Intervención del presidente de la Xunta en la ceremonia de imposición de las Medallas Castelao 2024

Señoras y señores:

Tal día como hoy, el 28 de junio del año 1936, el pueblo gallego refrendó el texto de su primer Estatuto de Autonomía de Galicia. Es una obra coral que respondía a los deseos de democracia y autonomía, largamente esperadas por los que estuvieron antes que nosotros. El Estatuto fue refrendado, pero, por desgracia, no fue promulgado. Y aquel estatuto pereció formalmente, pero lo que no pereció fue su espíritu. Su espíritu se mantuvo en la memoria y en el corazón de mucha gente. Empezando por todas las personas que trabajaron y alentaron aquel texto. Algunas conocidas y otras no, pero todas, sin duda, importantes.

Me refiero a figuras como Otero Pedrayo, como Alexandre Bóveda, como Emilio González López, como, por supuesto, Castelao y como tantas y tantos, que sin ser conocidos, enriquecieron la extensa nómina de los inmortales gallegos.

"Ánimas sin nombre" que "crearon el idioma, la cultura, las artes, los usos y costumbres. El hecho diferencial de Galicia", en certera reflexión de Castelao en una de las más brillantes disertaciones de la historia de Galicia, el discurso titulado Alba de Groria.

Ahora, después de más de cuatro décadas de autonomía, pocos recuerdan el camino que precedió la llegada de la democracia. Y pocos recuerdan las dificultades asociadas al asentamiento de las instituciones que la sustentan.

Fue, por así decirlo, un camino con más toxos que flores. Y, por lo tanto, esto no debemos olvidarlo nunca. La valía y la dificultad de la conquista que hoy disfrutamos.

Tal día como hoy, cuarenta años atrás, el 28 de junio de 1984, retornaron a Galicia los restos de Castelao que desde entonces, y para la eternidad, reposan en el Panteón de Galegos Ilustres, al lado de donde nos encontramos.

Siempre estaremos orgullosos y eternamente agradecidos a Castelao y a todos los gallegos y gallegas de bien que en la Galicia territorial y en la Galicia universal, ofrecieron lo mejor de sí, lo mejor que tenían, en la búsqueda de una Galicia mejor: la Galicia autonómica y democrática que hoy nos acoge y que hoy podemos disfrutar gracias a ellos.

Una Galicia gallega, por supuesto, una Galicia española, europea y universal, siempre americana y particularmente próxima al universo lusófono.

Una Galicia, en definitiva, abierta al mundo, que a todos recibe con los brazos abiertos,  y que tiene muy en cuenta nuestro pasado emigrante. Veo allí al fondo a los representantes del consejo que ayer se reunió para recordar que hay una Galicia exterior que siempre debemos tener en cuenta y apoyar y una Galicia que por su condición de meta de la Ruta Xacobea, vertebró, no lo olvidemos, el viejo continente europeo.

Señoras y señores: todas y todos conocemos modelos inspiradores que nos animan a seguir engrandeciendo Galicia, una tarea, sin duda, siempre inacabada. Esto tenemos que acometerlo cada uno en la esfera de nuestras responsabilidades y de nuestras deberes.

Me refiero al galleguismo transversal e integrador que guió el asentamiento y posterior consolidación de nuestra autonomía.

Me estoy refiriendo a la cultura del pacto y la búsqueda del entendimiento entre personas de ideologías divergentes que sustentó el éxito de la transición.

Me estoy refiriendo también a la ejemplaridad y recto proceder de la monarquía rojiza en la figura de Su Majestad el Rey Felipe VI, que acaba de celebrar su primera década en el trono.

Y me estoy refiriendo, en fin, a la cultura del esfuerzo personalizada en nuestra gente; tantos gallegas y gallegas anónimos que cumplen con sus deberes con plenitud.

Cultivar la cultura del pacto y desterrar el miedo al acuerdo se erigen como un objetivo compartido; digo más, constituyen un deber para todas las gallegas y gallegos, particularmente para cuantos desempeñamos responsabilidades públicas. Un objetivo y un deber que reafirmamos y en los que comprometemos nuestra palabra, con hechos y con acuerdos.

Con una democracia consolidada y una autonomía plena que, lejos de generar conflictos artificiales, trabaja a todas horas en la búsqueda de más y mejores oportunidades para mejorar la vida de la gente, la vida para las gallegas y gallegos, que es lo que la gente que nos otorga responsabilidades públicas espera de nosotros, o por lo menos así lo entiendo y creo que acierto. Hoy reconocemos con la Medalla Castelao cinco trayectorias singulares que, sin duda, son merecedores de este reconocimiento.

Unas y otros fueron y son ejemplo del proceder que caracteriza a los "bos e xenerosos" a los que rendimos tributo en nuestro himno y diariamente con nuestras acciones.

Ana, Rosario, Montse, Felisa, Patricia y Mercedes recorrieron, con el grupo de pandereteras Leilía, un camino, si me lo permiten, similar al de nuestra autonomía.  Hace más de 35 años encontraron muchas dificultades, pero no se desalentaron ni pensaron que no valía la pena intentarlo. Esas dificultades con las que comenzaron su andadura musical fueron más que un obstáculo, un estímulo. Las dificultades que encontraron cuando comenzaron su andadura musical, de cosecha y dignificación del folclore tradicional, dieron paso a las flores de las que disfrutamos, las de su último disco y las de su despedida de los escenarios. Galicia entera, y la cultura gallega de manera particular, están y estarán siempre en deuda con vosotros.

En un mundo convulso como el que nos toca vivir, la mano cariñosa de personas como Maite Isla y de organizaciones como Solidariedade Galega co Pobo Saharauí contribuyen a que recuperemos la confianza en la bondad del ser humano. Los alrededor de 300 niños y niñas saharauis que pasarán este verano en Galicia, mañana van a ir a buscarlos...es un orgullo saber que somos la segunda comunidad autónoma, no en población, pero sí en solidaridad. Esa recogida de estos niños para alejarlos un tiempo de esas privaciones a las que están sometidos, ellos y sus familias, en los campamentos  de refugiados, constituyen un ejemplo de compromiso y buen hacer que honra a la galardonada, como persona y como gallega de bien con todas las letras.

Capacidad de esfuerzo, respeto al contrincante, acatamiento de las normas para seguir ganando o ensalzamiento de los hábitos saludables son aspectos inherentes a nuestro galardonado Borja Golán.  Deportistas de élite, como él, son y deben ser un referente para todos nosotros, especialmente para la gente joven. Ese esfuerzo que él contaba, ese preferir su tierra, ser un referente para tanta gente aquí, antes que emprender otros caminos, seguramente más rentables desde el punto de vista deportivo, pero no desde el punto de vista personal, es algo que, sin ninguna duda, merece ser reconocido con esta medalla. Después de más de dos décadas dedicado al deporte profesional, y siendo considerado el mejor jugador español de squash de todos los tiempos. Es un auténtico orgullo concederle el reconocimiento del pueblo gallego con esta medalla.

La trayectoria de Amancio López Seijas demuestra que para un gallego nada hay imposible cuando tiene tesón, cuando sabe hacer las cosas y cuando, como él decía, le acompaña un poco la suerte, que, estoy de acuerdo, siempre es necesaria. Amancio López Seijas como presidente de Hotusa dirige uno de los mayores consorcios hoteleros del mundo. Un gallego que empezó en Galicia y que nunca olvidó de donde venía y lo que es. Un gallego que lleva su Chantada natal y a toda Galicia en el corazón. Y lo ejerce demostrando. Instaló en su localidad una sede que da empleo a más de 200 personas y que dirige todo lo que es Hotusa desde una pequeña villa  que le vio nacer, pudiendo instalarla en muchísimos sitios, escogió su tierra. Y sigue trabajando por ella, da muchísimo empleo y es un referente también en el Foro A Toxa, que nunca se olvidó de sus raíces. Por lo tanto, ponen de manifiesto también que las barreras no existen más que en la mente de las personas para hacer grandes empresas y es un gallego que siempre encontró motivos para apostar por su tierra y no olvidarse y creo que este galardón también es más que merecido.

Desde siempre, la Escuela Médica Compostelana disfrutó de un merecido prestigio dentro y fuera de nuestras fronteras. Ese prestigio se fue extendiendo a doctores gallegos que trabajan por todo el mundo con muchísimo éxito, que son referentes en sus especialidades y en muchísimos hospitales de los cinco continentes, pero que nunca olvidan, en ningún momento, de dónde son, de dónde vienen y la identidad común que les marca.  Contribuyen a engrandecer el nombre de Galicia, sin ninguna duda, desde algo tan noble y tan necesario como la buena medicina, la medicina humana, como acaba de recordar su máximo responsable. Hoy, 30 años después de su creación, la Asociación de Médicos Gallegos agrupa a buena parte de estos profesionales, distribuidos por los diferentes continentes, siempre con la excelencia como objetivo y el nombre de Galicia en el corazón y en el ejercicio profesional.

Son, por lo tanto, cinco ejemplos de amor, con mayúsculas, a Galicia; de compromiso, en mayúsculas, a favor de Galicia; y de servicio a Galicia, dignos herederos, por lo tanto, de Castelao y de todos los inmortales gallegos que recorrieron un camino muy difícil que a nosotros nos facilitó muchísimo las cosas. En diferentes momentos de la historia los gallegos tuvieron que ejercer distintas responsabilidades, nunca sencillas, y siempre salieron triunfantes. Ese objetivo común sigue vigente. Ese objetivo de construir un mundo mejor, con Galicia como base, es una tarea inacabada, pero tiene, y hoy quedó demostrado con estos cinco galardonados, personas que van a seguir sabiéndolo hacer con sentimiento, con entrega y con convencimiento.

Que así sea. Muchas gracias, nos sentimos orgullosos. Enhorabuena a todos.

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Fecha de actualización: 28/06/2024