La conselleira de Infraestructuras y Movilidad en funciones, Ethel Vázquez, supervisó hoy el acondicionamiento de la estación de autobuses de Noia, con una inversión autonómica de más de 270.000 euros

La Xunta traslada a las empresas y a los sindicatos el protocolo de prevención frente a la covid en el autobús compartido para blindar la seguridad de los usuarios ante el inicio del curso

Vázquez Mourelle asegura que estas medidas harán del autobús compartido el medio de transporte público más seguro, con normas más exigentes que en el autobús urbano, en el tren o en el avión

El protocolo, avalado por el Instituto de seguridad y salud laboral de Galicia, se abordará esta semana en una reunión con la patronal

Además de las medidas generales para el transporte, como el uso obligatorio de mascarilla, o la desinfección de los autobuses, se prevén otras específicas, como la separación de los asientos de los escolares de los del resto de usuarios, reservando las plazas delanteras para las personas mayores

El acceso y bajada de los autobuses se hará por la puerta delantera, ocupando los escolares las plazas de atrás hacia delante y siempre el mismo asiento

La conselleira destaca la apuesta de la Xunta por el transporte público, también plasmada en la rehabilitación de la estación de autobuses de Noia, en la que se actuó sobre la cubierta o se mejoraron las carpinterías metálicas

Se acometieron mejoras en la accesibilidad y se colocó una pantalla de información a los usuarios en la que puedan ver los avisos o los horarios del autobús

Noia (A Coruña), 31 de agosto de 2020

La conselleira de Infraestructuras y Movilidad en funciones, Ethel Vázquez, avanza que la Xunta acaba de trasladar a las empresas y a los sindicatos el protocolo de prevención frente a la covid en el autobús compartido para blindar la seguridad de los usuarios ante el inicio del curso.

Vázquez Mourelle subrayó que la Xunta continúa trabajando en el incremento de los servicios de autobús a través del Plan de Transporte Público, prestando especial atención, en los últimos meses, a las medidas para evitar contagios.

Indicó que para reforzar aun más la seguridad en el transporte compartido se redactó este protocolo, avalado por el Instituto de seguridad y salud laboral de Galicia, que será abordado esta semana en una reunión con la patronal.

Hizo hincapié en que estas normas permitirán que el transporte compartido sea el más seguro de todos los medios, con medidas más exigentes de las que rigen en el autobús urbano, en el tren o en el avión.

El protocolo incluye medidas de prevención que ya se aplican en el transporte público, como el uso de mascarilla y de gel hidroalcohólico, separación de los usuarios en las paradas, ventilación frecuente o desinfección de los autobuses.

Además el documento incorpora medidas específicas para el autobús compartido como la separación de los asientos de los escolares de los que empleen el resto de usuarios, reservando las plazas delanteras para las personas mayores, por ser las que tienen una mayor ventilación.

También se introducen normas para el acceso y bajada de los autobuses, siempre por la puerta delantera. Los escolares ocuparán las plazas de atrás hacia delante y en la medida de lo posible, siempre el mismo asiento y en el caso de alumnos que conviven, se sentarán juntos.

Mejora de la estación de autobuses de Noia

La responsable de Infraestructuras señaló que ese protocolo forma parte de la apuesta de la Xunta por el transporte público, algo que también se plasma en la mejora que la Xunta acaba de acometer en la estación de autobuses de Noia. Esa reforma ya finalizada, supuso una inversión de la Xunta superior a los 270.000 euros.

Explicó que estos trabajos se suman a los realizados en 2017 en esta misma estación, y que habían incluido el acondicionamiento de la fachada, con una inversión de 180.000 euros, de tal forma que se culmina un gasto total de más de 450.000 euros en la mejora de la terminal de Noia.

La actuación que acaba de finalizar consistió en la consolidación del terreno de la cimentación, pues la estación fue construida en 1993 y está asentada sobre rellenos y depósitos de marisma. Se realizó un estudio geotécnico que aconsejó aumentar la resistencia del terreno, reforzando la solera para corregir y evitar su movimiento.

Además, se actuó sobre la cubierta, se reforzaron las bajantes de pluviales y se instaló una nueva caldera, para una mayor eficiencia y ahorro energético.

El proyecto incluyó, también, el pintado de los paramentos interiores y la mejora de las carpinterías metálicas y sellados de las instalaciones, colocando cierres de vidrio en los locales comerciales para mejorar la seguridad y fomentar su uso.

Asimismo se acometieron mejoras en la accesibilidad y se colocó un cartel identificativo y una pantalla de información a los usuarios en la que puedan ver los avisos o los horarios del autobús.

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