesionales y colegios oficiales.

-Medios de comunicación.

-Empresas que ofrecen servicios en el campo de la educación ambiental.

-Otras asociaciones y organizaciones sin ánimo de lucro.

Financiación.

Los recursos económicos que se destinan a la educación ambiental no son suficientes. Proceden principalmente de las distintas administraciones públicas y también, en menor medida, de las taxas de inscripción y otros recursos propios de las entidades organizadoras.

Distribución geográfica.

La mayor parte de estas iniciativas están localizadas en el medio urbano o en villas de tamaño medio. En villas y núcleos de población pequeños y dispersos a penas existen iniciativas de este tipo.

El ámbito de actuación es, en la mayor parte de los casos, local o, como mucho, provincial. Las iniciativas de educación ambiental no formal que abarquen toda la Comunidad Autónoma son escasas.

Frecuencia.

Algunos programas de actividades tienen una cierta continuidad y constituyen una oferta estable a lo largo de los años, como es el caso de algunos ayuntamientos que promueven actividades dentro del ámbito escolar, pero la inmensa mayoría de las actividades de educación ambiental realizadas en Galicia tienen carácter esporádico.

A quien van dirigidas.

Los principales destinatarios de las actividades de educación ambiental no formal son los escolares, especialmente el tercer ciclo de educación primaria y el primer ciclo de educación secundaria obligatoria.

A penas existen iniciativas dirigidas a otros grupos de edad y para otros sectores de la sociedad. Son raros los casos en los que se incluye la educación ambiental en los programas dirigidos a consumidores, tercera edad, trabajadores, grupos de intervención social (rehabilitación de drogodependientes, atención al menor, discapacitados, grupos étnicos), población adulta en general, etc.

Programación y metodología.

La mayor parte de las actividades de educación ambiental no formal tienen como principal centro de interés el medio ambiente natural, muy pocas se orientan hacia los problemas ambientales asociados con el medio urbano, a excepción del tratamiento de los residuos sólidos urbanos y el consumo. El medio rural a penas está representado en estas iniciativas, y tampoco hay un número significativo de actividades que incidan en los problemas ambientales de carácter global.

Los objetivos están orientados al conocimiento del medio natural y la sensibilización de la población, predominando el tratamiento de contenidos conceptuales y actitudinales sobre los procedimentales.

En la resolución metodológica de las actividades predomina la realización de charlas, talleres e itinerarios de corta duración, en las que la evaluación adquiere un peso poco o nada relevante.

Son escasos los materiales didácticos que se confeccionan para la educación ambiental y son pocos los que se pueden considerar de calidad. No existe coordinación entre las publicaciones y no tienen continuidad.

2.1.2. Recomendaciones.

Los estamentos relacionados con el desarrollo de la educación ambiental no formal en Galicia deberían:

1. Establecer mecanismos de comunicación y coordinación entre las instituciones educativas y las entidades promotoras de actividades de educación ambiental no formal para que los programas y proyectos se adecuen al nivel cultural de los destinatarios, especialmente a la hora de programar actividades con la población escolar, que es la principal receptora de tales programas.

2. Desarrollar un mayor número de iniciativas de educación ambiental especialmente dirigidas a otros sectores de la sociedad distintos de los escolares: consumidores, adultos, tercera edad, discapacitados, grupos de riesgo social, etc., teniendo en cuenta sus peculiaridades.

3. Promover acciones educativas y socioculturales que permitan la participación de las personas mayores y de los adultos en general en la recuperación y preservación del patrimonio cultural y de las tradiciones coherentes con la idea del desarrollo sostenible.

4. Incrementar los recursos económicos destinados por todos los agentes implicados al desarrollo de programas y actividades de educación ambiental.

2.2. La formación y la profesionalización de los educadores ambientales.

Situación actual.

En la actualidad se desarrollan programas de educación ambiental, tanto en el sistema educativo como en otros ámbitos, que necesitan para su consolidación de la participación de educadores especializados que pueden actuar tanto en el ámbito formal como en el no formal.

Perfil profesional.

Puede constatarse una tendencia a que cada vez más personas se dediquen o tengan entre sus áreas de trabajo y profesionalización la educación ambiental no formal.

En la mayor parte de los casos estos educadores tienen una titulación universitaria. En algunos casos, tienen además formación acreditada en el marco de los programas de formación de educadores en el tiempo libre regulados por la Consellería de Familia, Promoción de Emprego, Muller e Xuventude.

La situación laboral de los educadores ambientales en el ámbito no formal no ofrece, en general, condiciones dignas en cuanto a estabilidad, duración y regulación de la jornada laboral y su remuneración.

No existe un marco oficial que regule la formación de los educadores ambientales, por lo que las personas encargadas de conducir estas actividades son desde

monitores de tiempo libre o de animación hasta titulados universitarios.

Los educadores ambientales no tienen ningún tipo de asociación que los agrupe y los equipos no son permanentes como consecuencia de una situación laboral precaria e inestable.

Programas de formación.

No existe ninguna titulación oficial acreditativa de educador ambiental en Galicia. La educación ambiental figura como asignatura obligatoria en distintas titulaciones asociadas a las ciencias de la educación (diplomatura en educación social, licenciatura en pedagogía y los distintos títulos de maestro) en las tres universidades gallegas.

Promotores.

Existen varios agentes que han promovido distintos cursos de formación, tales como:

-Cursos de educador ambiental de las escuelas taller y de los programas de formación ocupacional del plan FIP.

-Curso de especialistas en medio ambiente y naturaleza, incluido en los programas de la Dirección General de Juventud de la Consellería de Familia y Promoción del Empleo, Mujer y Juventud.

-En el programa del curso de monitores de actividades de tiempo libre, organizados por las Escuelas de Tiempo Libre hay un área de formación específica de educación ambiental y naturaleza.

-Cursos monográficos, jornadas, seminarios, normalmente de corta duración. Están promovidos por distintos agentes: universidades, ayuntamientos, Xunta de Galicia, colegios profesionales, asociaciones, etc.

En los programas de formación de educadores ambientales que imparten las escuelas-taller y dentro de los planes FIP no existe unificación de criterios sobre el número de horas de formación ni en relación con los contenidos ni con la metodología a utilizar en el programa de formación, dependiendo estos aspectos de decisiones azarosas, de la voluntad del responsable técnico del organismo promotor o bien de la persona encargada de impartir el programa de formación.

Tanto el número de cursos que se realizan como el número de receptores de ellos es bajo, tanto para los cursos de formación incluidos en el Plan FIP como para los de monitores de actividades de tiempo libre.

Las dotaciones presupuestarias para los cursos son, en general, adecuadas en los cursos del Plan FIP y en los módulos de escuela-taller, y muy bajas en el caso de los cursos organizados por las escuelas de tiempo libre.

Receptores.

El perfil de los receptores de los programas de formación es bastante heterogéneo, dependiendo de los programas ofrecidos.

-Los participantes en los cursos de Plan FIP suelen ser personas paradas que en la mayor parte de los casos carecen de la motivación suficiente y de la formación básica necesaria para el aprovechamiento del curso y que no tienen intención de trabajar como educadores ambientales.

-A los cursos de las escuelas de tiempo libre acuden principalmente jóvenes con mayor motivación e interés por la naturaleza, y que, convenientemente formados y asesorados, podrían llegar a actuar adecuadamente como educadores ambientales.

-Los participantes en los cursos monográficos son habitualmente monitores, educadores y profesores interesados en la temática tratada en el curso y, por lo tanto, con una alta motivación e implicación.

2.2.1. Recomendaciones.

Los agentes que intervienen en la educación ambiental no formal deberán:

1. Promover la regulación y controlar la calidad de la oferta educativa dirigida a la cualificación de educadores en el campo de la educación ambiental no formal, considerando la posibilidad de la homologación de programas de formación que se presenten desde los diversos agentes de educación ambiental.

2. Fomentar la regularización laboral y la legalización de las actividades profesionales que realizan los educadores ambientales en el ámbito no formal.

3. Apoyar la existencia de asociaciones profesionales de educadores ambientales que representen los intereses de sus componentes y organicen programas de formación y reciclaje.

4. Crear una estructura de centros de formación, información y documentación ambiental, que reúnan recursos, promuevan la formación y faciliten el apoyo que necesitan los educadores ambientales. Estos centros deberán ser comunes para los dos ámbitos (formal y no formal) de la educación ambiental.

5. Definir, de cara al mercado laboral, un perfil profesional más preciso del educador ambiental y promover el reconocimiento e integración de esta figura para la realización de las tareas especializadas que le son propias, tanto a nivel de las administraciones públicas como de la iniciativa privada.

6. Fomentar el establecimiento de acuerdos, convenios, etc. entre las diferentes instancias formadoras que permitan aunar esfuerzos para un desarrollo adecuado de la formación ambiental de los educadores ambientales (Consellería de Educación y Ordenación Universitaria, Consellería de Medio Ambiente, otras consellerías, MRPs, administraciones locales, etc.).

7. Crear un directorio gallego de expertos y profesionales en educación ambiental y ofertarlo al conjunto de los potenciales demandantes de esta figura profesional.

2.3. La educación ambiental en las administraciones públicas.

Cabe señalar que los entes locales y autonómicos son instituciones políticas, y como tales están sujetos

a procesos de negociación constante con diversos sectores y grupos sociales presentes en su territorio de competencia, así como a dinámicas electorales y a mantener una constante mediación por parte del personal técnico de la propia institución.

Estos hechos determinan en gran medida las actuaciones a corto, medio y largo plazo que desarrollan las administraciones públicas.

Por otra parte, los poderes públicos tienen que jugar un papel especialmente importante en el avance hacia el desarrollo sostenible. Como señala el V Programa de la Unión Europea «el papel de los gobiernos es fundamental no sólo desde el punto de vista legislativo, sino también a la hora de planificar el desarrollo económico, la gestión de usos del suelo, el acceso a la información, la educación y la formación, de influir en el mercado a través de los impuestos aplicados a los diferentes productos y de establecer en qué condiciones todo eso debe hacerse».

2.3.1 Administración autonómica.

Trataremos a continuación la educación ambiental en los departamentos y consellerías de la Administración autonómica distintos de los dependientes de la Consellería de Educación y Ordenación Universitaria, que serán tratados con más detalle en el apartado de la educación ambiental formal.

Antecedentes.

Desde los años ochenta se vienen realizando actuaciones de carácter educativo ambiental desde algunos departamentos de la Administración autonómica vinculados al medio natural (consellerías de Pesca y la de Agricultura y Montes), tanto desde los servicios centrales como desde los servicios periféricos. Estas iniciativas revisten un carácter fundamentalmente puntual y están dirigidas a potenciar el contacto con el medio natural y a la sensibilización sobre algunos aspectos de la problemática ambiental competencia del departamento.

Algunas de estas experiencias se han consolidado y mantenido en el tiempo. Destacan:

-El programa «O mar desde o mar» de la Consellería de Pesca, y las convocatorias de ayudas para la realización de actividades de educación ambiental relacionadas con el medio marino.

-La Subdirección General de Medio Ambiente Natural, adscrita a la Consellería de Agricultura hasta la creación de la Consellería de Medio Ambiente, realizó numerosos programas y repetidas convocatorias de ayudas para la realización de actividades de educación ambiental.

-Programas del Instituto Gallego de Consumo, algunos relacionados directa y otros indirectamente con el medio ambiente y la educación ambiental.

-Algunas actividades y programas de la Consellería de Familia, Mujer y Juventud que tienen un carácter marcadamente ambiental.

-La convocatoria de las Jornadas Gallegas de educación ambiental, coorganizadas en su cuarta edición en 1999 por las consellerías de Educación y Medio Ambiente.

Otras actividades realizadas principalmente por los servicios periféricos (delegaciones provinciales): realización de cursos, jornadas y seminarios, edición de publicaciones (libros, trípticos, folletos, etc.), itinerarios guiados, celebración de días señalados, campañas de sensibilización, etc.

2.3.2. Entidades de régimen local.

La Consellería de Medio Ambiente.

Desde la creación de la Consellería de Medio Ambiente, en diciembre de 1997, aparece el Centro de Información y Tecnología Ambiental (CITA) con un Departamento de Educación, Formación e Información Ambiental, responsable directo de la educación ambiental, especialmente en el ámbito no formal aunque también tiene la competencia de hacer sugerencias curriculares en relación con la educación ambiental formal.

En la Consellería de Medio Ambiente se integró la Subdirección General de Medio Ambiente Natural, procedente de la Consellería de Agricultura, que mantiene la responsabilidad de la gestión de los espacios naturales así como las aulas de la naturaleza y los centros de interpretación de los espacios naturales protegidos.

Antecedentes.

La trayectoria democrática de los entes locales es todavía muy corta, por lo que el balance a penas puede ofrecer algo más que un recuento de experiencias. En los ochenta emergen un número considerable de iniciativas municipales (puntuales en su mayor parte y dirigidas a potenciar el contacto con el medio natural). Estas primeras experiencias se han ido consolidando y animaron a otros ayuntamientos a poner en marcha propuestas semejantes.

En términos generales, la consolidación de la organización democrática (años ochenta), unida a la incorporación de personas cualificadas como técnicos en educación, en medio ambiente, en salud, etc. a las administraciones locales supuso la ampliación de la oferta de actividades educativas relacionadas con la comprensión de la problemática ambiental. A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa los municipios de las grandes ciudades gallegas y otros de pequeño y mediano tamaño van consolidando algunos programas de educación ambiental (Conoce tu Ayuntamiento, visitas a zonas de interés natural, talleres de reciclaje de papel, campañas de sensibilización, etc.) y las celebraciones más emblemáticas como el día del árbol y el día mundial del medio ambiente, por citar algunas de las más frecuentes. En el momento presente son cada vez más los ayuntamientos que ponen en marcha iniciativas propias (recuperación de espacios, colaboración en la construcción de centros

ambientales) o en colaboración con otros entes (exposiciones, charlas, concursos, visitas guiadas, etc.). También es cada vez mayor la apor

tación desde las administraciones locales de ayudas y subvenciones destinadas específicamente a actuaciones de educación ambiental.

Desarrollo de programas.

Los programas municipales de educación ambiental y las experiencias puntuales desarrolladas deberían de inscribirse en las políticas locales de medio ambiente, en las de educación o, mejor aún, en ambas.

La Administración local, como poder público, debe ser un potente agente de la Estrategia Gallega de Educación Ambiental en tanto que recaen en ella responsabilidades de planificación, gestión y desarrollo de múltiples cuestiones como por ejemplo, la ordenación del territorio, la regulación del transporte, el diseño de servicios públicos, la gestión de residuos, la creación y mantenimiento de infraestructuras, etc. La información, la educación y la capacitación de los ciudadanos para realizar adecuadamente las actuaciones que directa o indirectamente inciden sobre el medio ambiente debe formar parte integrante de la gestión local de los campos mencionados.

Orientación y asesoramiento educativo, técnico y profesional.

Las administraciones locales pueden ampliar sus funciones informativas y formativas proponiendo actuaciones dirigidas a orientar y asesorar en educación ambiental para facilitar los procesos metodológicos relacionados con la educación ambiental (qué se puede aprender y enseñar, cómo facilitar aprendizajes significativos a los estudiantes en relación a las problemáticas ambientales, cómo introducir transversalmente la educación ambiental en el currículo escolar o en las actividades extraescolares, cómo realizar una auditoría ambiental en el centro de trabajo, etc.). La concreción de esta labor debería apoyarse necesariamente en técnicos especializados en educación ambiental.

Participación ciudadana.

La Administración local como ente público más próximo al ciudadano es la que tiene más oportunidades de servir de plataforma para la participación social, poniéndose al servicio de iniciativas sociales existentes o fomentando que surjan otros procesos participativos en sus territorios.

Situación actual.

En el momento presente existe una mayor inquietud en las administraciones públicas por la educación ambiental. Al mismo tiempo diversos colectivos sociales reclaman la necesidad de una mayor coordinación, control y evaluación del existente, que es sentido como escaso o poco eficaz. La oferta, a pesar de todo, se ha diversificado y también enriquecido con las nuevas tendencias que van desde los itinerarios en la naturaleza hasta la inclusión de módulos de formación ocupacional en medio ambiente en las escuelas-taller. Entre estas iniciativas podemos destacar el fomento de energías alternativas, la potenciación del uso racional de los recursos, de la protección de espacios, especies y patrimonio histórico y artístico, etc. Sobre

estos fines se construyen iniciativas de educación ambiental consistentes principalmente en:

-Itinerarios ambientales.

-Talleres.

-Exposiciones temáticas.

-Celebración de días conmemorativos.

-Publicaciones.

-Campañas y concursos.

-Cursos de formación ambiental.

La inexistencia, hasta el momento, de estrategias (autonómica y locales) de educación ambiental somete a las distintas administraciones, sobre todo a los ayuntamientos, a un trabajo improvisado para ofrecer actividades en el día a día, sin el tiempo necesario para una planificación a medio o largo plazo ni la posibilidad de analizar las prioridades y los procesos que se fomentan.

Las acciones de educación ambiental en Galicia se realizan de manera aislada y descoordinada. En la mayoría de los casos no tienen como marco un programa de educación ambiental ni responden a una estrategia local o sectorial. Las iniciativas acaban siendo poco eficaces y los objetivos que se proponen, cuando se conseguen, llegan a difuminarse con excesiva facilidad. A esta situación de descoordinación interna y de falta de planificación de conjunto hay que añadir el hecho de que los contactos entre las administraciones de distinto nivel son también escasos y derivados muchas veces de relaciones personales, más que de criterios técnicos e institucionales en sentido estricto.

Como ya quedó apuntado, la experiencia acumulada de actividades municipales, comarcales, provinciales y autonómicas de educación ambiental es aún escasa y no permite una valoración consolidada de sus resultados y avances. Aún así se percibe una necesidad de «evaluar» y «discutir en profundidad» las actuaciones realizadas y sus perspectivas de futuro. En cierto modo, se ha superado el afán por incrementar el número de iniciativas y empieza a valorarse la importancia de planificar los programas, hacer un seguimiento más estricto y considerar la evaluación desde modelos de intervención socioeducativa que recojan la participación de la comunidad buscando un desarrollo sostenible.

Las actuaciones van destinadas mayoritariamente a un público escolar, aunque no existe una buena coordinación con otras actividades de la escuela ni otros agentes educativos como son los medios de comunicación, las asociaciones presentes en el territorio local, etc. De todos modos, las líneas de actuación no son homogéneas en todos los entes administrativos. Podría establecerse una escala que iría desde aquellos que manifiestan poca sensibilidad hasta aquellos otros que desbordan su límite competencial para asumir grandes responsabilidades en educación ambiental. Se puede constatar que las experiencias de educación ambiental para adultos destinadas al público en gene

ral son más escasas, y más aún aquellas dirigidas a grupos de especialistas (profesionales de la enseñanza, de la industria, de la arquitectura, etc.), empresarios o trabajadores de la propia Administración pública.

Por último, es preciso considerar que en los foros de discusión local, nacional e internacional celebrados hasta el momento se expuso la necesidad de elaborar estrategias locales y regionales capaces de crear una visión del futuro de la comunidad basada en la sostenibilidad. El crecimiento de la igualdad social y el desarrollo cultural son parte del desafío de las Agendas 21 locales que, de momento, no se han materializado en Galicia. De la reunión de Aalborg (Dinamarca) en mayo de 1994 surgió la Carta de las ciudades europeas hacia la sostenibilidad que pretende comprometer a las autoridades locales a elaborar un plan de acción local construido colectivamente con la participación de ciudadanos, entidades y organismos presentes en el territorio local.

Investigación y desarrollo del conocimiento científico.

La investigación como tal, trata de problematizar la realidad, descubrir pautas y mejorar procesos. Las administraciones públicas pueden ser potenciadores de líneas de investigación definidas y contextualizadas en sus territorios que, sin circunscribirse exclusivamente a la generación del conocimiento científico básico, opte por diseños aplicados que potencien los programas y actuaciones que se necesitan.

Formación ambiental y capacitación técnico-profesional.

El papel de las administraciones autonómica y local como promotoras de acciones formativas y de capacitación técnico- profesional relacionadas con el medio ambiente no son sólo un imperativo sino una realidad. Diferenciar los niveles de formación y capacitación posibles (inicial y/o continuada), y los grados de profundización que de ellos se puedan derivar (formación general, específica o especializada) ayudaría a concretar propuestas relacionadas con los contenidos y con los destinatarios de las actuaciones en este campo.

Información, comunicación y divulgación ambiental.

La sociedad de la información se manifiesta cada vez más inabarcable por la cantidad de datos que es capaz de generar y poner en circulación. Parece evidente la necesidad de que las administraciones públicas creen sistemas que faciliten información ambiental en cantidad, calidad y manejabilidad suficiente para que se adapte a los diferentes usos y destinatarios.

Planificación, gestión y evaluación de programas.

Las recomendaciones estratégicas deben de responder a una planificación que racionalice todo el proceso, secuencie y priorice las tareas y recoja la evaluación como un elemento fundamental de las previsiones que se marquen. La planificación debe ajustarse en la medida de lo posible a los procesos de investigación que van determinando los temas prioritarios y los pro

cedimientos educativos más adecuados para abordarlos. Esta labor pone en relación todas las posibles líneas de actuación, puesto que cada una de ellas puede ser un aporte específico (un programa, un proyecto, una actividad) a la planificación general que se haga ( plan estratégico).

2.3.3. Recomendaciones genéricas para las administraciones públicas.

1. Considerar la educación ambiental como un elemento estratégico para el desarrollo sostenible. Las actuaciones que se derivan de este enfoque pueden referirse a variados aspectos como el ahorro de recursos y energía, prevención de accidentes con impacto ambiental, reducción y reutilización de residuos, fomento del consumo de productos ambientalmente irreprochables, etc.

2. Facilitar la investigación del territorio de su competencia y de las actuaciones humanas que inciden sobre él.

3. Promover la investigación de las actuaciones educativas relacionadas con el medio ambiente, tanto de aquellas que se están llevando a cabo, como las del pasado y aquellas que sería deseable desarrollar en el futuro.

4. Colaborar con instituciones universitarias y centros superiores de investigación en la definición de nuevas líneas o en la continuidad de líneas existentes para que redunden en el beneficio de la comunidad (local, comarcal, autonómica) y en el establecimiento de un modo de vida sostenible.

5. Mantener una línea de investigación diagnóstica permanente sobre las necesidades formativas, de información y de educación que la comunidad (local, comarcal, autonómica) transmite y demanda.

6. Promover acciones formativas generales que inicien al conjunto de los ciudadanos en la problemática ambiental, sus causas y posibles soluciones vinculadas al modelo de desarrollo sostenible.

7. Promover acciones formativas específicas que den la oportunidad de aprender sobre el medio ambiente y el desarrollo sostenible a los técnicos y profesionales de los servicios públicos y a otros colectivos sociales en sus territorios.

8. Promover acciones formativas especializadas para los profesionales directamente vinculados a la educación ambiental, a la gestión ambiental o al medio ambiente. Esta especialización debe basarse en los principios de la globalidad (interdependencia de los diferentes elementos económicos, políticos y sociales e interrelación con los elementos físico-naturales), la transversalidad (presencia no compartimentalizada de los diferentes saberes en todos los aprendizajes), en el conocimiento específico de las problemáticas existentes en el entorno local y las soluciones sostenibles que se puedan arbitrar. Es especialmente importante el reconocimiento de la educación ambiental como herramienta para la gestión ambiental, así como generalizar las acciones formativas al personal técnico y político responsable de la gestión ambiental.

9. Colaborar en la definición y puesta en marcha de perfiles formativos de cualificación profesional en campos relacionados con la educación ambiental y con el medio ambiente.

10. Realizar inventarios de las experiencias de educación ambiental solicitando informes y clasificando los materiales didácticos generados.

11. Crear bancos de datos que mejoren la cantidad y la calidad de la información educativa y ambiental disponible sobre el territorio de referencia como paso previo para las actuaciones que se puedan idear y para su comunicación al público en general o a sectores específicos.

12. Potenciar el diseño y desarrollo de campañas de sensibilización dirigidas al conjunto de la población o a sectores específicos (escolares, empresarios, industriales, comerciantes, etc.) sobre problemáticas concretas y cómo abordarlas con el fin de promover el desarrollo local.

13. Crear redes de información ambiental públicas en las que se ponga a disposición de los ciudadanos la información más destacada sobre educación ambiental y sobre medio ambiente. Este servicio de información y de documentación puede basarse en redes de puntos de información de ámbito municipal o comarcal para favorecer el intercambio de información y comunicación entre los diversos usuarios.

14. Promover el intercambio horizontal y vertical de información entre las administraciones públicas implicadas y los agentes sociales, equipos docentes y especialistas de campos diversos, de modo que se potencie la coordinación entre los distintos agentes de educación ambiental.

15. Promover la elaboración de materiales didácticos para la educación ambiental adaptados al tratamiento de las problemáticas correspondientes (local, comarcal, autonómica, global) y al fomento de prácticas para un futuro sostenible. Estos materiales pueden destinarse tanto a los educadores como a los estudiantes de los diferentes niveles y etapas educativas de la enseñanza reglada y al público en general.

16. Promover acciones de orientación y asesoramiento técnico y profesional en los contextos ocupacionales y laborales (locales, comarcales, autonómico) con medidas dirigidas a la contratación de personal con formación y responsabilidades específicas en el desarrollo de la educación ambiental; formación en metodologías educativas para el desarrollo sostenible dirigida a educadores y otros profesionales vinculados a iniciativas de educación ambiental; oferta de cursos de capacitación profesional que faciliten el dominio de destrezas como educadores ambientales para el desarrollo sostenible.

17. Promover dinámicas a distintos niveles (local, comarcal, autonómico) para que los ciudadanos puedan manifestar su opinión sobre los proyectos educativos y medioambientales del municipio, comarca o provincia.

18. Promover la creación o la consolidación de asociaciones vecinales, ambientalistas, culturales, juveniles, etc. que incorporen en sus estatutos y modos de proceder compromisos para con la educación ambiental como estrategia para el desarrollo sostenible y como práctica de la participación social, así como aumentar el apoyo a las iniciativas de educación ambiental que promuevan.

19. Apoyar la formación del voluntariado ambiental.

20. Apoyar y fomentar las iniciativas de educación ambiental promovidas por asociaciones de consumidores y de carácter social, por asociaciones ecologistas y de protección del medio ambiente, por sindicatos, asociaciones profesionales, escuelas de tiempo libre, asociaciones juveniles, culturales, etc.

21. Promover actuaciones que respeten los principios de gestión medioambiental sostenible. Tales principios deberían impregnar todos los servicios que presten las administraciones públicas y los procesos de gestión que se propongan en todos los ámbitos de responsabilidad municipal, comarcal, provincial o autonómica.

22. Promover un contacto permanente entre las instituciones gallegas (locales, provinciales, autonómicas) y de éstas con otras instituciones de ámbito superior (estatales, europeas) coordenando las estrategias para la sostenibilidad de modo que se contribuya a la cooperación regional y global.

23. Proveer mecanismos de evaluación para valorar críticamente los métodos y los materiales educativos empleados en las acciones de educación ambiental que se lleven a cabo. Entre tales mecanismos destaca la creación de grupos de discusión formados por participantes y por responsables directos para obtener una visión cualitativa del proceso y de sus repercusiones sociales e institucionales.

24. Promover una cultura de la evaluación que normalice los procesos propuestos para el seguimiento, el control y la valoración crítica, sensibilizando al conjunto de la población, al personal técnico y profesional de las propias administraciones públicas, a los responsables políticos y los medios de comunicación social sobre la necesidad de evaluar para aprender y mejorar los procesos educativos y las políticas de gestión ambiental aplicadas.

Recomendaciones para la Administración autonómica.

25. Crear un sistema de información ambiental que proporcione a todos los potenciales usuarios información suficiente, fiable y manejable sobre educación ambiental y medio ambiente.

26. Mantener la convocatoria de las Jornadas Gallegas de Educación Ambiental y dotarlas de periodicidad anual o bianual. Es necesario que se consoliden como el principal foro de intercambio de experiencias entre los diversos agentes de la educación ambiental en Galicia.

27. Incrementar el presupuesto de los distintos tipos de ayudas y subvenciones destinadas a la realización de actividades y programas de educación ambiental dirigidos a los distintos agentes promotores de la educación ambiental en Galicia.

28. Prestar apoyo y asesoramiento técnico a los diversos agentes promotores de la educación ambiental en Galicia.

29. Facilitar la participación activa de todos los agentes sociales e institucionales en la elaboración y puesta en práctica de las estrategias locales y autonómica para el desarrollo sostenible (Agendas 21 locales y regionales).

30. Establecer foros y fórmulas de cooperación entre todos los agentes sociales e institucionales para la organización de campañas de sensibilización y educación ambiental y para propiciar el diálogo entre todos los sectores sociales.

31. Contribuir a la educación ambiental con un mayor apoyo a las empresas promotoras de educación ambiental que se regulen atendiendo tanto a criterios de calidad educativa como de coherencia ambiental en sus actuaciones y servicios.

32. Difundir y hacer pública la relación de actividades y programas de educación ambiental desarrollados por la Administración autonómica, tanto los acometidos directamente como los realizados con otras entidades mediante convenios, subvenciones, cesión de infraestructuras, etc.

33. En concreto, la Consellería de Medio Ambiente debe promover y fomentar la aplicación de las recomendaciones contenidas en el presente documento, así como establecer los mecanismos necesarios para tal fin.

Recomendaciones para las entidades de régimen local.

34. Promover foros de debate y difusión de las experiencias desarrolladas en relación con la educación ambiental y con el medio ambiente local. La constitución de un Foro Local de Educación Ambiental podría englobar a un conjunto de personas y colectivos interesados en la construcción reflexiva del conocimiento sobre lo que se está haciendo y sobre lo que sería deseable articular en un futuro próximo; también procuraría un intercambio efectivo de información entre la Administración local, los equipos docentes y los especialistas de diferentes campos relacionados con la educación ambiental y con el medio ambiente.

35. Crear puntos de información ambiental públicos en los que se ponga a disposición de los ciudadanos la información más destacada sobre educación ambiental y sobre medio ambiente.

36. Elaborar un inventario de centros (aulas de la naturaleza, granjas, escuela, centros de interpretación ambiental, ecomuseos, etc.) y recursos existentes en el territorio local (empresas, servicios públicos, zonas de especial interés paisajístico, etc.) potencialmente movilizables para la educación ambiental. Potenciar su difusión pública y promover el uso de esos recursos.

37. Promover sistemas de orientación y asesoramiento técnico y profesional de apoyo a la escuela. La colaboración entre los centros educativos y el gobierno local es importante en la búsqueda de los principios de la educación ambiental. El ayuntamiento puede aportar recursos financieros, técnicos y humanos para mejorar las actuaciones de educación ambiental en las escuelas.

38. Colaborar a través de los consejos escolares municipales, y de los consejos escolares de centro en la inclusión de los principios de la educación ambiental en el tratamiento educativo de la localidad, en los proyectos educativos, en los proyectos curriculares y en la programación de actividades extraescolares.

39. Constituir un consejo local de medio ambiente donde se dé cabida a diversos sectores de ciudadanos vinculados a la educación ambiental y al medio ambiente con ánimo de fomentar el diálogo, la negociación y el consenso entre todos los implicados en la consecución de un desarrollo sostenible.

40. Promover y potenciar los consejos escolares municipales como plataformas legítimas para la participación de la comunidad escolar en el debate sobre la concordancia ambiental de las actuaciones escolares con las sociales y las institucionales que emprenden los propios entes locales.

41. Promover, diseñar y llevar a cabo planes o agendas de acción local para la sostenibilidad enmarcados en las líneas directrices de la Agenda 21 que tengan entre sus especificaciones una subestrategia de educación ambiental. Un primer paso podría ser la asunción explícita de los principios de la Carta de Aalborg, que tiene por finalidad la creación y puesta en práctica de ciudades y poblaciones sostenibles. El Plan de Acción Local debe seguir un proceso que parta de la identificación de los problemas ambientales locales y de sus causas, que contemple la participación en su diseño, que establezca un modelo de comunidad sostenible, que priorice las tareas y actuaciones que se vayan a desarrollar y disponga de un calendario y una asignación de responsabilidades concretas entre los agentes implicados, finalizando con una previsión del sistema de seguimiento y evaluación de la ejecución y de los resultados.

42. Considerar la educación ambiental como un elemento estratégico dentro del Plan de Acción Local para el desarrollo sostenible. Las actuaciones que se deriven de este enfoque pueden referirse a aspectos como: campañas de ahorro en el funcionamiento de los servicios básicos, incluyendo la energía, el agua y el transporte en los usos directos de la administración local o de sus ciudadanos; acciones para fomentar la implantación de fuentes de energía renovables; propuestas para un uso más eficaz del transporte público en el espacio local, etc.

43. Promover un seguimiento constante del Plan de Acción Local y de las diversas actuaciones que se deriven de su ejecución y de los resultados conseguidos.

2.4. La educación ambiental en el ámbito de las asociaciones.

2.4.1 Situación actual.

Existen diversas asociaciones, organizaciones y otros colectivos que promueven o realizan programas y actividades de educación ambiental no formal. Entre las más implicadas con el medio ambiente y la educación ambiental cabe citar:

-Asociaciones protectoras del medio ambiente, ambientalistas o ecologistas.

-Movimientos de renovación pedagógica (MRPs).

Otras asociaciones que realizan ocasionalmente tales actividades son:

-Asociaciones juveniles, culturales y vecinales.

-Sociedades protectoras de animales y plantas.

-Asociaciones de consumidores y de amas de casa.

-Clubs deportivos y de montaña.

-Otras organizaciones no gubernamentales (por ejemplo Cruz Roja de la Juventud).

Algunas de estas asociaciones están inscritas en el Registro de Asociaciones Protectoras del medio ambiente de la Xunta de Galicia. Un número importante de grupos ecologistas está agrupado en una coordinadora gallega, la Federación Ecologista Gallega.

En Galicia existe un elevado de número de asociaciones promotoras de actividades de educación ambiental. Presentan enfoques plurales sobre el medio ambiente y la necesidad de reorientar su gestión. En general presentan unas características similares a las de la mayor parte del tejido asociativo gallego:

-Cuentan con un pequeño número de asociados.

-Su capacidad de generar recursos propios es limitada.

-Presentan cierta debilidad organizativa.

-La capacidad de la mayor parte de los colectivos para mantener programas de educación ambiental estables es muy limitada, proliferando las actividades puntuales y coyunturales.

-La mayor parte de las iniciativas de carácter educativo utilizan a educadores y educadoras voluntarios.

-Para su desarrollo cuentan con presupuestos escasos procedentes subvenciones o de los recursos que la propia asociación genera.

-Está muy poco desarrollada la posibilidad de financiación mediante la colaboración con empresas, tanto por la falta de interés de las empresas como por la negativa de la mayoría de las asociaciones a solicitar ayudas de empresas con incidencia ambiental.

En términos de presencia y activismo social, el movimiento ambientalista gallego desempeña una labor importante en la sensibilización del público, en la denuncia ante el conjunto de la población de las problemáticas locales, regionales o globales más evidentes y en la presentación de posibles alternativas para su solución.

Actividades.

Sin ser ésta su forma principal de actuación, muchas organizaciones ecologistas gallegas realizan actividades de educación ambiental orientadas principalmente a sensibilizar a los receptores de ellas, a denunciar determinadas problemáticas ambientales y a la formulación de propuestas para la transición hacia un desarrollo sostenible. Un número considerable de estas actividades se desarrolla en el ámbito local de la asociación de la que se trate, aunque es creciente el número de actividades realizadas a nivel gallego.

Entre las principales actividades que realizan las asociaciones promotoras de educación ambiental no formal en Galicia cabe citar las siguientes:

-Charlas divulgativas.

-Itinerarios.

-Exposiciones.

-Campañas de divulgación.

-Jornadas y cursos.

-Talleres ambientales.

Las temáticas tratadas se refieren, fundamentalmente, al medio natural (espacios naturales, bosques, especies amenazadas). En el ámbito urbano se abordan como temas predominantes las problemáticas generadas por el tratamiento de los residuos sólidos urbanos, el consumo, la energía, los transportes, etc.

Destinatarios.

Los destinatarios principales son los escolares de educación primaria y secundaria.

Frecuencia.

La mayoría de las actividades tienen un carácter esporádico y de corta duración.

Programación y metodología.

Los objetivos que se proponen, cuando se enuncian, van dirigidos a la información y a la sensibilización de cara a la movilización social.

No todas las asociaciones realizan una evaluación sistemática de sus propuestas educativas con la misma profundidad. Las actividades que predominan son:

-Salidas al campo.

-Visitas a lugares de interés.

-Proyecciones audiovisuales.

-Presentación de material gráfico (pegatinas, carteles).

-Estancia en centros ambientales.

-Trabajo con unidades didácticas.

-Juegos de simulación, exposiciones y juegos interactivos (con un nivel de utilización muy bajo).

Publicaciones.

Las asociaciones ecologistas y ambientalistas publican, de forma periódica, boletines de los que son destinatarios principales sus propios asociados. Se edi

tan, además, publicaciones periódicas y no periódicas (libros, folletos, boletines, juegos, carteles, audiovisuales) destinadas al público en general. La mayoría de estas publicaciones tienen una escasa difusión y sólo una asociación de ámbito gallego edita una revista trimestral y cuadernos temáticos, dirigidos al público en general y con distribución en quioscos y librerías. Los temas ambientales que se abordan en estos materiales coinciden con los que se desarrollan en las actividades de educación ambiental que realizan.

Los MRPs publican revistas y boletines en los que aparecen frecuentemente artículos, experiencias didácticas y nuevas de temática ambiental; en alguna de las revistas incluso han aparecido números monográficos sobre educación ambiental.

En cuanto a las publicaciones realizadas por las demás asociaciones y organizaciones, son escasos los artículos de temática ambiental que, en la mayoría de los casos, tratan de actividades de la asociación relacionadas con un tema, reportajes sobre parajes naturales o sobre especies muy destacadas.

Educadores.

Las personas que realizan el programa de actividades son, en la mayor parte de los casos, voluntarios con formación universitaria.

2.4.2. Recomendaciones.

Las asociaciones, organizaciones y otros colectivos que promueven o realizan programas y actividades de educación ambiental no formal deberían:

1. Establecer una mayor coordinación entre ellas y una mayor unificación en cuanto a sus líneas de actuación dentro del ámbito de la educación ambiental.

2. Promover en mayor medida la elaboración de programas de educación ambiental en sus ámbitos de actuación.

3. Promover la creación de comisiones y grupos de trabajo de educación ambiental en las asociaciones protectoras del medio ambiente para el diseño y realización de actividades de educación ambiental.

4. Acompañar las campañas de denuncia y de carácter reivindicativo, de un programa de educación ambiental que ayude a comprender su mensaje.

5. Promover foros, como jornadas, encuentros, etc. en los que se expongan y compartan las experiencias que las asociaciones lleven la cabo para que se produzca un intercambio que contribuya a la revisión permanente de sus programas de educación ambiental.

6. Establecer, siempre que sea posible, fórmulas de cooperación con las administraciones públicas y con otras entidades e instituciones públicas y privadas (universidades, centros de enseñanza, Cefocops, sindicatos, MRPs, escuelas de tiempo libre, asociaciones de consumidores, etc.) para organizar actividades y programas de educación ambiental y para propiciar el diálogo permanente entre todos los sectores sociales implicados.

7. Mejorar la formación permanente en educación ambiental de sus miembros, especialmente, de aquellos que vayan a desarrollar programas de educación ambiental.

8. Planificar las actividades teniendo en cuenta los objetivos de la educación ambiental para el desarrollo sostenible y mejorando la evaluación de las mismas.

9. Buscar vías de financiación complementarias de la institucional, intentando la colaboración con empresas y fundaciones, especialmente con aquellas que cumplan los principios de sostenibilidad ambiental.

10. Solicitar con frecuencia, siempre que se considere necesario, información ambiental a las administraciones competentes, basándose en el derecho de acceso a la información ambiental, como vía para disponer de datos contrastados para su divulgación, para usarlos en la educación ambiental y en la elaboración de propuestas de actuación.

2.5. Centros de educación ambiental.

2.5.1. Situación actual.

Se utiliza esta denominación para todas aquellas instalaciones o infraestructuras que acogen actividades específicas de este campo, especialmente en el ámbito no formal.

Las instalaciones existentes en Galicia presentan una tipología variada, con centros capaces de ofrecer alojamiento y programas de varios días de duración y otros en los que únicamente se pueden realizar actividades de una jornada. No existe una tipificación definida en cuanto a la denominación y características, de modo que centros diferentes reciben una misma denominación.

Para la redacción del presente documento se realizó durante el primer trimestre de 1999 un estudio sobre los centros existentes en Galicia. A continuación figuran los datos más relevantes del mencionado estudio:

-La totalidad de los centros se halla en el medio rural, fuera de núcleos de población; aproximadamente la mitad están situados dentro de espacios naturales protegidos.

-En algunos casos ocupan edificios de nueva construcción y en otros se trata de inmuebles rehabilitados.

-Sólo hay dos centros (Aulas de la naturaleza de O Cabalar y O Invernadoiro) con capacidad de acogida para varios días, que cuentan para ello con instalaciones adecuadas (dormitorios, baños, cocina, comedor, aulas, laboratorios, etc.).

-Existen siete centros privados, dieciséis de titularidad autonómica y dos de titularidad municipal.

-La gestión del programa de actividades de los centros públicos es realizada, en algunos casos, por entidades privadas mediante la contratación de servicios.

-El personal que atiende estos centros es casi siempre eventual.

-Detectamos, en general, una carencia del personal cualificado necesario para desarrollar, de acuerdo con criterios de calidad, el programa de actividades.

-La mayoría de las instalaciones funcionan durante todo el año y el resto temporalmente. Alguna de ellas permanece cerrada durante largos períodos de tiempo.

-La utilización de los centros públicos es gratuita, a excepción de un caso (Aula de la naturaleza de O Cabalar).

-Para la programación de las visitas se mantiene un contacto previo con los grupos, en los que únicamente se concierta el calendario. No hay una planificación previa de los aspectos pedagógicos de la estancia con los responsables de los grupos, si bien en algunos casos hay un contacto posterior, de carácter evaluativo.

-Las principales actividades que se realizan están orientadas al conocimiento del medio natural e incluyen actividades como la realización de itinerarios en el entorno del centro, el estudio de ecosistemas, talleres, juegos de simulación, etc.

-Los materiales educativos ofertados no siempre están suficientemente adaptados al nivel cultural de los usuarios, y son escasos los materiales específicos para profesores y educadores.

-Los grupos están constituidos, en la mayor parte de los casos, por una media de treinta personas.

-En los centros públicos, la duración del programa es, habitualmente, de media jornada, a excepción de las Aulas de O Invernadoiro y O Cabalar que, por su capacidad y diseño, permiten actividades de varios días, desde una jornada hasta una semana, siendo las estancias de tres días las más frecuentes.

-Los principales usuarios son escolares de educación primaria y secundaria, estando los programas educativos existentes especialmente orientados a estos niveles. Si los grupos que acuden tienen un perfil cronológico o cultural distinto no se les ofrece, en general, otro programa alternativo adaptado a sus peculiaridades.

-La mayor parte de los visitantes más de las tres cuartas partes procede de la provincia en la que se encuentra el centro, siendo los meses de primavera y verano los de mayor afluencia.

-La mayoría de los centros no son de fácil acceso para personas con minusvalías físicas o sensoriales.

Centros públicos de E.A.

A Coruña.

-Observatorio ornitológico de Doniños.

-Centro de interpretación de Chelo.

-Centro de interpretación del bosque atlántico.

-Aula de la naturaleza de O Cabalar.

-Centro de interpretación del ecositema litoral de Galicia. Corrubedo.

Lugo.

-Aula de la naturaleza de O Veral.

-Aula de la naturaleza de Ancares.

-Aula de la naturaleza de Moreda de O Courel.

Ourense.

-Aula de la naturaleza de montes de O Invernadoiro.

-Aula de la naturaleza de Montederramo.

Pontevedra.

-Centro de interpretación de las riberas del río Louro.

-Centro de interpretación de las Islas Cíes.

-Centro de interpretación del Monte Aloia.

-Centro de interpretación de Siradella.

-Aula de la naturaleza de Cotorredondo.

-Aula de la naturaleza del castillo de Vilasobroso.

En el momento de redactar este documento la gestión de los centros de educación ambiental dependientes de la Consellería de Medio Ambiente está repartida entre la Subdirección General de Medio Ambiente Natural (los centros situados en espacios naturales protegidos) y la Dirección General de Centro de Información y Tecnología Ambiental (los situados fuera de estos espacios).

Probablemente la creación de nuevos centros y la remodelación de los actuales altere significativamente algunos aspectos de este capítulo.

2.5.2. Recomedaciones.

1. Los centros de educación ambiental son instrumentos de enorme importancia en la promoción y desarrollo de los programas y actividades de educación ambiental. Un país como Galicia necesita de una infraestructura suficiente de tales centros. Para dar solución a las carencias y necesidades de los centros ambientales se recomienda la creación de una Red Gallega de Centros de educación ambiental con las siguientes características:

-Consideración de los centros como integrantes de una red, estableciendo los sistemas de coordinación necesarios para la realización de iniciativas conjuntas y el intercambio eficaz de información entre ellos.

-Integración en la red de los centros de titularidad pública dependientes de la Xunta de Galicia y el ofrecemiento de integración a los centros públicos de titularidad municipal y a los centros privados.

-Ampliación de la tipología. Es necesario crear centros situados en diferentes entornos (urbanos, agropecuarios, industriales, centros móviles, etc.) centrados en las problemáticas ambientales específicas que presentan.

-Procurar una distribución territorial equilibrada, creando nuevos centros en aquellas comarcas que carezcan de ellos y en las que pueda haber una mayor demanda.

-Promover la divulgación de los centros de educación ambiental y de los programas y actividades que ofertan.

2. La Administración autonómica, concertadamente con otras administraciones, con la iniciativa privada y otros agentes de educación ambiental debería elaborar y difundir una carta de calidad para centros de educación ambiental, que defina los diferentes tipos de centros y determine los requisitos mínimos para cada tipo de instalación.

3. La Administración autonómica, concertadamente con otras administraciones, con la iniciativa privada y con las asociaciones sin ánimo de lucro debería promover la creación de nuevos centros ambientales siguiendo los criterios establecidos en la Red Gallega de Centros de educación ambiental y en su carta de calidad.

4. La Administración autonómica debería crear un registro de centros de educación ambiental en el que consten los datos más relevantes de cada uno y su catalogación de acuerdo con la tipología fijada en la Carta de Calidad de los Centros de educación ambiental.

Por otra parte, los centros de educación ambiental y los agentes públicos y privados que los promuevan deberían:

5. Incrementar significativamente los medios materiales y humanos dedicados a su funcionamiento ordinario y para abordar las mejoras propuestas en este documento.

6. Ajustarse a las condiciones y tipologías que se hubieran establecido en la Carta de Calidad para Centros de educación ambiental.

7. Elaborar los siguientes documentos:

-Proyecto educativo del centro en el que se expliciten los fines del centro, los medios y recursos didácticos con los que cuenta, y los criterios didácticos, metodológicos y de evaluación.

-Programación anual de actividades, explicitando objetivos, contenidos, evaluación y atención a la diversidad.

-Memoria anual en la que se indiquen los logros conseguidos, las dificultades habidas y las incidencias más destacables.

-Registro de actividades y visitantes.

8. Elaborar materiales didácticos coherentes con la programación.

9. Ofrecer programas de actividades de educación ambiental para diferentes grupos sociales y de edad, además de los dirigidos a estudiantes de enseñanza primaria y secundaria.

10. Realizar, entre otras, actividades relacionadas con el ahorro y aprovechamiento de energía, el consumo responsable y hábitos que propicien la sostenibilidad.

11. Realizar actividades para el conocimiento del patrimonio natural, artístico, histórico, etnográfico, antropológico, etc., de la zona en que esté situado el centro.

12. Aplicar los instrumentos y sistemas de evaluación propuestos en la carta de calidad, considerando la evaluación permanente de las actividades, de los programas y de los servicios ofrecidos por los centros como una parte fundamental e imprescindible de su funcionamiento.

13. Potenciar el establecimiento de convenios y programas conjuntos entre las administraciones públicas y los centros atendiendo a criterios de calidad y la rentabilización de los recursos existentes.

14. Mantener su actividad, en la medida de lo posible, a lo largo de todo el año, adaptando, si fuese necesario, la oferta de actividades a cada período estacional.

15. Intensificar la divulgación de los centros de educación ambiental y de las actividades y programas que ofrecen.

2.6. La educación ambiental en espacios naturales protegidos.

2.6.1. Situación actual.

En Galicia existen en la actualidad seis parques naturales y once espacios en régimen de protección general. En esta red de diecisiete espacios protegidos, solamente se ofrecen actividades de educación ambiental en nueve de los diecisiete, y no en todos de forma permanente.

Instalaciones.

La mayoría de los parques naturales disponen de instalaciones preparadas para la recepción de visitantes, dotados de una exposición y/o un audiovisual. Existen carteles indicadores de los servicios básicos, de las normas de uso y de los límites físicos del parque.

Los espacios en régimen de protección general carecen en su mayoría de esta infraestructura mínima y, cuando la poseen no está suficientemente utilizada.

Solamente existe un espacio natural protegido con instalaciones y recursos humanos que permiten la acogida sistemática de usuarios para la realización de programas de educación ambiental por períodos superiores a un día, el Aula de la Naturaleza de O Invernadeiro, ya mencionada en el capítulo anterior.

Gestión y funcionamiento.

La gestión de los centros de educación ambiental es competencia de la Subdirección de Medio Ambiente Natural, de la Consellería de Medio Ambiente.

En algunos espacios naturales protegidos, y más especialmente en los espacios naturales en régimen de protección general, las actividades educativas solamente pueden ser realizadas por un grupo organizado que concierte previamente la visita. No existe la posibilidad de que lo pueda hacer el público en general.

No existe un sistema normalizado de evaluación de las actividades de educación ambiental, ni de recogida de información sobre los visitantes ocasionales, por lo que cada uno actúa libremente, utilizando sistemas diferentes o no realizando ningún tipo de evaluación, lo que dificulta una valoración del conjunto.

El personal técnico de los espacios naturales protegidos está integrado principalmente por titulados universitarios que desempeñan, entre otras, las funciones de guías e intérpretes. No se dispone de personal especializado en labores específicas de educación ambiental.

Actividades.

El programa de actividades de educación ambiental en cada espacio natural protegido es puntual para cada grupo de usuarios, no tiene continuidad en el propio espacio ni en el centro educativo de procedencia cuando se trata de estudiantes. En ningún caso hay actividades permanentes.

El programa de actividades es indiferenciado para calquier grupo de usuarios que visite el espacio natural protegido. No hay programas específicos para la población escolar ni dirigidos a la población local afectada por la declaración del espacio natural protegido o al público en general.

Los aspectos que más se valoran en las actividades de educación ambiental por parte de los responsables son el respeto ambiental, el respeto cultural y etnográfico, la sensibilización del visitante y el estímulo para que los visitantes actúen como difusores de la importancia de la preservación de los espacios naturales protegidos.

Las actividades educativas van dirigidas a la adquisición de nociones básicas sobre la ecología de los espacios y utilizan una metodología de carácter fundamentalmente expositivo. Se realizan itinerarios a pie, visitas guiadas a exposiciones relacionadas con el espacio natural, presentación de audiovisuales y charlas.

El material que se distribuye a veces entre los visitantes está constituido por folletos de información general y descripción del espacio natural.

Usuarios.

Los principales y casi únicos receptores de las actividades son los escolares, principalmente del tercer ciclo de educación primaria y del primer ciclo de educación secundaria.

2.6.2. Recomendaciones.

Para la integración de la educación ambiental en la regulación, organización y gestión de los espacios naturales protegidos se debería:

1. Considerar la existencia de un programa de educación ambiental estable, específico para cada espacio natural protegido, que tenga en cuenta la diversidad de los potenciales usuarios y visitantes y a la población local. Dicho programa deberá tener en cuenta los objetivos de la educación ambiental e incorporar sistemas de evaluación inicial y permanente.

2. Entender que la educación ambiental puede y debe de formar parte, con la misma relevancia que los demás instrumentos, de la gestión ordinaria de los espacios naturales protegidos.

3. Procurar dotar de educadores y crear equipos permanentes para el desarrollo del programa de educación ambiental del espacio natural protegido, dando prioridad a los parques naturales y a aquellos espacios con una mayor atracción de visitantes. Igualmente importante es la dotación de recursos económicos y materiales necesarios para el desarrollo de los correspondientes programas y actividades de educación ambiental.

4. Disponer de instalaciones específicas y multifuncionales para la recepción adecuada de todos los potenciales usuarios y para la realización de actividades de información, educación e interpretación ambiental.

5. Diseñar subprogramas específicos de divulgación, sensibilización y educación ambiental dirigidos a la población local residente dentro del espacio natural protegido o implicada en sus usos tradicionales.

6. Establecer procedimientos para evitar el impacto ambiental que puedan originar las actividades educativas en los espacios naturales protegidos.

7. Crear mecanismos y redes de coordinación entre los programas educativos de los espacios naturales protegidos con la finalidad de rentabilizar esfuerzos y recursos materiales, pedagógicos y humanos.

8. Diseñar materiales didácticos en distintos formatos adaptados a las peculiaridades de cada espacio natural protegido y a las características de sus potenciales usuarios, prestando especial atención a los itinerarios autoguiados de interpretación ambiental.

9. Desarrollar campañas de divulgación y programas educativos temáticos dirigidos a la población gallega en general para difundir los beneficios ecológicos, sociales, culturales y económicos derivados de la existencia de una red de espacios naturales protegidos.

2.7. Educación ambiental en las empresas.

2.7.1. Situación actual.

A la hora de hablar de este ámbito, distinguiremos tres aspectos claramente diferenciados. Por una parte, hablaremos de los programas de educación ambiental que se desarrollan en las propias empresas e industrias que tienen como destinatarios a sus propios empleados y empleadas, e incluso los que están dirigidos a sus cuadros directivos. Por otra parte, nos referimos a los programas de educación ambiental que, aunque sean promovidos por otras entidades, están patrocinados y financiados por las empresas. Un tercer aspecto que se aborda es la educación ambiental ofrecida por empresas que ofertan servicios en el campo de la educación ambiental en Galicia.

Los programas de educación ambiental dirigidos a los empleados de empresas están poco desarrollados en Galicia y se trata de un campo prácticamente inexplorado por las empresas gallegas. Sí son más frecuentes los cursos de capacitación y formación de personal especializado, en el ámbito de la gestión medioambiental de las empresas, relacionados con la cada vez mayor proliferación de normativas legales y técnicas referidas a los aspectos ambientales y que

son de aplicación obligada en la industria, el comercio y los servicios.

En este apartado son especialmente activas las grandes empresas y aquellas en las que su actividad genera una mayor contestación social, donde existe una predisposición a instalar sistemas de gestión ambiental. Sin embargo, al igual que los sistemas de ecoauditorías y del etiquetado ecológico, los sistemas integrales de gestión ambiental carecen de una fuerte implantación en Galicia.

Con respecto al patrocinio y la financiación de programas educativos, campañas divulgativas y la edición y promoción de material didáctico relativo a la educación ambiental y el medio ambiente, se trata de un ámbito poco explorado y a penas considerado en nuestra comunidad, por lo que se pueden sentar las bases para su futuro desarrollo atendiendo a unos mínimos criterios de rigor y calidad.

Asociado al mayor impulso en los últimos años de la educación ambiental en Galicia va parejo un mayor desarrollo de iniciativas de carácter privado que conforman un pequeño grupo de empresas que surgieron para la realización de programas, el diseño de actividades, la elaboración de materiales y la oferta de servicios relacionados con el medio ambiente, la interpretación y la educación ambiental. El sector formado por empresas promotoras de educación ambiental es un sector que está empezando, que para poder consolidar empresarialmente su proyecto se tiene que diversificar. Excepto alguna situación muy puntual, ninguna de las empresas existentes se dedica exclusivamente a la educación ambiental. En muchos casos, la educación ambiental es un campo marginal en el conjunto de servicios que ofrecen.

A diferencia de lo que ocurre en el resto de España, ninguna de estas empresas depende exclusivamente en su actividad empresarial de un centro ambiental, aunque en algunos casos la prestación de este servicio forma parte de su proyecto empresarial.

El sector de las empresas promotoras de la educación ambiental es un sector incipiente que, debido a su indefinición y al aún bajo desarrollo de la educación ambiental en Galicia, se encuentra con problemas atribuibles a su juventud: competencia por parte de asociaciones, personal poco formado en el campo de la educación ambiental en el ámbito no formal, escaso grado de valoración de la calidad educativa de los programas y de las acciones que realizan, etc.

2.7.2. Recomendaciones.

Recomendaciones genéricas para las empresas.

1. Promover una mayor presencia de la educación ambiental a través de programas de formación y sensibilización dirigidos a trabajadores y trabajadoras, así como a técnicos y directivos, en particular en el sector de la pequeña y mediana empresa y en el colectivo de trabajadores autónomos. Deberá hacerse un esfuerzo especial en la formación de los delegados de los trabajadores para temas de seguridad y salud

laboral. Estas iniciativas deben integrarse en los programas plurianuales de formación.

2. Facilitar los procesos de participación de los trabajadores y trabajadoras, de técnicos y directivos, siendo una parte fundamental en el proceso de ambientalización empresarial la fluidez en los procesos de información y comunicación entre todos los niveles de la empresa.

3. Promover la inclusión de compromisos ambientales en los convenios de negociación colectiva, tales como la reducción de residuos, el ahorro de recursos y de energía y la introducción de tecnologías limpias, de manera que se establezca un impulso conjunto de empresa y trabajadores por la ambientalización de la actividad laboral.

4. Establecer mecanismos para que el consumidor final pueda evaluar ambientalmente los productos y servicios de las empresas y sus ciclos de uso, y que le permitan participar en la mejora ambiental de los mismos.

5. Crear programas y campañas de sensibilización de los consumidores para el conocimiento del ciclo de vida de los productos, desde su origen hasta su fin, para concienciarlos sobre la importancia de consumir productos que eviten o minimicen los riesgos y los problemas ambientales.

6. Promover campañas y programas de educación ambiental dirigidos a los ciudadanos desde las propias empresas o a través del fomento y patrocinio de las que promuevan otras entidades.

7. Evitar los elementos publicitarios que lleven al consumo irracional, superfluo y excesivo, así como la publicidad engañosa en relación con el medio ambiente y el uso de los recursos naturales.

8. Establecer vías de intercomunicación entre las empresas y los sindicatos para realizar acciones conjuntas de formación, información y sensibilización de los trabajadores y trabajadoras, para minimizar el impacto nocivo de las actividades productivas sobre la salud y mejorar la calidad ambiental del lugar de trabajo.

9. Desarrollar los mecanismos precisos para el establecimiento de códigos de prácticas ambientales correctas en los distintos sectores productivos y de actividad empresarial. Es fundamental que sean códigos establecidos de mutuo acuerdo, con la participación de los trabajadores y trabajadoras implicados, a fin de que el compromiso ambiental de todos y todas sea mayor.

10. Contribuir a crear las condiciones que impidan que aquellas empresas que asuman una mayor conciencia y responsabilidad ambiental (una mayor cultura ambiental) se vean en situación de desventaja competitiva frente a aquéllas que no lo hagan.

11. Adherirse al sistema voluntario de gestión y ecoauditoría ambiental establecido por la Unión Euro

pea para evaluar y mejorar los resultados de la actividad empresarial en relación con el ambiente.

12. Diseñar y aplicar, cuando sea necesario, un plan de adaptación a la legislación ambiental.

Recomendaciones específicas para las empresas de educación ambiental.

13. Mejorar la formación de su personal e incrementar la calidad educativa y la coherencia ambiental de sus servicios.

14. Participar en la creación y mantenimiento de redes de información y asesoramiento, de divulgación y de educación ambiental que permitan un flujo de comunicación permanente entre todos los sectores económicos y sociales de Galicia.

2.8. La educación ambiental y los sindicatos y organizaciones profesionales.

2.8.1. Situación actual.

Las principales entidades de representación de los trabajadores y trabajadoras son los sindicatos, pero por otra parte no agotan la representación de todos los trabajadores, en determinados sectores (profesionales altamente cualificados, profesionales liberales, etc.) las organizaciones corporativas son más representativas y tienen una mayor importancia en la formación permanente de los afiliados (colegios, asociaciones profesionales, etc.).

Los sindicatos y asociaciones profesionales realizan actividades de formación entre los trabajadores y trabajadoras que incluyen apartados formativos y cursos relacionados con el medio ambiente, aunque fundamentalmente están dirigidos a la gestión y a la información ambiental y orientados hacia la formación continua de los trabajadores y trabajadoras. También colaboran activamente en campañas de sensibilización ambiental de los ciudadanos, apoyando aquéllas que realizan otras organizaciones y entidades sociales.

De todas formas, y pese a esa importante labor aún hay un bajo grado de desarrollo de la educación ambiental entre los trabajadores y trabajadoras que pertenecen a ellos. Los problemas y circunstancias que originan la precariedad del empleo determinan que sigan siendo prioritarias entre sus demandas aquéllas referidas a la mejora del empleo, a las condiciones salariales y a las condiciones de salud en el puesto de trabajo frente a las relacionadas con las problemáticas ambientales que puedan estar asociadas con la actividad que realizan o el sector productivo en el que están ocupados.

La elaboración de materiales de educación ambiental para los trabajadores y trabajadoras de Galicia es todavía un campo poco explorado, al igual que la edición y difusión de guías de prácticas ambientales correctas en los entornos de trabajo. Los sindicatos y algunos colegios profesionales participan frecuentemente en la financiación de materiales que editan otras entidades y organizaciones sociales, especialmente organizaciones ecologistas.

2.8.2 Recomendaciones.

Para la integración de la educación ambiental en la actividad de sindicatos y organizaciones profesionales, éstas deberían:

1. Promover el desarrollo de programas de educación ambiental y campañas de sensibilización dirigidos a todos sus miembros.

2. Estimular a los trabajadores y trabajadoras a participar activamente en el diseño de la política de gestión ambiental de la empresa y en los programas de información y formación ambiental.

3. Fomentar y estimular la edición y difusión de guías de prácticas ambientales correctas dirigidas a todos los sectores productivos y a las administraciones, específicamente orientadas a cada puesto de trabajo.

4. Promover la inclusión de cuestiones ambientales en los convenios de negociación colectiva, de manera que se establezca un compromiso conjunto de empresa y trabajadores con la ambientalización de la actividad laboral.

5. Establecer vías de comunicación fluidas y eficaces entre las distintas fuerzas sindicales en cada sector productivo y a nivel global, para definir unas líneas de actuación comunes y coherentes en materia de educación y formación ambiental.

6. Contribuir a que la educación ambiental tenga un peso específico en el diseño de programas de formación y capacitación ambiental.

7. Impulsar la formación de los representantes sindicales de los trabajadores en materia de salud y seguridad en la empresa asociando estos aspectos a las condiciones ambientales y a la protección del medio ambiente en general.

8. Promover que en las negociaciones entre empresas y sindicatos y organizaciones profesionales adquiera cada vez una mayor relevancia la dimensión ambiental, incorporando criterios de calidad ambiental en los centros de trabajo.

9. Impulsar, desde el ámbito sindical y de las organizaciones profesionales, la responsabilización de la empresa en el establecimiento de líneas estratégicas y de actuación con el fin de conseguir un desarrollo humano sostenible.

10. Incrementar el nivel de colaboración con otras entidades y organizaciones de carácter social y profesional para así fomentar el desarrollo de programas de educación ambiental dirigidos a los trabajadores y al público en general.

11. Promover la edición de materiales para la educación ambiental, no sólo dirigidos a los trabajadores y trabajadoras en activo, sino también a escolares (especial atención merecen los módulos de formación profesional), a jubilados y a la ciudadanía en general.

2.9. La educación ambiental en los medios de comunicación gallegos.

Una parte importante de la conciencia social de los ciudadanos está indudablemente condicionada por

la imagen del mundo que se ofrece desde los medios de comunicación. Radio, prensa y televisión, junto con otros medios de comunicación están lanzando cada día mensajes sobre cómo es y cómo debe ser nuestra sociedad, qué tenemos que consumir, qué tenemos que vestir y, en definitiva, cómo tenemos que actuar.

La información ambiental está ahí, en las páginas de los periódicos, la radio o la televisión, llegando tanto a aquel público interesado en estos asuntos, como a los que nunca se les ocurriría demandar una información concreta sobre esta materia.

Sin embargo, las informaciones que ofrecen los medios de comunicación se mueven en ocasiones entre lo que podemos considerar información y la desinformación, la educación y la contraeducación o mala educación. Discernir si una información es veraz y rigurosa, con una adecuada base científica y si refleja la pluralidad de opiniones existentes en la sociedad gallega sobre el medio ambiente, no siempre es fácil ni está al alcance de todos los que no tienen una formación previa en la materia. Un problema que repercute tanto en los receptores de los mensajes como, en demasiadas ocasiones, en los periodistas o emisores que las producen cuando éstos no tienen una adecuada formación.

Hoy en día nadie cuestiona el potencial educador de los mass media, que debe ser aprovechado en beneficio de la causa ambiental. Ya en el año 1972, en la declaración de principios de la cumbre de Estocolmo, esta idea quedó patente al señalar que: «es esencial que los medios de comunicación de masas eviten contribuir al deterioro del medio ambiente humano y difundan, por el contrario, información de carácter educativo sobre la necesidad de protegerlo y mejorarlo...».

El carácter educativo que se atribuye a los medios de comunicación se vuelve a resaltar en otro foro mundial, la Conferencia de Tbilisi sobre educación ambiental, donde se dijo que «los medios de comunicación social tienen la gran responsabilidad de poner sus enormes recursos al servicio de la misión educativa».

Resulta, por lo tanto, difícil atribuir un carácter exclusivamente informativo o educativo a los medios de comunicación, porque están aportando información continua y constante en materia ambiental que después se puede traducir en un aprendizaje humano.

2.9.1. Situación actual.

Los datos a los que se referirá el siguiente texto fueron obtenidos de un estudio previo sobre los medios de comunicación gallegos.

Prensa diaria y revistas especializadas en Galicia.

La prensa gallega aborda habitualmente temas medioambientales. Todos los periódicos diarios contactados coinciden en señalar que la sociedad demanda cada vez más información en esta área temática, pero muy pocos tienen secciones fijas en las que bus

car estas noticias. Un tercio de los periódicos gallegos tienen algún tipo de suplemento de ecología, medio ambiente o ciencia en el que se divulgan habitualmente temas medioambientales. El resto de la divulgación puede encontrarse más raramente en otros suplementos de carácter educativo, en forma de noticia o reportaje, dentro de las habituales secciones de noticias.

Dependiendo del carácter de la noticia ambiental, ésta podrá situarse en páginas de sociedad, Galicia, local e incluso de economía u otras. Esta situación forma parte de un viejo debate en el mundo del medio ambiente y de la comunicación: ¿es preferible que el medio ambiente esté en una sección específica o que se integre como un aspecto más dentro de las noticias habituales? La pregunta sigue abierta, en todo caso no debe ser una excusa para confinar la temática ambiental a los especiales y suplementos, ni tampoco para evitar esos suplementos en los que siempre se puede dar una visión más amplia y divulgadora de los temas de interés.

Un tercio de los periódicos gallegos reconocen tener algún periodista o equipo especializado en el tratamiento de los temas medioambientales, aunque no se dedican en exclusiva a este tema.

Mención especial merece la iniciativa de La Voz de Galicia a través del programa Voz Natura, concurso que promueve iniciativas ambientales de ámbito escolar.

La prensa refleja, tal vez en demasiadas ocasiones, informaciones que llegan por diversas vías sin contrastarlas previamente, lo que, junto con la insuficiente especialización en temas ambientales, influye negativamente en el rigor con que se tratan estos temas. Una queja reiterada de los diferentes medios radica en la politización excesiva de algunas fuentes de información en relación con los temas medioambientales. Otra demanda también frecuente se centra en las propias fuentes de información, que reclaman la necesidad de fuentes científicas neutrales.

Por lo que se refiere a las revistas especializadas en temas medio ambientales de venta en quioscos y en lengua gallega, sólo se pueden encontrar en Galicia dos publicaciones:

-Naturaleza Gallega, de carácter bimestral y con una experiencia en el mercado de ocho años.

-Cerna, de carácter trimestral y con una experiencia en el mercado de nueve años. Editada por ADEGA.

Radio y televisión.

Las radios y televisiones poseen delegaciones en Galicia que no realizan más que una pequeña parte de la programación y que funcionan la mayoría de las veces como proveedoras de noticias. Un dato a tener en cuenta son las horas o minutos de programación gallega, bien sea territorial o local, que estos medios ofrecen y su carácter, informativos o programas.

Radio.

En el caso de la radio, la única emisora con 24 horas de programación desde Galicia es la Radio Gallega.

La temática ambiental es abordada de diferentes maneras:

-De forma ocasional en magazines a través de entrevistas, reportajes y tertulias en la Radio Gallega, RNE, Radio Voz, la COPE y la SER.

-En programas de temática afín como O Agro y Fauna Deportiva de la Radio Gallega, y en Preescolar na casa de RNE, también de forma ocasional.

-En secciones o espacios fijos dentro de otros programas, como Radio Gallega (As Tardes da Galega), Radio España, Radio Obradoiro (A Balsa da Medusa) y Onda Cero (en las conexiones locales).

-Programas específicos de educación ambiental. Existen dos casos:

-El programa infantil Plis Plas de la Radio Gallega, con un proyecto titulado Os Detectives Verdes en el que participan alumnos y alumnas de centros de enseñanza gallegos.

-COPE Ourense cuenta en la actualidad con un espacio semanal titulado Aula Verde.

Las informaciones ocasionales de tipo ambiental dependen habitualmente de la actualidad y la importancia de las noticias que pueden ir surgiendo cada jornada y que son incluidas en noticiarios o programas, sea de carácter local o autonómico, dependiendo de las emisoras y su funcionamiento.

Televisión.

Con respecto a las televisiones, sólo la TVG cuenta con 24 horas de programación desde Galicia, mientras todas las demás ofrecen desde horas a minutos diarios de carácter territorial, siendo su producto predominantemente informativo y sin ningún espacio fijo medioambiental.

En el caso de la televisión autonómica, además de la información ocasional, se ofrece desde hace cuatro años el espacio Senda Verde, que trata, entre otros, temas ambientales y promueve otras iniciativas (itinerarios, campañas de sensibilización y de acción sobre espacios degradados, etc.) con la participación de grupos de voluntarios. El club Galicia Verde y la revista del mismo nombre completan el espectro de este programa. En la actualidad el programa, de una hora de duración, se emite los sábados y se repite en otra franja horaria.

Los medios locales de radio y televisión.

La creación en los últimos años de radios y televisiones locales se reveló como un nuevo recurso para la divulgación de informaciones desde el espacio más cercano a las personas. Sin embargo la temática ambiental tiene, en general, una escasa presencia en

estos medios, debido, entre otras, a las siguientes circunstancias:

-La implantación de estas emisoras difiere enormemente de unas provincias a otras.

RadiosTVs

A Coruña178

Pontevedra57

Lugo46

Ourense23

-También existen grandes diferencias en las horas de emisión. Las radios emiten, por lo general, un mayor número de horas de producción propia que las televisiones.

-Los medios locales disponen de presupuestos muy bajos y de personal mínimo entre el que frecuentemente se encuentran personas que no son profesionales de la comunicación. En ellas, el trabajo puede realizarse más por la ilusión de sus miembros que por los medios materiales con que cuentan.

La mayor parte de las radios y televisiones locales ofrecen información ambiental sólo desde el punto de vista de la noticia puntual, recogiendo actuaciones del ayuntamiento o bien de los grupos ecologistas, escolares, vecinales o de otros colectivos de la zona. En los últimos tiempos, algunas emisoras municipales realizaron programas dirigidos a participar en la formación de los ciudadanos en determinadas cuestiones medioambientales como la recogida selectiva de residuos sólidos urbanos.

De un total de 28 radios en las cuatro provincias, de las que 26 tienen programación propia, el 23% asegura emitir programas específicos de temática ambiental, mientras que el 77% la abordan ocasionalmente.

De 24 televisiones locales existentes, 3 no tienen emisión propia. Del total restante, el 14,3% cuenta con programas específicos de temática ambiental junto con otras informaciones, entrevistas o reportajes enmarcados en programas generales o informativos. Los datos se completan con un 81% de televisiones que aseguran emitir información ambiental ocasionalmente y el 4,7% que nunca la ofrecen.

Hay que resaltar que las horas de emisión de las televisiones y radios locales no tienen relación ninguna con el tiempo dedicado al medio ambiente en ellas. La divulgación ambiental parece estar motivada por el convencimiento propio de los programadores, la sensibilización de los trabajadores y el interés de los ayuntamientos en el caso de las municipales.

Un caso muy claro a destacar es el de Radio Betanzos que con dos horas y media de programación propia diaria ofrece semanalmente dos programas ambientales: Falando de Natureza y Casa de las Ciencias, de 30 minutos de duración cada uno. En la misma línea, Radio Valadouro, con una hora de programación diaria, dedica 30 minutos a la semana a temas de medio ambiente, a lo que hay que añadir ocasional

mente referencias a la educación ambiental en el programa escolar semanal. Dentro de las televisiones podemos resaltar el caso de Boqueixón y Teo, que con una hora diaria de programación tienen tiempo para un espacio semanal de divulgación titulado A Nosa Natureza, de 20 minutos de duración, en el que se incluyen también aspectos de educación ambiental.

En el lado opuesto se sitúan radios y televisiones locales con más de 10 horas de programación semanal en las que los temas ambientales se abordan de manera ocasional y puntual.

2.9.2. Recomendaciones.

Los medios de comunicación deberían:

1. Contar con equipos o personas especializadas en temas e información medioambiental.

2. Contrastar debidamente las informaciones de carácter ambiental, para transmitir a los ciudadanos una imagen que no deforme ni malinterprete la realidad.

3. Reflejar la pluralidad de opiniones y de opciones sobre el medio ambiente y la problemática ambiental existente en la sociedad gallega.

4. Favorecer el tratamiento de temas de educación ambiental con carácter divulgativo en sus páginas y programas habituales y/o secciones especializadas de espacios de radio y televisión, o en los suplementos, en el caso de la prensa escrita.

5. Tomar iniciativas y participar en actividades y campañas de difusión y sensibilización de los ciudadanos con respecto a la necesidad de una cultura de la sostenibilidad.

6. Facilitar la difusión de las actividades y programas de educación ambiental promovidos por los agentes sociales e institucionales con competencias en la materia.

7. Destinar en los medios de comunicación públicos con difusión en Galicia espacios específicos para el tratamiento de temas ambientales desde una óptica divulgativa, informativa y educativa, situados en franjas horarias de máxima audiencia y especializados en determinados sectores de ella (infancia, mujeres, adultos, etc.).

8. Incluir especialistas en educación ambiental en los equipos encargados de elaborar los guiones para la realización de programas de radio o televisión, y para la redacción de suplementos en la prensa escrita con finalidad educativo-ambiental.

9. Limitar o eliminar la publicidad comercial que pueda promover hábitos de consumo ambientalmente reprochables o insolidarios con las generaciones futuras o con los países del llamado tercer mundo.

10. Incluir los temas ambientales como prioridad en la atención del defensor del espectador (lector, radiooyente o telespectador). Si no existe esta figura, sería muy interesante su creación.

3. La educación ambiental formal.

3.1. La educación ambiental en el sistema educativo.

3.1.1. La transversalidad.

La incorporación de la educación ambiental a la labor educativa formal se caracteriza por el carácter de transversalidad con que fue asumida en la Ley de ordenación general del sistema educativo (LOGSE), promulgada en 1990. Los reales decretos reguladores de los currículos de los diferentes niveles educativos recogen la presencia de la educación ambiental como tema transversal junto con la educación para la paz, la educación para la salud, la educación del consumidor/a, la educación para la igualdad de oportunidades entre los sexos, la educación vial, la educación sexual y la educación moral y cívica.

Los temas transversales se definen como:

-Contenidos de fuerte demanda social que deben impregnar todas las áreas del currículo, con un tratamiento adaptado en cada caso a las peculiaridades psicoevolutivas de los alumnos.

-Portadores de importantes valores, tanto para el desarrollo integral de los alumnos y alumnas como para la construcción de un proyecto de sociedad más libre y pacífica, más respetuosa con las personas y también con la naturaleza.

-Poseedores de un gran contenido actitudinal.

-Necesitados de la aportación interdisciplinar del conjunto de las áreas del currículo para su conformación conceptual y didáctica.

-Responsabilidad de toda la comunidad educativa, especialmente del equipo docente. Tienen, por lo tanto, que estar presentes en la organización de la vida de los centros y ser debidamente incluidos en todos los niveles de planificación curricular: proyecto educativo de centro (PEC), proyecto curricular de centro (PCC) y programaciones específicas elaboradas por el profesorado.

El tratamiento transversal de la educación ambiental no debería significar un incremento de los objetivos y los contenidos en las diferentes áreas del currículo, sino la adopción de una perspectiva ambientalista como directriz básica en todo el proceso de desarrollo curricular, tanto en la organización de los contenidos, como en la adopción de una opción metodológica acorde con los propósitos perseguidos por la educación ambiental, lo que significa:

-La apertura a los problemas del entorno inmediato y, a partir de ahí, a otros ámbitos.

-El tratamiento interdisciplinar de los temas desde una óptica integradora orientada a la formulación, análisis y resolución de problemas.

-La enseñanza sobre procesos y no sólo sobre hechos o aspectos aislados.

-La investigación y la experimentación como base del trabajo.

-El trabajo en equipo como necesidad ineludible.

-La oferta de actividades que ejerciten en la toma de decisiones y en la capacitación para la actuación.

La educación ambiental aparece, pues, como un modelo de interdisciplinariedad, ya que en el análisis y tratamiento del medio ambiente y su problemática deben confluir una gran diversidad de especialistas. Es necesario elaborar un programa para la coordinación de las diferentes disciplinas y de los responsables de las distintas asignaturas para favorecer la interrelación de los programas. Éstos deben incluír directrices comunes y propuestas de acción que pongan de relieve los lazos de unión entre las diferentes áreas y disciplinas.

3.1.2. La educación ambiental en los currículos de educación infantil, primaria y secundaria ...

Los currículos de las diferentes etapas educativas establecidos por el Real decreto en 1991 reflejan el enfoque transversal de la educación ambiental. Por niveles y a grandes rasgos, se establecen las siguientes especificaciones:

Educación infantil (0 a 6 años). Tanto en el primer ciclo (0 a 3 años) como en el segundo (3 a 6 años) se sientan las bases para la educación ambiental, específicamente en la área de medio físico y social.

Educación primaria (6 a 12 años). Los objetivos de la educación ambiental se incluyen especialmente en el área de conocimiento del medio natural, social y cultural.

Educación secundaria obligatoria (12 a 16 años). La mayoría de los objetivos generales están directamente relacionados con los de la educación ambiental, más concretamente, en el currículo de la ESO, los elementos que tienen una relación directa con ella se encuentran en las materias de ciencias de la naturaleza, ciencias sociales, geografía e historia. Sin embargo, se pueden encontrar contenidos ambientales en la mayor parte del currículo de esta etapa. Por otra parte el sistema educativo gallego incluye en el segundo ciclo de la ESO una materia optativa con la denominación de ciencias medioambientales y de la salud.

Bachilleratos. Uno de sus objetivos es la formación general del alumnado, que puede elegir entre una de las cuatro modalidades ofertadas. La modalidad de ciencias de la naturaleza y de la salud es la que engloba los objetivos y los contenidos más afines a los de la educación ambiental, sobre todo en las materias de biología y geología (específicas de la modalidad) en el primer curso, y biología (p.d.m.) en el segundo curso, tanto en el itinerario A como en el B, ciencias de la tierra y del medio ambiente (p.d.m.) dentro del itinerario B y geología (optativa) en ambos itinerarios. Dentro de la modalidad de tecnología se ofrece la geología como materia optativa en el segundo curso.

Formación profesional específica. Comprende un conjunto de ciclos formativos organizados en módulos profesionales; su finalidad es la preparación del alumnado para la inserción en un campo profesional y su capacitación para un desarrollo cualificado de las

diferentes profesiones. Las enseñanzas profesionales se configuran con referencia a las necesidades de cualificación del sistema productivo, distingue dos niveles (medio y superior). La educación ambiental no está específicamente contemplada.

3.2. Educación infantil, primaria y secundaria.

3.2.1 Educación infantil y primaria.

En las últimas décadas y paralelamente al despertar de sensibilidades conservacionistas ante los efectos del progreso desordenado y la aparición de asociaciones ecologistas, muchas personas implicadas en labores educativas, aunque de manera individual y aislada, llevan estas inquietudes a las aulas. Los movimientos de renovación pedagógica, los encuentros, jornadas, escuelas de verano, etc. dieron oportunidad a los profesionales para completar su formación, intercambiar experiencias y, en algunos casos, formar pequeños grupos que llegaron a trabajar coordinadamente en torno a un proyecto común.

La aparición de los Cefocops permitió extender la oferta formativa y facilitar la introducción de esta y de otras áreas transversales en el currículo.

Situación actual.

La enseñanza en los niveles de educación infantil y primaria se caracteriza por la comprensividad, por lo que la inclusión de la dimensión ambiental parece más fácil que en otros niveles más avanzados.

En los últimos años se han organizado seminarios permanentes, grupos de trabajo y cursos de formación en centros de temática ambiental.

Sin embargo, sólo un muy reducido número de centros tomó la decisión de implicarse en la educación ambiental con acciones continuadas o proyectos educativos debidamente planificados.

Centros.

Del estudio realizado para la elaboración de este documento resulta que hay 35 centros de educación primaria en Galicia en los que consta actividad relevante en torno a la educación ambiental, de los que solamente 10 mantuvieron alguno tipo de continuidad.

Aún siendo conscientes de que existen muchos centros que realizan interesantes experiencias sobre educación ambiental que no están supervisadas por los Cefocops, parecen escasas y poco relevantes.

Actividades.

Con frecuencia, las actividades relacionadas con la educación ambiental son actuaciones puntuales y sin continuidad. En calquier caso, es evidente el pequeño número de actividades específicas de educación ambiental.

Las experiencias obedecen, principalmente, al interés y voluntarismo del profesorado, que encuentra dificultades por falta de medios, recursos y asesoramiento especializado.

En relación con la temática tratada en las experiencias analizadas, se observa la siguiente distribución:

-Estudio del medio natural (52%).

-Integración de la educación ambiental en el PEC y en el PCC (28%).

-Modificación de actitudes (16%).

-Utilización de metodología específica (4%).

Son pocos los centros que hacen un tratamiento de la educación ambiental como área transversal, y menos aún los que aprovechan las posibilidades del actual modelo educativo que, mediante un currículo abierto y flexible, permitiría adaptaciones que tuvieran en cuenta los diferentes entornos en los que están situados los centros escolares.

3.2.2. Educación secundaria.

La educación secundaria presenta unas características propias que influyen decisivamente en las formas y en las manifestaciones que adopta la educación ambiental en este nivel educativo. La evolución de la organización del currículo desde la conformación en áreas hasta un formato más disciplinar a medida que se avanza en la etapa, hace que la educación ambiental se integre mejor en el currículo y tenga más oportunidades de tratamiento en los niveles de la educación secundaria obligatoria que en los bachilleratos o en la formación profesional (excepto en algunos ciclos formativos específicos o en algunas materias del bachillerato).

Situación actual.

Actividades.

Un análisis de las actividades de innovación educativa (seminarios permanentes, grupos de trabajo, licencias por estudios, proyectos de formación en centros, etc.) realizados por el profesorado de educación secundaria de Galicia entre los años 1990 y 1996 refleja la siguiente situación:

-La dimensión medioambiental está presente aproximadamente en un 4% de los proyectos de innovación educativa.

-Entre las líneas de innovación educativa con enfoques medioambientales ocupan un lugar destacado aquéllas que persiguen el conocimiento del medio ambiente natural y el análisis de su deterioro. Una segunda línea de trabajo es la que aborda las cuestiones medioambientales desde la perspectiva de la transversalidad y sugiere temáticas, estrategias de trabajo y recursos para su introducción en los currículos de secundaria.

-Las actividades más frecuentes en los proyectos de innovación son la elaboración de materiales de aula sobre problemas medioambientales, la construcción de instrumentos de recogida de datos sobre problemas ambientales del entorno, las salidas y, en menor medida, el diseño de actividades alternativas y las intervenciones sobre el entorno.

-El área de ciencias de la naturaleza ocupa un lugar destacado en los proyectos de innovación de perfil medioambiental, seguido por las ciencias sociales, geografía e historia y educación física.

-Algunos centros de educación secundaria realizan, de forma continuada desde hace varios años, proyectos de trabajo interdisciplinares centrados en la educación ambiental, aunque su número es relativamente bajo.

3.2.3. Recomedaciones.

Para potenciar la extensión de la educación ambiental en la educación infantil, primaria y secundaria, se debería:

1. Realizar campañas de sensibilización dirigidas al profesorado para la ambientalización de la actividad educativa.

2. Promover campañas de ambientalización de los centros educativos y dotarlos de equipos e instalaciones para el trabajo y la indagación medioambiental.

3. Favorecer la reflexión y el trabajo del profesorado sobre las relaciones entre las diversas áreas y disciplinas del currículo y la educación ambiental.

4. Promover la integración de la educación ambiental en los distintos niveles de desarrollo curricular (PEC, PCC, PCA).

5. Realizar campañas de sensibilización y formación dirigidos a los cargos directivos de los centros para que introduzcan el referente ambiental en la gestión de los centros, así como para que dediquen partidas presupuestarias suficientes para la realización de programas y actividades de educación ambiental.

6. Promover el desarrollo en los centros educativos de grupos de trabajo, talleres, campañas, etc. de educación ambiental en los que puedan participar profesores, estudiantes y otros miembros de la comunidad educativa y, consecuentemente, facilitar el apoyo necesario para realizar dichas actividades.

7. Proporcionar medios de información y documentación ambiental suficientes.

8. Potenciar la elaboración de materiales y recursos didácticos específicos y de calidad adaptados a las peculiaridades de los alumnos y alumnas de cada nivel.

9. Incluir en las convocatorias de investigación e innovación educativa para profesores, y en los concursos para estudiantes, la temática medioambiental.

10. Difundir las iniciativas y los materiales de calidad realizados por grupos de profesores y estudiantes sobre la educación ambiental y fomentar los contactos con otros grupos.

11. Implicar a la comunidad educativa en el desarrollo de los programas y actividades de educación ambiental en los centros y en la ambientalización integral de la vida escolar.

12. Animar a los centros de enseñanza a participar y a implicarse en la resolución de los problemas ambientales y en las iniciativas ambientales que surjan en su entorno inmediato.

13. Fomentar el establecimiento de acuerdos, convenios, etc., entre las diferentes instancias formadoras que permitan aunar esfuerzos hacia un desarrollo adecuado de la formación ambiental del profesorado (Con

sellería de Educación y Ordenación Universitaria, Consellería de Medio Ambiente, otras consellerías, MRPs, administraciones locales, etc.).

14. Proporcionar medios eficaces para la formación del profesorado como se detalla más adelante en el apartado específico dedicado a esta cuestión.

3.3. Educación universitaria.

Las instituciones universitarias gallegas están dedicando una atención creciente a la educación y la formación ambientales, tanto en el diseño de los planes de estudio de primer y segundo ciclo de las titulaciones que actualmente se ofertan, como en los estudios de doctorado y en los cursos de especialización, así como en el desarrollo de sus responsabilidades en la investigación y en la generación del conocimiento científico y técnico, que, tal y como establece la legislación vigente, deben acomodarse al doble objetivo de la promoción del saber y de dar respuesta satisfactoria a las necesidades y demandas de la sociedad.

3.3.1. Situación actual

Como disciplina.

La incorporación de la educación ambiental en el primer y segundo ciclos universitarios en las licenciaturas y diplomaturas asociadas a las ciencias de la educación cumple, por lo general, un papel introductorio y complementario, orientado a que los titulados (maestros, pedagogos, educadores sociales) reciban una información y una formación teórica y metodológica básica sobre el papel que puede jugar la educación en las estrategias de respuesta a la crisis ambiental. La misma estructura de los planes de estudio, fragmentados en materias que no superan los 4 o 6 créditos (40 o 60 horas de docencia teórico-práctica) impide hablar actualmente de una formación inicial especializada en este ámbito concreto. Esta característica se ve reafirmada al tener en cuenta que en la mayoría de las universidades españolas la educación ambiental aparece en los planes de estudios relacionados con la educación como materia optativa y sólo ocasionalmente como materia obligatoria propia de la universidad.

La realidad de las universidades gallegas responde a esta situación general.

Formación ambiental.

En la Universidad de Santiago existen varias titulaciones que introducen en los respectivos currículos la orientación ambiental. Así la licenciatura de biología tiene una orientación ambiental dirigida a la conservación y protección del medio natural; la licenciatura de ingeniería química tiene materias con una marcada orientación hacia la tecnología y a la ingeniería ambiental. También las titulaciones de química y farmacia incluyen en sus currículos disciplinas de marcado carácter ambiental.

Además, existen dos titulaciones en el campus de Lugo, ingeniería técnica forestal de primer ciclo e ingeniería de montes de segundo ciclo, que están orientadas de forma fundamental al mundo del medio ambiente forestal.

Las titulaciones de ciencias económicas y de geografía tienen también dentro de sus programas materias de perfil ambientalista y en algunos casos una clara proyección integradora.

En la Universidad de A Coruña se pueden citar, entre otras, las titulaciones de química y biología, que incorporan asignaturas de marcado carácter ambiental. Asimismo en la titulación de arquitectura se incluyen disciplinas en el ámbito del urbanismo con clara incidencia en el medio ambiente, al igual que en la titulación de ingeniería industrial en el campus de Ferrol.

En la Universidad de Vigo existe una titulación en ciencias del mar que tiene marcada vocación ambiental dirigida al medio marino. De igual modo en las titulaciones de química y biología, tecnología de los alimentos (carrera de segundo ciclo) e ingeniería industrial y otras tienen materias formativas de perfil ambientalista.

Posgrado.

Desde principios de la década de los noventa las universidades de Santiago de Compostela y A Coruña imparten sendos masters de gestión y tecnología ambiental. Por lo que respecta a cursos de especialización y, en general, a cursos de posgrado en las universidades gallegas se imparten más de cien programas en los que se integran seminarios de temática medioambiental.

En los últimos años se ha incrementado el número de cursos promovidos y organizados a instancias extrauniversitarias, aunque en la mayor parte de ellos el profesorado es principalmente universitario.

En general.

La incorporación de los temas medioambientales y de las nuevas perspectivas sobre el conocimiento y la gestión del medio ambiente (desde la interdisiciplinariedad hasta el desarrollo sostenible) en la actual oferta de titulaciones universitarias sigue siendo parcial en Galicia.

El análisis superficial de las denominaciones de las materias (troncales, obligatorias y, en algunos casos, optativas) de primer y segundo ciclo de algunas titulaciones refleja la incorporación, al menos formal, de perspectivas medioambientales.

El tratamiento interfacultativo e interdisciplinar no está presente en la oferta formativa relacionada con el medio ambiente. No existen iniciativas para generar recursos y programas interdisciplinares de formación y de investigación relacionados con el medio ambiente, que sean en su composición y temática de carácter intercentros, interáreas e interdisciplinares.

Empiezan a tomarse iniciativas para poner en marcha programas de ambientalización de la gestión de las instituciones universitarias.

3.3.2. Recomendaciones.

Las instituciones universitarias deberían:

1. Propiciar la existencia de titulaciones específicas de ciencias, tecnología e ingeniería ambiental, de

carácter interfacultativo, dirigidas a la formación de profesionales altamente cualificados en el campo de la gestión ambiental integrada.

2. Fomentar la creación de programas universitarios de tercer ciclo, de masters y cursos de posgrado que faciliten la formación permanente y el reciclaje científico y profesional de técnicos y gestores ambientales en sentido amplio.

3. Editar guías de estudios y poner en marcha programas de orientación académica para fomentar la ambientalización de los currículos formativos de los estudiantes universitarios de primer y segundo ciclo.

4. Promover programas de ambientalización de las instituciones universitarias, para incorporar a la cultura organizativa de los distintos colectivos que integran la comunidad universitaria modelos de gestión que potencien la corresponsabilidad ecológica y el manejo sostenible del entorno universitario y del medio ambiente en general.

5. Organizar, concertadamente entre las universidades, las administraciones públicas y/o otros colectivos de la sociedad civil, programas de divulgación, formación y extensión universitaria que pongan al servicio de la comunidad gallega los recursos formativos, de investigación y de información ambiental disponibles en las instituciones universitarias.

6. Estudiar la creación de la educación ambiental como titulación de segundo ciclo con un carácter interfacultativo e interdisciplinar.

7. Diseñar un programa de tercer ciclo de carácter interdepartamental, interdisciplinar e interáreas, dirigido a mejorar la formación y el reciclaje de profesionales altamente cualificados en educación ambiental y a potenciar el desarrollo de líneas de investigación básica y aplicada en los distintos ámbitos de acción de la educación ambiental.

8. Favorecer proyectos editoriales interuniversitarios para la publicación de materiales didácticos, científicos y formativos que sirvan como herramientas de apoyo pedagógico a la formación inicial y permanente de educadores.

9. Establecer convenios marco entre las universidades y las distintas administraciones con competencias educativas y ambientales, para que los estudiantes universitarios puedan realizar prácticas preprofesionales en centros, programas o servicios de gestión medioambiental con proyección educativa.

10. Analizar permanentemente, en colaboración con los sectores público y privado, las necesidades de formación inicial y continua con el objetivo de acomodar la oferta universitaria a las necesidades y demandas de cualificación profesional requeridas a los/las educadores/as ambientales en la actualidad.

11. Crear una red o servicio de información en materia de educación ambiental a nivel interuniversitario, que permita rentabilizar los fondos y recursos documentales y bibliográficos existentes en las universi

dades gallegas; poniéndolo a disposición de la sociedad gallega y de otras instituciones públicas y privadas.

12. Constituir seminarios permanentes de estudio que permitan el intercambio de información, el establecimiento de líneas de investigación comunes y la coordinación de las ofertas formativas referidas a la educación ambiental en todos los ciclos de la enseñanza superior.

13. Promover la inclusión de la educación ambiental, como materia obligatoria y/o optativa, en todos los planes de estudios de titulaciones relacionadas con el conocimiento y la gestión del medio ambiente.

3.4. La formación del profesorado.

La formación permanente o en servicio del profesorado fue, en líneas generales y hasta la creación de los Cefocop (Centro de Formacióiin Continuada del Profesorado), una labor desarrollada por movimientos de renovación pedagógica, sindicatos, asociaciones profesionales, ambientalistas, etc.

La reforma educativa emprendida con la LOGSE introduce un cambio en las actividades de formación. Los Cefocops asumen la labor de diseño y desarrollo de la formación permanente, que pretende satisfacer las necesidades del profesorado y las demandas surgidas del nuevo marco educativo; supone, por otra parte, la gratuidad y la extensión geográfica de estas actividades.

3.4.1. Situación actual.

Frecuencia.

Las actividades de formación relacionadas con la educación ambiental organizadas por la Administración educativa durante los últimos siete años muestran una tendencia decreciente, este último curso por ejemplo no fue convocada ninguna acción formativa específica de educación ambiental.

Los cursos 1993-1994, 1994-1995 y 1996-1997 son los más prolíficos en actividades formativas, siguiendo el orden indicado, tanto en cantidad como en el hecho de que prácticamente todos los Cefocops incluyeron alguna acción de este tipo en su oferta. Sin embargo ningún Cefocop mantuvo actividades en este campo a lo largo de todos los años considerados. Otro dato a considerar es la desigual distribución geográfica.

Modalidades.

Entre las modalidades formativas, la organización de jornadas fue utilizada en este período por todos los Cefocops y la propia consellería, al menos una vez.

En relación a los cursos convocados específicamente sobre educación ambiental, tan sólo dos atienden a las condiciones señaladas en el Plan provincial de formación del profesorado del curso 1992-1993, de carácter modular y con una duración mínima de 50 horas:

El resto son cursos de tipo general o de iniciación a la educación ambiental:

-Curso de educación ambiental o educación ambiental como transversal.

Otros avanzan en la:

-Integración curricular de la educación ambiental.

O en la:

-Integración de la educación ambiental en la práctica educativa.

Y, finalmente, una pequeña muestra trata otros aspectos más específicos de la educación ambiental:

-Educación ambiental: una educación social o un problema actual.

-Resolución de problemas

-Educar en un medio saludable.

La formación correspondiente a la educación ambiental se hizo de manera irregular. Dependía en gran medida de la iniciativa personal de los asesores de ciencias Naturales y de la demanda del profesorado, en mayor medida en las áreas geográficas con un medio ambiente más degradado.

3.4.2. Recomendaciones.

1. El sistema educativo debería promover la introducción de la educación ambiental en la formación continuada del profesorado en todas las especialidades como contenido transversal. A tal efecto sería recomendable establecer un plan específico de formación ambiental para el profesorado que debería prestar especial atención a los siguientes aspectos:

-Atender a las necesidades formativas en función de los diferentes niveles educativos .

-Prestar atención a las necesidades formativas en función de los diferentes niveles de especialización (iniciación, perfeccionamiento, especialización).

-Ofrecer una cobertura geográfica que posibilite el acceso a la formación por parte de calquier profesor o profesora.

-Mantener una estrecha vinculación con la actividad educativa de los centros.

-Proporcionar medios de formación eficaces, especialmente mediante actividades de innovación y proyectos de investigación-acción.

-Atender a las nuevas demandas planteadas desde la práctica docente.

-Establecer diferentes modalidades formativas en la búsqueda del equilibrio y la complementariedad entre todas ellas (seminarios, encuentros, cursos, jornadas).

2. Creación de una red de centros de formación, información y documentación ambiental que reúna recursos, promueva la formación y facilite el apoyo que el profesorado necesita. Estos centros deben preveer también la formación de educadores ambientales del ámbito no formal y establecer vínculos y sistemas de colaboración entre ambos tipos de educadores.

3. Establecer acuerdos, convenios, etc. entre las diferentes instancias formadoras que permitan aunar

esfuerzos para un desarrollo adecuado del mencionado plan de formación.

4. Organizar jornadas para la puesta en común de los trabajos relacionados con la educación ambiental en Galicia.

3.5. Grupos, redes internacionales y proyectos europeos.

Una de las características más singulares de la educación ambiental es la de potenciar el trabajo en equipo y el intercambio de experiencias y resultados. y no sólo por un interés práctico de eficacia educativa, sino básicamente por la búsqueda de estilos de trabajos cooperativos, solidarios y no competitivos. La formación de equipos, de grupos -tanto de profesores como de alumnos- es uno de los aspectos sustantivos en la filosofía de la educación ambiental, que es fundamentalmente una educación en valores.

3.5.1. Situación actual.

Proyectos europeos.

En los últimos años han proliferado proyectos colectivos de alcance internacional, financiados principalmente por la Unión Europea. Son los llamados programas educativos europeos (Sócrates, Leonardo, etc.). En la convocatoria de 1996 fueron subvencionados 41 proyectos en los que participaron centros educativos gallegos que debían de realizar trabajo de manera compartida con, por lo menos, otros dos centros de distintos países de la Unión Europea. De ese conjunto de proyectos, siete pueden considerarse de educación ambiental.

En la convocatoria de 1997 se subvencionaron quince centros coordinadores, veintetrés asociados y tres aprendices, de los que también siete pueden incluírse temáticamente en el terreno de la educación ambiental.

Redes internacionales.

La presencia gallega en las redes educativas internacionales dedicadas a la temática ambiental tiene poca relevancia. Los centros gallegos presentes aparecen en las listas de los principales grupos internacionales: Science Across Europe, The World Alliance for Environmental Education, FEEE (Fédèration Europèenne d'Éducation d'Environnement, GREEN (Global Rivers Environmental Education Network), etc.

3.5.2. Recomendaciones.

1. Fomentar los contactos entre grupos de profesores y estudiantes que trabajan en iniciativas y elaboran materiales sobre educación ambiental.

2. Apoyar las iniciativas tendentes a la integración de los centros educativos gallegos en redes nacionales e internacionales de centros con proyectos de educación ambiental.

3. Promover la creación de una red gallega de centros con proyectos en educación ambiental, bien sean actividades puntuales de corto alcance u otras más estables, hasta llegar al nivel de ecoescuelas con pro

gramas globales de trabajo en esta dirección, así como prestar apoyo financiero y técnico a estos centros.

4. Potenciar la transmisión de información ambiental entre los centros de enseñanza, con especial atención a los medios electrónicos como Internet.

3.6. Materiales y recursos didácticos de documentación y consulta.

3.6.1. Situación actual.

Una de las peticiones más reiteradas por los educadores ambientales es la de materiales didácticos y otros recursos pedagógicos de diversos formatos, pese a que muchos educadores elaboraron sus propios materiales, tanto individual como colectivamente. La tradicional descoordinación entre los educadores ambientales de todos los ámbitos de la educación ambiental ayuda a difundir la idea, muy extendida, de carencia de materiales didácticos. Sin embargo, existe un número considerable de materiales de calidad y temática muy diversa.

También se percibe un mayor nivel de exigencia de materiales de calidad, adecuados para Galicia y conectados con la problemática ambiental global.

Por otra parte, cabe destacar la existencia de una tendencia global a la incorporación de información en nuevos soportes electrónicos y al uso de las nuevas tecnologías al servicio de la transmisión de información. La educación ambiental no es ajena a esta tendencia.

3.6.2. Recomendaciones.

1. Realizar un inventario sistemático y crear una base documental y de datos estable y permanentemente actualizada de las publicaciones, materiales y recursos relacionados con la educación ambiental editados en soportes no convencionales producidos y disponibles en Galicia relacionadas cno la educación ambiental.

2. Complementaria de la recomendación anterior, diseñar una vía de acceso y consulta pública a partir de la creación de un centro de información y documentación especializado que mantenga y gestione dicha información y la creación de redes de acceso en línea, coordinadas con otros centros y bibliotecas, aprovechando las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.

3. Fomentar el diseño de materiales didácticos territorializados, haciendo hincapié en el aprovechamiento de las nuevas posibilidades tecnológicas y facilitando su edición y difusión como recursos para la educación ambiental formal y no formal.

4. Potenciar especialmente el diseño de materiales didácticos que ofrezcan una visión integral del medio ambiente y de su problemática en Galicia y a nivel global, y que aborden la cuestión del desarrollo sostenible como propuesta alternativa de futuro.

5. Establecer líneas de apoyo editorial y financiero para fomentar la existencia de publicaciones periódicas -revistas y boletines- que se ocupen, monográfica o parcialmente del desarrollo de la educación ambiental en Galicia.

6. Establecimiento de convenios entre los organismos y administraciones competentes de la Comunidad Autónoma para la traducción, intercambio, edición y coedición de materiales didácticos, formativos e informativos producidos por organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales (UNESCO, PNUMA, PNUD, UICN, etc.) que supongan un aporte significativo para el desarrollo de la educación ambiental en Galicia.

7. Favorecer el acceso a Internet y a sus recursos (correo electrónico, www, chats especializados, grupos de discusión, etc.), creando una logística básica para que calquier centro educativo o asociación ambientalista con interés en la educación ambiental pueda diseñar sus propios recursos formativos e informativos y compartirlos en red con otros, con especial atención a las escuelas o colectivos con menos recursos y más aislados geográficamente.

8. Promover el uso de Internet como herramienta pedagógica a través de la realización de programas específicos de formación destinados a enseñantes, educadores, técnicos ambientales y animadores que trabajen en el campo de la educación ambiental, de la educación en general y/o de la gestión ambiental.

9. Potenciar y facilitar la puesta en marcha de experiencias pedagógicas en red, dentro y fuera del sistema educativo formal, coordinadas e intercomunicadas a través de Internet.

10. Estimular y apoyar a colectivos de estudiantes, docentes y técnicos ambientales para que diseñen materiales didácticos interactivos y para que creen sitios propios en Internet, facilitando el acceso a la tecnología necesaria y abaratando los costes de conexión a la red con acceso gratuito a servidores institucionales.

11. Promover la nueva cultura de Internet sobre la base de valores de liberdad, equidad y solidaridad.

4. Aplicación de la estrategia.

La Estrategia Gallega de Educación Ambiental es una guía, un documento de intenciones que tiene una clara vocación de transformación de la sociedad. Para ello es necesario un alto nivel de consenso entre todos los agentes que intervienen en la educación ambiental, situando la puesta en marcha de la estrategia al margen de los avatares electorales y permita su desarrollo a medio-largo plazo.

Este nivel de acuerdo es especialmente importante en el Consello Gallego del Medio Ambiente, como órgano consultivo competente en relación a la educación ambiental.

Por otra parte, es necesario definir otros elementos que permitan su óptima aplicación, como son unos plazos de aplicación, unas líneas presupuestarias y unos mecanismos de control, seguimiento y evaluación.

Horizonte temporal.

La aplicación de las recomendaciones que figuran aquí debe conseguir cambios significativos en el grado

de desarrollo de la educación ambiental en Galicia en un plazo medio, que podemos fijar en seis años. Para ello cada sector de los implicados debe acometer sin demora las recomendaciones señaladas mediante el desarrollo de programas y actividades específicas con horizonte 2000-2006. Sin embargo, parece razonable preveer una posible ampliación de este período si los instrumentos encargados del seguimiento y evaluación así lo aconsejan en su momento.

Es de especial relevancia la aplicación simultánea de las recomendaciones por cada uno de los sectores, pues sólo de este modo se establecerán las sinergias imprescindibles para conseguir la máxima eficacia.

Financiación.

Para que la educación ambiental se convierta en motor de cambio social y modificar las acciones individuales y colectivas de cara a la sostenibilidad, es necesario contar con recursos suficientes para hacer realidad las recomendaciones contenidas en este documento. A tal fin se recomienda:

-Incrementar significativamente los recursos económicos, públicos y privados, dedicados a sufragar específicamente actividades y programas de educación ambiental. Es responsabilidad de cada sector de los implicados en la aplicación de la estrategia la aportación o generación de los recursos suficientes para cumplir las recomendaciones que se señalan.

-Aumentar considerablemente el número de educadores ambientales, mejorar su cualificación y condiciones de trabajo.

-Garantizar la continuidad temporal de los recursos económicos y humanos para posibilitar acciones y programas a medio y largo plazo.

-Establecer mecanismos para la optimización de los recursos existentes. A tal efecto y para aplicar este principio en el seno de la Administración autonómica, se recomienda la creación de una comisión interdepartamental que coordine las actuaciones de las distintas consellerías de la Xunta de Galicia implicadas en la educación ambiental.

-Convertir recursos dedicados a otros fines en recursos para la educación ambiental, por ejemplo:

-Introducción de la dimensión transversal de la educación ambiental en acciones educativas tradicionalmente ajenas a la temática ambiental.

-Introducir secundariamente algunos referentes de prácticas ambientales correctas en campañas publicitarias comerciales.

Seguimiento y evaluación.

La aplicación y desarrollo de las recomendaciones contenidas en este documento nesesita de un riguroso sistema de seguimiento y evaluación que pueda detectar tanto los logros y los avances como las dificultades y los obstáculos que vayan surgiendo, así como analizar y valorar estos hechos para posibilitar su reconducción. Este sistema deberá permitir la definición y promoción de nuevas iniciativas que conduzcan a los objetivos marcados.

Dos interesantes iniciativas podrían ser la creación de comisiones sectoriales de coordinación de los programas y actividades de educación ambiental y la creación de una comisión de trabajo en el seno del Consello Gallego del Medio Ambiente. Sin embargo el carácter global de la educación ambiental y la especialización técnica necesaria para evaluar tales programas desaconsejan iniciativas parciales.

Como alternativa más racional, rigurosa y participativa se recomienda la creación del Observatorio Gallego de la Educación Ambiental (OGEA), como organismo vinculado a la Consellería de Medio Ambiente. Su principal objetivo sería el seguimiento y evaluación permanentes del estado de la educación ambiental en la Comunidad Autónoma, teniendo como referencia las innovaciones y propuestas recogidas en la Estrategia Gallega de Educación Ambiental. Además de esta vertiente eminentemente técnica, el observatorio puede realizar la función de ser un instrumento de colaboración y participación de los agentes sociales implicados en el desarrollo de la educación ambiental en Galicia.

Para el cumplimiento de estas finalidades el observatorio realizaría las siguientes tareas:

-Diseño de un programa de investigación orientado a detectar carencias y necesidades educativas y formativas en materia ambiental de la población gallega en su conjunto y de sectores específicos de ella.

-Orientar, asesorar y supervisar la realización de procesos de evaluación interna y externa de programas, materiales didácticos y experiencias relacionados con la educación y la información ambiental, tanto de iniciativa pública como privada.

-Elaborar indicadores, instrumentos y procedimientos de evaluación específicamente dirigidos al ámbito de la educación ambiental.

-Analizar permanentemente el nivel de aplicación de la Estrategia Gallega de Educación Ambiental, proponiendo y sugiriendo directrices y líneas de actuación que puedan mejorar el logro de los fines y objetivos generales y específicos establecidos en ella.

-Indicar las experiencias, recursos y programas que se consideren modélicos y proponer su divulgación y promoción.

-Asesorar a los organismos de las administraciones públicas en el diseño y evaluación de programas e iniciativas de educación ambiental.

-Emitir informes periódicos sobre el estado de la educación ambiental en Galicia, facilitando a la opinión pública y a los agentes implicados en su desarrollo un conocimiento permanente de los problemas, los proyectos en marcha y los avances conseguidos.

-Promover foros de discusión y debate que, en diferentes formatos (seminarios, grupos de trabajo, comisiones ad hoc, talleres, etc.) permitan el encuentro y la reflexión de los diferentes agentes sociales invo

lucrados en problemáticas ambientales y sus derivaciones educativas.

Santiago de Compostela, 3 de octubre de 2000.

José Carlos del Álamo Jiménez

Conselleiro de Medio Ambiente