La Xunta reparte 400 batas y máscaras entre 14 centros de acogida de animales gestionados por entidades protectoras

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda hizo entrega esta semana del material, coincidiendo con la reapertura al público de estos centros, en los que ya se permiten de nuevo las adopciones

La medida pretende servir de ayuda y apoyo a estas asociaciones, que vieron mermadas sus fuentes de ingreso habituales a causa del coronavirus pero siguieron trabajando a puerta cerrada para garantizar la atención y cuidado de casi 2.300 animales abandonados

Santiago de Compostela, 13 de mayo de 2020

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda acaba de repartir esta semana 200 batas y 200 máscaras de protección entre el personal de 14 centros gallegos autorizados para la recogida de animales abandonados y que están gestionados directamente por alguna entidad protectora.

La medida coincide, precisamente, con la reapartura al público de estas instalaciones, ya que con la entrada en vigor de la fase 1 el pasado lunes, pudieron volver a abrir sus puertas y retomar procedimientos como las adopciones, que se habían visto paralizados en las últimas semanas por consecuencia del estado de alarma.

Las batas entregadas por la Consellería, procedentes de una donación del grupo empresarial Valtalia, están fabricadas a partir de plástico reciclado, especialmente concebidas para tareas de desinfección y que actúan como una segunda capa protectora de ropa. En el lote también se incluyeron 200 máscaras adquiridas por la Xunta.

Hace falta recordar que a finales del pasado mes de abril el Gobierno gallego contrató con carácter de urgencia el suministro de alimentos a aquellas asociaciones de protección y defensa de los animales debidamente inscritas y que gestionaban en ese momento algún centro autorizado para la recogida de animales en la comunidad. En total, se repartieron 18.000 kilos de pienso con los que se garantizó el cuidado y mantenimiento de los casi 2.300 perros y gatos abandonados que tienen bajo su tutela en Galicia.

Estas entidades también sufrieron el impacto de la crisis provocada por el COVID-19, por lo que se estimó oportuno colaborar con ellas de este modo, con el fin de garantizar la cobertura de las necesidades básicas de los animales a los que acogen y cuidan. Las restricciones impuestas durante el estado de alarma, de hecho, limitaron los ingresos de las asociaciones protectoras, ya que, por un lado, un porcentaje importante de los mismos procede de la realización de eventos y actividades incompatibles con las medidas de confinamiento fijadas por el Estado; y por otro, también se incrementaron los tiempos de estadía de los animales en sus instalaciones y, por tanto, los costes de alimentación, al suspenderse las adopciones.

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