El conselleiro del Mar, Alfonso Villares, se reunió hoy con los representantes de la Asociación Gallega de Empresas Depuradoras de Moluscos (Agade), ante los que quiso defender la importancia de la Ley de ordenación y gestión integrada del litoral de Galicia (Loxilga) por ser un instrumento que recoge, de forma clara y contundente en su articulado, que el conjunto del sector marítimo-pesquero gallego es estratégico y su acceso a los recursos, localizaciones y caladeros debe ser prioritario frente a cualquier otro tipo de posibles usos.

Así lo señaló en un encuentro en el que también estuvieron presentes el director general de Pesca, Acuicultura e Innovación Tecnológica, Antonio Basanta, y el presidente de Portos de Galicia, José Antonio Álvarez, y en el que además de analizar la situación del sector y en concreto de la actividad de los socios de Agade, se aprovechó para abordar el impacto sobre la cadena mar-Industria del recurso que el Estado presentó ante el Tribunal Constitucional contra la ley del litoral gallega.

El titular de Mar destacó que la norma impugnada de forma insensata y arbitraria por el Estado tiene entre sus fines fundamentales defender el sector pesquero, acuícola y la miticultura, hasta el punto de que cualquier proyecto que se había querido desarrollar en el litoral autonómico tendría que tener en cuenta tanto la estas actividades como la a los caladeros, polígonos de bateas y bancos marisqueros donde faena la flota artesanal de la comunidad.

Alfonso Villares insistió en que el recurso contra esta ley del Gobierno central deja indefenso a la cadena mar-industria, pues la paralización de la Loxilga dejará a estas actividades al pie de cualquiera proyecto, público o privado, que se pretenda llevar adelante desde fuera de la comunidad, pues evitaría la defensa del sector del mar que postula la Xunta de Galicia. Un ejemplo de este impacto está en el que pueden tener los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) que se promueven, con total ausencia de diálogo con los afectados, desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.  

El conselleiro del Mar valoró que la ley del litoral gallega es la herramienta idónea y la que mejor protege a los profesionales del mar y su actividad, de forma mucho más completa y extensa que cualquier otra propuesta de normativa que pueda estar sobre la mesa en este momento.

La Loxilga, recordó el conselleiro, reconoce el uso pesquero, marisquero y acuícola como estratégico y prioritario para el desarrollo sostenible de la costa gallega. Así se recogería en unos planes de ordenación del litoral que garantizarían el acceso prioritario y la permanencia de las embarcaciones. Además, la ley autonómica obligaría a cualquier sujeto público o privado que con sus iniciativas pudiera interferir en las competencias de la comunidad, directamente o por la interacción tierra-mar, a contar con un informe previo de sostenibilidad que midiera el impacto social y económico de las actuaciones y, si había sido el caso, adoptar o exigir la adopción de medidas preventivas o reparadoras.

Alfonso Villares señaló que la prioridad de todos los hombres y mujeres que viven del mar, de las empresas, de los responsables de los municipios costeros y de la Administración autonómica debe ser mostrar una postura común en contra del recurso del Gobierno central a la Loxilga.  Instó a apoyar, juntos y sin ambages, una ley del litoral que defiende la forma de vida de Galicia vinculada al mar y a todos sus subsectores productivos, y que lo hace más y mejor que ninguna otra iniciativa legislativa o cualquier otro proyecto normativo pasado o que se pueda estar planteando en la actualidad.

Reunión con Agade

El titular de Mar contó con el apoyo de Agade a la hora de defender la cadena mar-industria gallega y la Loxilga, una norma que conoció este sector durante todo el proceso de gestación y que contó con su aprobación. Con los depuradores abordó también la situación del sector ante la caída productiva en los moluscos bivalvos, y destacó la relevancia de esta actividad en la cadena de valor de los productos del mar de Galicia y su papel fundamental para poner el recurso en las condiciones higiénico sanitarias idóneas para el mercado.

Alfonso Villares trasladó el apoyo y colaboración al sector, con un importante peso en la economía gallega que alcanzó una facturación anual que supera los 272 millones de euros al año, una actividad esencial para la cadena mar-industria a la que mostró el compromiso claro y decidido de la Consellería del Mar de contribuir al mejor de los futuros.