El presidente de la Xunta participó esta tarde en la presentación del quinto número de la revista 'Archives', dedicada al trabajo del arquitecto gallego Manuel Gallego Jorreto

Feijóo ensalza el valor de la arquitectura para definirnos como somos, un pueblo abierto que nunca renuncia a aportar su cultura al gran río de la cultura universal

Destaca que Manuel Gallego logra superar en cada obra la tensión entre la arquitectura casi espontánea que floreció en otros tiempos en Galicia y la evolucionada, que sitúa a la Comunidad en el “Olimpo internacional de los arquitectos”

Incide en que el Jorreto no se siente cautivo de una moda, de una escuela o de sus obras precedentes, “sino que proyecta y construye teniendo como divisa esa manía por mejorar la vida humana” 

A Coruña, 15 de enero de 2020

El presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, ensalzó hoy el valor de la arquitectura para definirnos como somos: un pueblo abierto que nunca renuncia a aportar su cultura al gran río de la cultura universal, ni tampoco a apropiarse honestamente de elementos culturales ajenos.

“La casa de labranza como lugar de convivencia familiar, la iglesia parroquial como espacio comunitario, el castillo como símbolo de dominio y después de revuelta con los Irmandiños, y el faro como anticipo del deseo de conquistar pacíficamente otros mundos. En cada una de ellas hubo un deseo de ampliar comunidad”, expuso, refiriéndose especialmente a los puentes, por donde transitaron hombres y mujeres que superaron una geografía separadora.

Durante la presentación del quinto número de la revista Archives, dedicada al trabajo de Manuel Gallego Jorreto, Feijóo se refirió a los numerosos premios y distinciones que recibió este arquitecto gallego, destacando, entre otros, el Premio Nacional de Arquitectura en 1997 por la obra del museo de Bellas Artes de A Coruña, que representa, según explicó, esa confluencia entre el pasado y presente tan propia de lo nuestro.

“Manuel Gallego nos ayuda a regresar siempre a Galicia. Siempre hay en su obra una Galicia que nos espera”, aseveró, exaltando además el hecho de que logre superar en cada obra esa tensión entre técnica y arte, y entre la arquitectura casi espontánea que floreció en otros tiempos en Galicia y una arquitectura evolucionada, que sitúa a la Comunidad en el “Olimpo internacional de los arquitectos”.

El presidente de la Xunta concluyó haciendo hincapié en que el arquitecto no se siente cautivo de una moda, de una escuela o de sus obras precedentes, “sino que proyecta y construye teniendo como divisa esa manía por mejorar la vida humana”. 

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