Santiago de Compostela, 5 de diciembre de 2023

El sistema educativo gallego mantiene una buena situación en todas las variables analizadas por el Informe PISA, con un liderado claro en ciencias y en equidad, según los datos correspondientes a 2022 que acaban de conocerse. El estudio refleja un contexto generalizado de bajada en los resultados conseguidos, tanto a nivel estatal como internacional, consecuencia de la afectación de la pandemia en el sistema educativo, tal y como concluyen los autores de PISA.

Pese la esta realidad esperada, Galicia mantiene su diferencial con el respeto al promedio del conjunto de las comunidades autonómas y del contexto internacional. De manera particular, destaca su liderazgo en la competencia científica, donde ocupa la primera posición del Estado empatada con Castilla y León, con 506 puntos. Este dato supone obtener 21 puntos más que el promedio español (485) y que los países de la OCDE (485).

Otra de las fortalezas que se afianzan en el sistema educativo gallego es la equidad, ámbito que lidera nuevamente junto a Cantabria. Este parámetro se mide a partir de una serie de variables que determinan en que medida un sistema educativo es capaz de dar igualdad de oportunidades y conseguir así que el rendimiento de sus estudiantes dependa de sus capacidades y no de su contexto social, económico y cultural.

Sistemas educativos “fuertes”

El propio informe PISA señala que rendimiento y equidad “no son excluyentes” y que los sistemas educativos “más fuertes son los que consiguen equidad y excelencia, a pesar de los desafíos que la pandemia de la covid-19 supuso para la educación”. En este aspecto, el sistema educativo gallego se presenta precisamente como uno de los más fuertes.

Cuanto a la competencia matemática -que es la competencia analizada cómo principal en 2022-, Galicia obtiene 486 puntos, 13 puntos más que España (473) y 14 más que la OCDE (472). Se trata, nuevamente, de una bajada generalizada. De hecho, solo hay tres países con una mejor evolución que Galicia en esta competencia a lo largo de la última década: Turquía ( 5), Suecia ( 3) y Japón (-1). Finlandia (-35 puntos) y Alemania (-39) se sitúan en el extremo contrario.

Al tomar como referencia la última década, dado que 2012 fue la última ocasión en que Matemáticas fue evaluada como competencia principal, la dinámica es comparativamente mejor, ya que Galicia baja dos puntos frente a 22 de la OCDE y 11 del conjunto de España.

Esta dinámica a la baja también es común a la competencia lectora, donde Galicia obtiene 485 puntos, 11 más que el promedio de las comunidades autónomas y 9 más que la OCDE.

Medidas de avance y consolidación

Con los datos en la mano, desde la Consellería de Educación se procederá ahora la un análisis pormenorizado de los mismos con el objetivo de que el sistema continúe avanzando en su mejora y consolidación en los próximos años. En general, y pese a que Galicia no escapa de caída generalizada que se produce en todo el mundo, consigue mantenerse a pesar de a la situación de emergencia sanitaria que provocó importantes restricciones durante tres cursos.

Las pruebas fueron realizadas en primavera del 2022, el último curso de los tres plenamente marcados por la pandemia: el confinamiento en el último trimestre del 2019-20 y las medidas de protección en los cursos 2020-21 y 2021-22. Participaron en ellas una muestra de 1.824 alumnos de 58 centros gallegos. En total, 966 centros y 30.800 estudiantes en toda España.

Desde entonces, el Gobierno autonómico está reforzando la enseñanza gallega con medidas como el Plan Recupera, el Programa Acompaña, la Red de acompañamiento y orientación personal y familiar, los planes de mejora vinculados a los Contrato-Programa y la PROA, así como cómo nuevos programas y estrategias: los Por los Creativos, el Plan Leía (Lectura, Información y Aprendizaje) 2025, la Estrategia Gallega de Lenguas Extranjeras, la Estrategia de Enseñanza Digital, el Plan de Nueva Arquitectura Pedagógica o la adecuación de los currículos de la nueva ley educativa. La última de ellas es el acuerdo con las organizaciones sindicales que entrará en vigor el 1 de enero y que permitirá afrontar con garantías los retos de la próxima década.