La conselleira del Mar participó en el Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea en el que se negociaron las posibilidades de captura para el 2021

Galicia considera sumamente decepcionantes las cuotas de pesca fijadas para el año que viene pues suponen rebajas en muchas especies de interés para su flota

La comunidad gallega ve insuficientes los avances obtenidos en relación con la propuesta inicial de la Comisión Europea a pesar de tantas horas de negociación y habida cuenta tanto el contexto de pandemia actual como la incertidumbre derivada del brexit

La conselleira del Mar lamenta la falta de sensibilidad mostrada por el Ejecutivo comunitario cara un sector que fue declarado esencial durante la alerta sanitaria por el coronavirus y que hizo un importante esfuerzo en los últimos años para mantener los caladeros en los que faena en buen estado biológico

El Gobierno gallego considera que Bruselas actuó con demasiada rigurosidad al establecer rebajas para el lenguado, la merluza sur o la cigala y fijar un mínimo incremento para la anchoa en el Cantábrico pese la que la especie se encuentra en la segunda mayor cifra de abundancia de la serie histórica

Rosa Quintana ofrece su apoyo y colaboración a la flota pesquera gallega para que pueda rearmarse y demostrar a las autoridades europeas que su actividad tiene futuro garantizando al mismo tiempo la sostenibilidad de los recursos
 

Bruselas, 17 de diciembre de 2019

La conselleira del Mar, Rosa Quintana, calificó el acuerdo conseguido hoy en el Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea sobre los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas en aguas comunitarias para 2021 como sumamente decepcionante pues implica rebajas en muchas de las especies de interés para la flota gallega y supone avances muy insuficientes en relación con la propuesta inicial de la Comisión Europea.

La representante de la Xunta lamentó que tras tantas horas de negociación y con tantos intereses en juego no hubiera un mejor resultado, especialmente habida cuenta el contexto de pandemia existente en la actualidad así como la incertidumbre derivada del brexit, dos aspectos que ponen en riesgo la rentabilidad de la flota. Por eso, indicó que hubo falta de sensibilidad por parte de la Comisión Europea hacia un sector que fue declarado esencial durante la alerta sanitaria por el coronavirus y que hizo un gran esfuerzo para abastecer de alimentos de calidad a la ciudadanía, en ocasiones incluso a pesar de no ser rentable.

En esta línea, la titular de Mar -que participó en el Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea en representación de las comunidades autónomas de España pero que no pudo estar presente directamente en las negociaciones por las restricciones de aforo por el coronavirus- aseguró que el resultado obtenido no es para estar satisfechos. Al mismo tiempo lamentó que el Ejecutivo comunitario primara los aspectos medioambientales por arriba de los económicos y sociales y que no tuviera en cuenta el esfuerzo realizado en los últimos años por el sector pesquero gallego para mantener en buen estado los caladeros en los que faena.

El acuerdo conseguido incluye recortes del 7% en el lenguado en aguas de Francia, del 5% en la merluza sur, del 20% en el lenguado del Cantábrico y de cerca del 4% en la cigala en aguas de Portugal así como del 15% en el golfo de Cádiz. Mientras, se mantiene estable a cuota del abadejo en las costas de Francia.

La conselleira del Mar destacó cómo única buena noticia la subida del 3,5% en la cuota de anchoa en aguas del Cantábrico, pero remarcó que ese incremento es una muestra más de la rigurosidad con la que actuó la Comisión Europea pues se trata de una especie con unos resultados científicos históricos. Los informes muestran reclutamientos altos y un estado de la biomasa 15 veces superior al límite de conservación del recurso así como la segunda cifra de abundancia más alta de la serie histórica, que comienza en 1987.

Mediterráneo

Rosa Quintana también lamentó los escasos avances logrados en el ajuste del esfuerzo pesquero en el Mediterráneo occidental, que se reduce un 7,5% y que Galicia considera que se podía hacer de manera más paulatina, para mitigar el impacto en la flota. Otro asunto preocupante es el establecimiento de medidas técnicas de protección del bacalao en Gran Sol, que hace prever el endurecimiento de la normativa para las artes empleadas por el arrastre gallego a pesar de ser altamente selectivas.

Por este motivo, la delegación gallega considera el acuerdo totalmente negativo para el Cantábrico-Noroeste y muy preocupante a la espera del que ocurra en Gran Sol ante la negociación del brexit. Por el momento en estas aguas, y para los tres primeros meses de 2021, se establecen unas cuotas estables y proporcionales a las fijadas para este año.

Compromisos

Entre las únicas cuestiones positivas que destacó la titular de Mar, y que aún tendrán que plasmarse en hechos en el futuro, está el compromiso de que el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) evaluará aquellas especies que están en buen estado biológico de cara a flexibilizar sus TAC y paliar la subutilización de cuotas derivada de la pandemia.

A este compromiso se suma lo de evaluar de nuevo la cigala del Cantábrico para incluir los buenos datos de la campaña científica de 2020 en el informe del CIEM de 2019, que preveía el cierre de la pesquería durante tres años. En este sentido, Galicia defendía el establecimiento de un TAC anual que permitiera la apertura de la pesquería en condiciones sostenibles y acordes con un análisis riguroso del estado del recurso como se hizo en los últimos años para conocer su evolución.

Ante este mal resultado, la conselleira del Mar ofreció a la flota pesquera gallega todo su apoyo y compromiso de trabajo con el objetivo de rearmarse y de demostrar a las autoridades europeas que el sector tiene futuro. En este sentido, animó a mantener la línea de colaboración de los últimos años para conseguir buenos resultados y garantizar la sostenibilidad de los recursos pesqueros y del propio sector. Un objetivo en el que, dijo, no escatimará esfuerzos tratando de hacer ver a las instituciones comunitarias que en la gestión pesquera es fundamental tener en cuenta tanto los aspectos medioambientales como los económicos y sociales.
 

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