Lugo, 6 de marzo de 2024

El director general de Cultura, Anxo M. Lorenzo, participó hoy en la inauguración de la exposición La ciudad y las gentes. 1975-1979. El Fondo José Luis Vega en el Archivo Histórico Provincial de Lugo. Esta muestra se suma a los trabajos anteriores para recoger el pulso de la ciudad desde la década de 1940 hasta la de 1970, poniendo en valor las instantáneas del fotógrafo José Luis Vega.

La ciudad y las gentes, que cierra el ciclo cronológico de la labor fotográfica de Vega en Lugo, se corresponde con los años 70 y busca difundir estos fondos para mostrarlos a la ciudadanía como fuentes para el conocimiento por la ciudadanía. Asimismo, quiere acercarse este trabajo a los centros de enseñanza como elemento didáctico para que el alumnado conozca como era su ciudad hace 50 años y como cambió desde entonces hasta ahora.

Además, la exposición muestra la evolución de Lugo y sus vecinos, "particularmente la producida en esa década tan fecundada en cambios, que sustentó el vigor de la ciudad actual y su evolución desde lo pasado tradicional hasta las nuevas formas de vivir y de hacer al conjunto del vecindario", apuntó el representante de la Consellería de Cultura, Educación, FP y Universidades.

"Para muchos de nosotros es un ejercicio de nostalgia, un recuerdo cariñoso del tiempo vivido; para otros es una ventana al pasado, que permite conocer el aspecto de Lugo, el cambio sustancial que se produjo en la ciudad y en las personas que la componen", añadió.

400 fotografías y un catálogo

La exposición fotográfica, que se prolongará hasta el 30 de septiembre, está conformada por 400 imágenes y un catálogo en el que se incluyen los trabajos de esta muestra y de la anterior, del mismo autor y temática pero del período 1970-1975, con un total de 800 fotografías.

En el año 2023 el Archivo Histórico Provincial de Lugo, propietario de las imágenes de Vega, dio a conocer la primera de las muestras de este trabajo con imágenes realizadas entre 1970 y 1975. Ahora, completan el trabajo con las capturas entre 1976 y 1979 y completa "esa testigo del paso del tiempo y de cómo afecta a los espacios y a las vivencias", concluyó Anxo M. Lorenzo.