Santiago de Compostela, 18 de junio de 2024

Galicia trabaja para reducir el desperdicio alimentario apostando por la sensibilización del conjunto de la ciudadanía y por la concienciación sobre la necesidad de realizar buenas prácticas tanto en la producción como en el consumo. De hecho, busca implicar a todos los eslabones de la cadena, desde los productores hasta la distribución, pasando por la hostelería, los comercios minoristas o los propios hogares.

Así lo explicó el director general de Calidad Ambiental y Sostenibilidad, Ramón Boga, durante su participación en la inauguración de la jornada Desperdicio cero: sostenibilidad y soberanía alimentaria, donde destacó la importancia de que la sociedad tome conciencia de este problema y actúe para minimizar su impacto.  

El representante de la Consellería de Medio Ambiente y Cambio Climático incidió en la relevancia de ahondar en una cuestión -el desperdicio alimentario- que afecta al medio ambiente pues es la responsable del 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, una cifra semejante a la del transporte por carretera.

En esta línea, Ramón Boga apostó por seguir dando pasos en la buena dirección con medidas como la implantación del quinto colector -para la recogida separada de biorresiduos- o la necesidad de insistir con las campañas de concienciación para evitar que alimentos en buen estado acaben convirtiéndose en residuos de este tipo.

El director general aseguró que a avanzar en este ámbito ayudarán también herramientas como el Plan de Gestión de Residuos Municipales 2030, que próximamente irá al Consello da Xunta para su aprobación y que prevé medidas como la elaboración de un código de buenas prácticas o un plan de acción autonómico contra lo desperdicio alimentario que incida en todos los eslabones de la cadena, desde que se produce un alimento hasta que llega al consumidor final.

En este sentido, el director general de Calidad Ambiental y Sostenibilidad puso en valor los avances registrados en Galicia en los últimos años, donde cada vez hay mayor concienciación social y es más habitual que los clientes lleven la comida sobrante de los restaurantes o que se duelen alimentos, una acción solidaria que contribuye a ofrecer mayor seguridad alimentaria a la población vulnerable.

Impacto económico

La Xunta recuerda que la pérdida de alimentos tiene además un impacto económico, por recursos que dejan de percibir tanto los productores como las empresas intermediarias o las familias. Para contribuir a evitarlo, subrayó Ramón Boga, Galicia cuenta con la Estrategia Gallega de Economía Circular 2030, que incide en cuestiones como la importancia de producir alimentos de más calidad y con menor impacto en el entorno, mejorando la eficiencia y reduciendo los residuos generados.

Otra línea de trabajo paralela, destacó, debe ser avanzar en el desarrollo de centros de tratamiento de desechos mediante la creación de plantas de valorización, o mismo de producción de energía, impulsando la creación de empleo y de actividad allí donde se implanten estas instalaciones.

El representante del Ejecutivo gallego aseguró que Galicia va a seguir trabajando para ahondar en la mejora del comportamiento de todos los eslabones de la cadena de valor agroalimentaria implicando al sector empresarial, universidades, centros de investigación, entidades benéficas, instituciones financieras, otros organismos sociales y mismo los hogares, para que todos contribuyan a avanzar en este ámbito.  

Por eso, agradeció a la Unión de Consumidores de Galicia (Ucgal) la organización de esta jornada pues permite evaluar la situación actual en el ámbito del desperdicio alimentario, los retos existentes y facilita el intercambio de opiniones sobre las medidas que se considera conveniente adoptar para minimizar la generación de este tipo de residuos.

Concienciación de las nuevas generaciones

En la jornada también participó el director general de Comercio y Consumo, Gabriel Alén, que inauguró la sesión de la tarde dando paso a la mesa redonda Los consumidores y usuarios ante lo desperdicio alimentario. En su intervención, se mostró convencido de que las nuevas generaciones serán todo un ejemplo en sus decisiones de compra, teniendo en cuenta "no solo el principio de un producto, su origen, sino también su final y las consecuencias de este".

En esa línea, recordó sus últimas visitas a centro educativos para felicitar al alumnado ganador de los premios Consumópolis y Galicons-net de este año, "jóvenes de entre 10 y 18 años que tienen muy claro el objetivo de la sostenibilidad, de la limitación de los recursos y de la necesidad de protección del planeta". Ambas iniciativas están impulsadas por las consellerías de Empleo, Comercio y Emigración y de Educación, Ciencia, Universidades y Formación Profesional.