Galicia registró el año pasado niveles históricos de reducción del ruido ambiental debido a las medidas adoptadas frente a la covid

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda hace públicas las conclusiones de su noveno informe anual sobre la situación acústica de la Comunidad coincidiendo con la celebración del Día internacional de concienciación sobre el ruido

Los datos recogidos por la red de estaciones de la Xunta indican que en los índices de ruido más representativos se consiguieron mermas de hasta el 50% respecto a 2019

Santiago de Compostela, 28 de abril de 2021

El año 2020 dejó en Galicia registros históricos en cuanto a la reducción del ruido ambiental. Las medidas adoptadas frente a la covid durante el estado de alarma tuvieron un impacto directo sobre la contaminación acústica hasta el punto de que en las estaciones más representativas de la Red de ruido de la Xunta se consiguieron valores con mermas de hasta un 50% respecto al año anterior para los principales índices que se utilizan como referencia.

Esta es la principal conclusión del informe anual de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda sobre la situación acústica en Galicia durante 2020 y que acaba de hacerse público hoy, coincidiendo con el Día internacional de la concienciación sobre el ruido, una efeméride que se celebra el último miércoles de abril desde hace más de dos décadas.

Según los datos recopilados, la situación de excepcionalidad derivada de la covid tuvo un impacto a nivel acústico inmediato, con consecuencias ambientales también sobre el nivel de ruido del conjunto del año. Así, coincidiendo con los estadios iniciales de la pandemia el informe subraya que se observó en Galicia una “tendencia de caída abrupta” en la contaminación acústica, a la que siguió un aumento gradual conforme la situación se normalizaba.

Las medidas tomadas frente a la situación de emergencia sanitaria (fundamentalmente los sucesivos estados de alarma, los meses de confinamiento y el toque de queda) produjeron durante varias semanas registros históricos de reducción del ruido ambiental en Galicia.

En este sentido, hace falta subrayar que los valores consiguieron mermas puntuales de entre un 70% y un 75%, según la estación de referencia, y del 50%, en el conjunto del confinamiento, para las estaciones de mayor actividad, como son a las de Vigo y Ourense.

En definitiva, el Informe de ruido ambiental -el noveno que elabora hasta el momento y el sexto de carácter obligatorio desde la aprobación del Decreto 106/2015, de 9 de julio , sobre contaminación acústica de Galicia– concluye que la excepcionalidad de las medidas adoptadas por la covid contribuyeron de forma determinante a que 2020 resultara el año con la mejora ambiental más salientable en cuanto a los niveles sonoros registrados en la Comunidad.

Tráfico, ocio y fenómenos naturales

Habitualmente, el tráfico, los eventos de ocio y los fenómenos meteorológicos son, por orden de importancia, los principales agentes de contaminación acústica. En el informe se realiza también un análisis anual y histórico de los datos obtenidos en todas las estaciones que componen la red gallega, la comparativa entre ellos y la incidencia de fenómenos puntuales.
En este sentido, del análisis del ruido ambiental en 2020 se concluye que hubo una merma significativa de los índices de ruido debido a la reducción del tráfico rodado y, en casos puntuales, a la no celebración de las fiestas habituales en ciertas zonas. El caso más claro es el de la estación de Coia, en Vigo, donde la reducción fue de un 85% respecto a la serie de referencia y que, por primera vez, cumplió con los valores normativos.

Hace falta recordar que el ruido ambiental viene determinado por los índices de nivel de presión sonora que se definen según el período del día y por rangos estadísticos. En este sentido, la contaminación acústica es una de las alteraciones ambientales que más preocupación social produce. Así, se estima que en Europa dos de cada tres personas están sometidas a niveles de ruido molestos que repercuten en la calidad de vida, llegando a causar diversos trastornos –sobre todo de tipo cognitivo entre gente joven por alteraciones del sueño, o arterial en el caso de los adultos- y sus efectos suponen un gasto socioeconómico importante.

Galicia, pionera

Galicia fue una de las comunidades pioneras en la regulación de la contaminación acústica. De hecho, hoy en día cuenta con una Red de ruido integrada por ocho estaciones con sonómetro, representativas todas ellas de una ciudad tipo gallega: Avenida Fingoi (Lugo); Campolongo (Pontevedra); Campus universitario y San Caetano (ambas en Santiago); Coia (en Vigo); Estación de autobús y tren (Ourense); Parque Raíña Sofía (Ferrol); y Riazor (A Coruña).

Para el análisis de ruido ambiental se toma una equivalencia aproximada entre las estaciones y las posibles zonas acústicas genéricas, en función del emplazamiento en el que se localizan y atendiendo a sus características sonoras. Así, en el caso gallego se estableció la siguiente clasificación orientativa estación-zona acústica: zonas de alta densidad de tráfico, que se corresponderían con las estaciones de Ourense y Coruña; zonas residenciales, que serían las de Lugo y la estación viguesa de Coia; zonas verdes, Campolongo, Parque Raíña Sofía y San Caetano; y zona de protección especial por uso docente y cultural, Campus de Santiago.

En todo caso, la aplicación de la legislación sectorial relacionada con la contaminación acústica es mayoritariamente competencia de los ayuntamientos, siendo responsabilidad autonómica la información ambiental: niveles de ruido ambiental que se dan en Galicia a través de la elaboración de un informe anual, actuaciones legislativas y de zonificación, y seguimiento de los mapas de ruido y de los planes de acción que se lleven a cabo a nivel autonómico.

En este sentido, en diciembre de 2018 la Xunta aprobó un modelo de ordenanza tipo para facilitar técnicamente a los ayuntamientos el ejercicio de sus competencias en materia de ruido, en concreto en lo que se refiere a la tramitación y aprobación de un marco regulador propio sobre el modo de prevenir, vigilar y reducir la contaminación acústica en sus respectivos municipios, evitando daños para la salud humana, los bienes o el medio ambiente.